Lenta agon¨ªa

Los lazos que la alta costura ha mantenido con el pr¨ºt-¨¤-porter ha permitido a ¨¦ste popularizar unos valores equiparados a las dem¨¢s artes y que antes estaban restringidos a unos determinados c¨ªrculos. De la floreciente ¨¦poca de los ateliers (talleres) franceses, con grandes nombres como Fath, Poiret, Schiaparelli, Chanel, Dior y Balenciaga, entre otros, queda una exquisita estela de elegancia, disfrutada por la aristocracia y la alta burgues¨ªa. Pero los sistemas actuales, socializados e industrialmente estandarizadores, arrastran con la crisis todo tipo de valores, incluido el est¨¦tico. Hoy la moda es s¨®lo un objeto m¨¢s en el amplio decorado consumista. Por eso, una tras otra, van sucumbiendo las figuras m¨ªticas en una lenta agon¨ªa. Pero lo cierto es que hoy m¨¢s que nunca se necesitan modelos estables, y de ah¨ª el retorno a los par¨¢metros cl¨¢sicos.Vuelve la b¨²squeda del refinamiento, el deseo de la alta calidad y los s¨ªmbolos del prestigio. ?scar de la Renta firma con Balmain un contrato para crear sus colecciones. Despu¨¦s de un a?o de colaboraci¨®n, Montana deja Lanvin. Lo de Gianfranco Ferr¨¦ con Dior es casi un milagro. Karl Lagerfeld sigue con Chanel, Hermes demuestra que la alta costura todav¨ªa disfruta de adictas, aunque a Lacroix s¨®lo llegue su exigua clientela ¨¢rabe.

Pagar un mill¨®n por un vestido no es m¨¢s que una rara an¨¦cdota suntuaria, digna de la mujer que vive en una desmedida opulencia. ?Cu¨¢ntas mujeres pueden hoy vivir as¨ª? En Espa?a, pocas, desde luego. Pero las que quedan siempre pueden recurrir a los maestros que nos quedan: Pertegaz, Pedro del Hierro, Juanjo Rocafort, Francisco Delgado, Alfredo Caral, Elio Berhanyer, Gustavo Puente.