Chispazos de artista
De la admiraci¨®n que tengo por Francisco Nieva excluyo esta comedia, representada; y la admiraci¨®n queda intacta. Cosas de artista; Nieva lo es principal¨ªsimamente: del lenguaje o del dibujo, y la escenograf¨ªa y la sorpresa esc¨¦nica. Artista del teatro como no hay otro.Pienso que en esta obra, que me gust¨® m¨¢s le¨ªda, hay una especie de remedo del escritor a s¨ª mismo, un juego de Nieva parodiando a Nieva sin duda involuntario, o, como suele pasar con otros artistas, por querer estar dentro de su propia preceptiva o de su territorio seguro. El di¨¢logo ahorra la acci¨®n, que es escasa; incluso la pierde con su barroquismo. Quiero decir que el espectador comprende poco lo que sucede; que ve un teatro simb¨®lico y moral y no llega a su fondo; y que, finalmente, deja de importarle lo que sucede.
Los espa?oles bajo tierra
Trabajo teatral de Francisco Nieva. Int¨¦rpretes: Carlos Ballesteros, Julia Trujillo, Ana Mar¨ªa Ventura, ?ngel Pardo, Elisenda Ribas, Francisco Vidal, Vicky Lagos. Teatro Maravillas. Madrid, 20 de noviembre.
Frailes obscenos y furiosos
Es esto: unos viajeros, a la manera rom¨¢ntica, naufragan en Mesina; llegan a Sicilia, donde el virreinato espa?ol se hunde, y esto de una manera literal: bajo el suelo, enterrado, d¨¦bil, vicioso, pesado. Y navajeros, frailes obscenos y rabiosos, furiosos, decadentes. Hundido ya, este virreino se hunde m¨¢s, o se desploma y entierra; y hacia el final hay llamadas a la resurrecci¨®n, a la salida al exterior; a la imitaci¨®n de la serpiente, que muda de piel. Y con revuelos de tanguillo: "La ara?a ha muerto. Viva Espa?a". No parece que la realidad actual d¨¦ alas a esta gran esperanza; menos, en el siglo XVII, donde todo vino a ser peor para Espa?a y los espa?oles. En todo hay los chispazos de genialidad de un verdadero y gran artista: en frases, en juegos de palabras, en descripciones de los personajes y de los paisajes, en rasgos pict¨®ricos. No llenan el tiempo de la representaci¨®n.La escena es bonita: es un teatrito infantil, o un teatro de c¨¢mara de manos, la fecha italiana de la obra, con sus teloncillos, metido a su vez en el escenario, ahondando sus t¨¦rminos; y con la pintura burlona del autor. La interpretaci¨®n no lo es tanto: los actores no pueden explicar un texto tan enrevesado, y aunque la utilizaci¨®n del retablillo nos explica que son fantoches o monigotes, gesticulan sin profundidad.
Tuvo aplausos, tuvo el reconocimiento al autor, o al trabajador de teatro que se?ala la advertencia de que "es un trabajo de Francisco Nieva".
Babelia
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