Loter¨ªa de de 's¨ªes' y 'noes' sobre el aborto
Los irlandeses votan hoy cuatro veces. Una, para decidir la composici¨®n del D¨¢il (Parlamento). Las otras tres, para pronunciarse sobre el aborto. El triple refer¨¦ndum no plantea la interrupci¨®n libre del embarazo. M¨¢s bien pide a los votantes que decidan c¨®mo debe interpretarse la Constituci¨®n, que desde 1983 (aprobaci¨®n en refer¨¦ndum de la Octava Enmienda) se compromete a defender por todos los medios la vida del feto. La sensatez de la enmienda, patrocinada hace nueve a?os por la muy influyente Iglesia cat¨®lica, qued¨® en entredicho en febrero pasado, cuando se prohibi¨® a una adolescente embarazada en una violaci¨®n que viajara al Reino Unido para interrumpir su gestaci¨®n. El esc¨¢ndalo p¨²blico hizo necesario retirar la prohibici¨®n, aunque la joven acab¨® abortando de forma no forzada.Lo que ahora se pregunta a los irlandeses es hasta qu¨¦ punto debe defenderse la vida del feto. Y se hace con tres preguntas, ordenadas conforme al grado de liberaflzaci¨®n.
La primera propone una modificaci¨®n a la Octava Enmienda con el siguiente texto: "La subsecci¨®n 3? de esta secci¨®n no debe limitar la libertad para viajar entre este Estado y otro Estado". El aborto seguir¨ªa, pues, prohibido, pero las irlandesas podr¨ªan interrumpir su embarazo, como vienen haciendo, en el vecino Reino Unido.
La segunda enmienda a la enmienda se refiere a la libertad de asesoramiento e informaci¨®n: no debe limitar la libertad para obtener, u ofrecer, en el Estado ( ... ) informaci¨®n relativa a servicios legalmente disponibles en otro Estado". Esto es, las cl¨ªnicas brit¨¢nicas que practican abortos podr¨ªan anunciarse en Irlanda.
La tercera enmienda propuesta es la m¨¢s delicada, y tiene muy escasas posibilidades de aprobarse ya que abrir¨ªa paso a una limitad¨ªsima legalizaci¨®n del aborto cuando "tal terminaci¨®n fuera necesaria para salvar la vida, distinguiendo ¨¦sta de la salud, de la madre cuando existiera una enfermedad o desorden en la madre que supusiera un riesgo real y sustancial a su vida, no trat¨¢ndose del riesgo de autodestrucci¨®n". En marzo pasado, el Tribunal Supremo de Irlanda acab¨® concediendo permiso a la ni?a violada y embarazada para que viajara al Reino Unido, ateni¨¦ndose a que, privadamente, la v¨ªctima hab¨ªa hablado de suicidarse.
La campa?a para este refer¨¦ndum no ha sido tan virulenta y dividida como lo fue la de 1983, cuyo voto a¨²n constituye la credencial de "conservadores" y "progresistas" en el pa¨ªs. Pero las pasiones son intensas. Los antiabortistas esgrim¨ªan ayer una carta de la madre Teresa de Calcuta en la que la anciana monja exhortaba a Irlanda a votar no en las tres preguntas. Coincidiendo con el recibo de la carta, la antiabortista Campa?a Pro-Vida, que ped¨ªa el s¨ª a la primera pregunta y el no a las otras dos, cambi¨® su posici¨®n a ¨²ltima hora: el voto correcto, decidi¨® la ejecutiva de ProVida, era el triple no. Otros partidos y organizaciones propugnan el s¨ª, no, no, o el s¨ª, s¨ª, no, o el s¨ª, s¨ª, s¨ª, lo que, junto al hecho de tratarse de enmiendas a una enmienda, aporta no poca confusi¨®n a los lemas propagand¨ªsticos.
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