El largo camino del veto
La utilizaci¨®n del derecho de veto por parte de Francia al acuerdo agrario entre la CE y Estados Unidos no es algo sencillo ni autom¨¢tico. En primer lugar, hay que recordar el car¨¢cter del pacto: un acuerdo, todav¨ªa sin valor jur¨ªdico, destinado a desbloquear la Ronda Uruguay y cerrar las negociaciones para liberalizar el comercio mundial en el marco del GATT.Cuando el proceso negociador de la Ronda haya terminado -a fin de a?o si el director general del GATT, Arthur Dunkel, consigue cumplir sus objetivos-, la Comisi¨®n Europea dispondr¨¢ de un acuerdo para refrendar, uno de cuyos cap¨ªtulos ser¨¢ el agrario.
La Comisi¨®n ha recibido el mandato de negociar en el seno del GATT para llegar a "un acuerdo global, justo y equilibrado". El art¨ªculo 113 del Tratado de Roma regula el papel de la Comisi¨®n Europea y del Consejo de Ministros en la pol¨ªtica comercial com¨²n, de forma que la Comisi¨®n somete sus propuestas al Consejo, presenta recomendaciones y recibe autorizaciones para negociar y, finalmente, "dirige estas negociaciones". Las decisiones del Consejo sobre pol¨ªtica comercial necesitan la mayor¨ªa cualificada. La minor¨ªa de bloqueo que necesita Francia para impedir que el acuerdo agrario se haga efectivo es de: 23 sobre 76 votos ponderados, a raz¨®n de 10 votos para Francia, Italia, Gran Breta?a y Alemania, 8 para Espa?a, 5 para, B¨¦lgica, Grecia, Pa¨ªses Bajos y Portugal, 3 para Dinamarca e Irlanda, y 2 para Luxemburgo. La ponderaci¨®n de voto impide que una coalici¨®n de pa¨ªses peque?os obstaculice una decisi¨®n, pero tambi¨¦n obliga a que dos grandes busquen como m¨ªnimo a uno peque?o para construir una minor¨ªa de bloqueo. Francia, por ejemplo, tendr¨ªa suficiente con Espa?a y B¨¦lgica para paralizar el acuerdo. La mayor¨ªa cualificada es de 54 sobre 76.
Si Francia no encuentra apoyos suficientes para bloquear el acuerdo por mayor¨ªa cualificada, cuenta con dos caminos, te¨®ricos como m¨ªnimo, para impedir el acuerdo final sobre el GATT. Puede apelar al art¨ªculo 149 del Tratado, que obliga a decidir por unanimidad cuando se trate de enmendar una propuesta de la Comisi¨®n. El acuerdo GATT puede tomar la forma final de una propuesta de la Comisi¨®n al Consejo, y Francia puede buscar la votaci¨®n sobre una enmienda a una parte del acuerdo.
El otro camino es apelar al llamado Compromiso de Luxemburgo, tan esgrimido estos ¨²ltimos d¨ªas como instrumento de veto final de cualquier Estado a una decisi¨®n cualquiera que pueda afectar a sus intereses. El Compromiso, sin embargo, es m¨¢s un arma guerrera que el instrumento para resolver una situaci¨®n conflictiva. Firmado en enero de 1966, tras seis meses de abandono pr¨¢ctico de la Comunidad por parte de Francia -lo que el propio general De Gaulle llam¨® "pol¨ªtica de la silla vac¨ªa"-, el Compromiso fue el texto del acuerdo que permiti¨® a Francia regresar a las instituciones comunitarias. En ¨¦l cada una de las dos partes enfrentadas explicaba su posici¨®n y se terminaba asegurando que ello no imped¨ªa la continuaci¨®n del trabajo en la Comunidad.
El primer punto dec¨ªa que cuando se trate de decisiones "de inter¨¦s muy importante", en las que basta la mayor¨ªa, el Consejo intentar¨¢ llegar a un acuerdo satisfactorio para todos en un plazo razonable. El segundo punto serv¨ªa para que Francia exigiera la continuaci¨®n de los debates hasta que se llegara a un acuerdo un¨¢nime. El tercer punto aseguraba que subsiste por tanto una divergencia sobre el procedimiento a seguir cuando "la conciliaci¨®n no llega a buen fin". Y en el ¨²ltimo se dec¨ªa: "Esta divergencia no impide la reanudaci¨®n, seg¨²n el procedimiento normal, de los trabajos de la Comunidad".
Apelar a Luxemburgo, por tanto, no es acudir a un texto jur¨ªdico, sino a un acuerdo pol¨ªtico que recoge interpretaciones divergentes y supone, en la pr¨¢ctica, que Francia se sit¨²a fuera de los procedimientos comunitarios, de nuevo "en la silla vac¨ªa".
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