Neonazis alemanes causan la muerte de dos mujeres y una ni?a turcas al incendiar su casa
Una ni?a de 10 a?os, una adolescente de 14 y una mujer de 51, todas de nacionalidad turca y miembros de una misma familia, murieron en la madrugada de ayer en M¨®lln, cerca de L¨¹beck, en el norte de Alemania, en el incendio provocado en su vivienda por un grupo neonazi que, tras telef¨®near a la polic¨ªa, rinaliz¨® su llamada con el grito de "Heil Hitler" El incidente, el m¨¢s grave de los 2.000 ataques contra extranjeros en lo que va de a?o en Alemania, ha dejado al pa¨ªs conmocionado y ante la evidencia de que se enfrenta a una campa?a de terror organizada por elementos neonazis, que ha causado ya 16 muertos.Por primera vez desde que, hace ya dos a?os, se iniciara la ola de violencia neonazi, el Estado alem¨¢n ha reconocido que se enfrenta a un fen¨®meno terrorista de la misma o mayor magnitud que los atentados protagonizados por la extrema izquierda durante la d¨¦cada de los setenta. El fiscal federal, Alexander von Stahl, con el argumento de que se trata de "una amenaza a la seguridad interior", asumi¨® ayer la investigaci¨®n.Lo sucedido durante este fin de semana, saldado con cuatro v¨ªctimas mortales, muestra ya a las claras que la nueva Alemania no sufre, como hasta ahora pretend¨ªa el Gobierno, los actos aislados de pandillas de adolescentes embrutecidos, sino una aut¨¦ntica conspiraci¨®n organizada por gentes con una considerable capacidad de acci¨®n y en abierta postura de desaflo. Las v¨ªctimas de ayer ya no son los refugiados que se hacinan en los albergues, a la espera de si se les concede o no asilo pol¨ªtico, sino inmigrantes tradicionales, perfectamente integrados en la sociedad alemana e incluso nacidos en el pa¨ªs, como es el caso de la ni?a de 10 a?os fallecida en el incendio, cuyos padres llevaban 24 a?os en Alemania. Cerca de dos millones de turcos viven legalmente en el pa¨ªs, y una parte considerable son culturalmente alemanes.Nueve heridos
Todo sucedi¨® con gran rapidez.' Poco despu¨¦s de la medianoche del domingo al lunes, dos casas situadas a unos 500 metros de distancia y habitadas por familias turcas empezaron a arder simult¨¢neamente y con rapidez. En la primera, una vieja construcci¨®n tradicional del B¨¢ltico, en el primer piso, dos ni?as y la abuela de una de ellas, dorm¨ªan profundamente y no reaccionaron a tiempo, pereciendo entre las llamas.
Medio centenar de personas se encontraba en las dos viviendas en el momento del incendio. Nueve resultaron heridas, entre ellas una anciana de 87 a?os yuna beb¨¦ de nueve meses. Otra ni?a se fractur¨® las dos piernas al saltar por una ventana.
Poco despu¨¦s de iniciarse el fuego, un individuo, sin indentificar,. llam¨® por tel¨¦fono a los bomberos y a la polic¨ªa para reivindicar la acci¨®n y se despidi¨® con el saludo: Heil Hitler. Von Staffi, que hasta la fecha ha mantenido la tesis de que los actos de violencia contra extranjeros eran incidentes aislados y, por lo tanto, no atentaban contra la seguridad del Estado, cambi¨® ayer de opini¨®n. Tras imponer un embargo informativo, el fiscal federal asumi¨® el caso por considerar que el incidente "es una amenaza a la seguridad del Estado.
Las im¨¢genes que ayer ofreci¨® la televisi¨®n mostraban la fachada ennegrecida de la primera vivienda de cuyas ventanas se descolgaban s¨¢banas anudadas. En la segunda casa incendiada, uno de los t¨ªpicos edificios de ladrillo rojo de la zona, no se produjeron v¨ªctimas. En todo caso, ambas viviendas quedaron completamente destruidas.
"Nunca pensamos que algo as¨ª pudiera suceder aqu¨ª", explicaba ayer por la ma?ana una atribulada ama de casa alemana, vecina de Mblln, una peque?a y pl¨¢cida poblaci¨®n de 17.000 habitantes, situada muy cerca de la antigua frontera con la Alemania comunista, y donde vive desde hace d¨¦cadas una numerosa comunidad turca de m¨¢s de 600miembros, que ayer lloraban desconsolados, pese a las muestras de solidaridad de sus vecinos alemanes, igualmente desolados.
A las tres v¨ªctimas de ayer hay que sumar el joven berlin¨¦s Silvio Meier, de 27 a?os, asesinado el s¨¢bado a pu?aladas por un grupo neonazi en una estaci¨®n de metro, as¨ª como el extra?o caso del hombre que, hace 10 d¨ªas, fue apaleado y quemado vivo en un bar de Wuppertal, en la cuenca del Ruhr, por dos neonazis miembros del Frente Nacional (NF). El hombre, de 53 a?os, que llam¨® "cerdos nazis", a sus asesinos, no es jud¨ªo, como supuestamente lo identific¨® el duef¨ªo del local, ahora detenido al igual que los dos neonazis.
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