Guerra, en el banquillo

Tres a?os se van a cumplir desde que Seraf¨ªn N¨²?ez, alcalde de Barbate (C¨¢diz), en su intervenci¨®n en un pleno municipal, elevara a Juan Guerra a la categor¨ªa de conseguidor y pusiera en marcha la causa penal y pol¨ªtica con m¨¢s ramificaciones de la historia de los juzgados sevillanos y de la democracia. El primer juicio contra Juan Guerra y tres de sus socios, sin embargo, se ha descafeinado.

S¨®lo el fiscal ha sido implacable a la hora de exigir responsabilidades y solicitar las penas m¨¢s elevadas. Las acusaciones particulares representar¨¢n en esta primera vista un papel menos exigente. Juan Guerra no era el objetivo, y esperar¨¢n a cargar las tintas en alguno, de los. seis procesos a¨²n pendientes.La causa 1.527 / 90 iniciada por el juez ?ngel M¨¢rquez en marzo de 1990 a¨²n colea en el juzgado de instrucci¨®n. Siete procesos separados se han abierto y m¨¢s de un centenar de personas se han visto involucradas. Desde corredores de fincas a delegados del Gobierno. Siempre bajo la sospecha de que las influencias que el apellido Guerra otorgaba al hermano del entonces vicepresidente del Gobierno hac¨ªan f¨¢ciles los negocios y de sus resultados se beneficiaba el PSOE.

Pero lo cierto es que cuando a punto est¨¢n de cumplirse los 1.000 d¨ªas de proceso, ni los investigadores ni la polic¨ªa ni el juez han conseguido implicar las finanzas del partido socialista en este caso y s¨®lo han demostrado que los apellidos en este pa¨ªs siguen siendo cosa importante. Am¨¦n de que la trama que rodeaba las actividades del asiduo ocupante del despacho de la delegaci¨®n del Gobierno en Andaluc¨ªa han supuesto ping¨¹es beneficios.

Cuando el Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa, en una decisi¨®n m¨¢s que pol¨¦mica, exculp¨® a los delegados del Gobierno en Andaluc¨ªa, una de las tres acusaciones particulares lo dej¨® bien claro. "Juan Guerra no es nuestro objetivo. Ahora seguiremos el proceso desde una posici¨®n m¨¢s alejada". Otro de los acusadores incluso ha comentado en privado que Juan Guerra "es s¨®lo un personajillo nacido de la picaresca".

Las calificaciones provisionales presentadas para los sumarios que ya esperan fecha de juicio lo han confirmado. Si andalucistas e IU hab¨ªan criticado durante la instrucci¨®n la actuaci¨®n aparentemente pasiva del fiscal, ahora se han visto superadas, con sus primeras calificaciones provisionales, por el cel¨® del ministerio p¨²blico.

Esc¨¢ndalo

El fiscal jefe de la Audiencia de Sevilla, Alfredo Flores, dej¨® claro este extremo cuando justific¨® los nueve a?os de prisi¨®n que solicita para Juan Guerra en la causa que comienza el lunes. El delito fiscal cometido por Juan Guerra "caus¨® m¨¢s da?o" por el hecho de ser socialista, y afiliado a un partido que defendi¨® la solidaridad fiscal, la erradicaci¨®n del fraude y el saneamiento de la vida p¨²blica.Las acusaciones particulares centrar¨¢n su atenci¨®n sobre la quinta rama del caso, a¨²n en periodo de calificaci¨®n. El uso del despacho centr¨® todas y cada una de las actividades de Juan Guerra y de sus empresas durante los casi seis a?os que lo ocup¨®. Tiempo en el que construy¨® su fortuna, que le permite vivir ahora alejado de la sociedad en un chal¨¦ de la costa gaditana y sin aparente ocupaci¨®n. Los 16 vol¨²menes que conforman el sumario de esta parte del caso as¨ª lo constatan.

En 1993 se suceder¨¢n seis vistas orales en las que el ocupante com¨²n del banquillo ser¨¢ Juan Guerra. En todas menos una, la llamada trama de las tragaperras, en la que la participaci¨®n del asistente de la Delegaci¨®n del Gobierno parece imposible de demostrar y en la que s¨ª aparecen implicados altos cargos de Andaluc¨ªa.

Habr¨¢ dos juicios por el denominado caso Comasa, una sociedad, Construcci¨®n Modular Andaluza, que se benefici¨® de una concesi¨®n irregular de suelo municipal y de dos subvenciones estatales -finalmente no cobradas- para la construcci¨®n de un hotel de lujo junto al aeropuerto sevillano.

Un quinto juicio depurar¨¢ las responsabilidades cometidas por los gestores del Servicio Andaluz de Salud al desviar ventajosamente a una empresa, Litomed -favorecida por Juan Guerra- los enfermos renales que la sanidad p¨²blica no pod¨ªa atender.

El a?o judicial del 92, que salpicar¨¢ la campa?a electoral, ver¨¢ la vista oral por las irregularidades administrativas y fiscales de las sociedades Cimpa y Corral de la Parra, as¨ª como de la actuaci¨®n urban¨ªstica del equipo municipal de Alcal¨¢ de Guadaira (Sevilla), y de la actuaci¨®n de la empresa p¨²blica Ensidesa a la hora de enajenar su patrimonio.