Laboristas y Fine G¨¢el preparan un Gobierno de coalici¨®n tras las elecciones de hoy en Irlanda
Albert Reynolds, que lleg¨® al poder hace un a?o, puede convertirse en el primer ministro m¨¢s fugaz de la historia de Irlanda. Su partido, el Fianna F¨¢il, no remonta en las encuestas, mientras el Fine G¨¢el y el Partido Laborista hablan ya abiertamente sobre una coalici¨®n de centro-izquierda. Todo indica que los irlandeses emitir¨¢n, en las elecciones generales de hoy, dos grandes mensajes: hay que enderezar la econom¨ªa y regenerar la Administraci¨®n p¨²blica. Los cinco a?os de Gobierno del Fianna F¨¢il se ven marcados por un fuerte aumento del desempleo y un indeleble aroma a corrupci¨®n.
El m¨¢s reciente caso de corrupci¨®n en las esferas p¨²blicas consisti¨® en la exportaci¨®n de carne a Irak con el respaldo de fondos comunitarios y la participaci¨®n de miembros del Gobierno. Fue ese esc¨¢ndalo el que hace un a?o propici¨® la ca¨ªda como l¨ªder del Fianna F¨¢il y, consiguientemente, del tormentoso Charles Haughey como tao¨ªseach (primer ministro).Albert Reynolds, un adinerado fabricante de comida para perros, fue quien forz¨® la dimisi¨®n de Haughey. Hace un mes, Reynolds aprovech¨® de nuevo el esc¨¢ndalo de la carne para acusar de perjurio al l¨ªder de los Dem¨®cratas Progresistas y romper la coalici¨®n de Gobierno heredada de Haughey. Con la convocatoria de elecciones anticipadas, el taoiseach aspiraba a obtener una c¨®moda mayor¨ªa absoluta y asegurarse una legislatura sin sobresaltos.
Pero el esc¨¢ndalo de la carne -y otros previos- est¨¢n pasando factura al propio Reynolds. La opini¨®n p¨²blica irlandesa identifica al Fianna F¨¢il con la corrupci¨®n, y ha girado la vista hacia el laborismo. El Fianna F¨¢il se mantendr¨¢ como el partido m¨¢s votado, con una porci¨®n del voto cercana al 40%. Pero quedar¨¢ lejos de la mayor¨ªa absoluta y ser¨¢ el popular¨ªsimo l¨ªder laborista, Dick Spring, quien (con un 25% de los votos) decidir¨¢ la nueva coalici¨®n de Gobierno.
El debate econ¨®mico
Spring emiti¨® ayer un claro mensaje sobre sus intenciones. Una coalici¨®n Fianna F¨¢il-Partido Laborista "no podr¨ªa funcionar", dijo con rotundidad Spring. Los laboristas han centrado su campana en la creaci¨®n de empleo, con incentivos fiscales para los empresarios y un aumento del gasto en obra p¨²blica, y miran hacia el Fine G¨¢el (con otro 25% de los votos) como posible socio de un Gobierno de centro-izquierda.El Fine G¨¢el tiene los mismos or¨ªgenes que el Fianna F¨¢il, se define como interclasista igual que el Fianna F¨¢il (ni derecha ni izquierda: un poco de todo), es antiabortista como el Fianna F¨¢il (los laboristas est¨¢n a favor) y su l¨ªder, John Bruton, no es un prodigio de carisma.
Pero el Fine G¨¢el tiene la ventaja, frente al Fianna F¨¢il, de no estar implicado en los m¨¢s recientes casos de corrupci¨®n y de haber participado ya, hasta 1987, en una coalici¨®n de Gobierno con los laboristas. En su contra debe anotarse que aquella coalici¨®n de centro-izquierda fue extremadamente inestable, forz¨® dos elecciones generales consecutivas y acab¨® rindi¨¦ndose ante el Fianna F¨¢il.
Albert Reynolds dedic¨® el ¨²ltimo d¨ªa de campa?a a identificar a su partido, el Fianna F¨¢il, con la estabilidad pol¨ªtica y con la moderaci¨®n econ¨®mica. La coalici¨®n Fine G¨¢el-laboristas s¨®lo acarrear¨ªa, insisti¨®, grandes subidas de impuestos e inestabilidad. "La inversi¨®n desaparecer¨¢ en ese ambiente", afirm¨® Reyriolds.
En un debate televisivo frente a su rival John Bruton (Fine G¨¢el), celebrado el lunes por la noche, ambos l¨ªderes se enzarzaron en un torpe cuerpo a cuerpo acerca de cu¨¢l de ellos inspiraba mayor confianza y cu¨¢l ser¨ªa m¨¢s capaz de evitar el desplome de la moneda. El ganador en el debate fue, sin duda, el gran ausente: el laborista Dick Spring.
El complejo sistema electoral irland¨¦s juega, en cualquier caso, contra el Fianna F¨¢il y a favor del Fine G¨¢el y los laboristas. El sistema es b¨¢sicamente mayoritario, pero con correcciones: el votante indica sus preferencias por orden. Cuando el candidato m¨¢s votado en cada circunscripci¨®n obtiene las papeletas necesarias para ganar su esca?o, el resto va al segundo m¨¢s votado, y luego al tercero. Este mecanismo prima las coaliciones previas.
Izquierda Democr¨¢tica (un peque?o grupo equivalente a Izquierda Unida en Espa?a) pide que el segundo voto sea para los laboristas; lo mismo piden, m¨¢s significativamente, el Fine G¨¢el y los Dem¨®cratas Progresistas. Todos los partidos se apoyan mutuamente como segundos, excepto el Fianna F¨¢il, que est¨¢ solo.
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