La violencia y el silencio

?Cuidado con los inicios? La frase con la que el l¨ªder socialdem¨®crata, Engholin, ha reaccionado ante el atentado mortal de M?lln hace tiempo que ha sido superada por la realidad alemana. ( ... ) ?Qui¨¦n puede hablar de inicios? Muy al contrario, es una cruel evidencia que no est¨¢ a la vista el final de este proceso. Lo que puede formularse m¨¢s duramente: estamos acostumbr¨¢ndonos a la violencia ultraderechista. La opini¨®n p¨²blica tard¨® en reaccionar al incendio en el que murieron dos mujeres y una ni?a turca de 10 a?os. Al menos Engholm se manifest¨® relativamente pronto, como otros l¨ªderes pol¨ªticos, pero hasta la tarde no se pronunciaron el canciller, el presidente y el ministro del Interior. ?De qu¨¦ sirven las palabras?Quien se plantea esta pregunta, en verdad se ha dado ya por vencido. Nuestra democracia vive de palabras. Su primer y m¨¢s importante consenso b¨¢sico es que las diferencias de opini¨®n y los conflictos de intereses se ventilan ante todo mediante el intercambio de argumentos. Desde ese punto de vista, las palabras son siempre lo contrario de la violencia. (...) Quien a la vista de lo que ocurre en Alemania literalmente no encuentre palabras, contribuye al triunfo de la chusma asilvestrada pero carente de palabras. Los ultraderechistas afirman, tan osada como refinadamente, que defienden los intereses de la mayor¨ªa silenciosa. Quien despu¨¦s de esto siga callado, les da la raz¨®n.

24 de noviembre