Respeto ciudadano

S¨®lo pretendo denunciar, s¨ª, denunciar, algo que est¨¢ pasando en Madrid ahora y que tiene que ver con dos aspectos fundamentales de la convivencia: la falta de respeto al pr¨®jimo y hacia uno mismo.Todo esto viene a cuento de que en los ¨²ltimos dos a?os he tenido la suerte (o la desgracia, porque "ojos que no ven, coraz¨®n que no siente") de visitar Estados Unidos, Francia y Holanda por cuestiones laborales. Aparte de maravillarme por otras muchas cosas, he sentido aut¨¦ntico asombro cuando he visto c¨®mo los coches se paraban en Kansas City por el simple hecho de que yo me acercaba al bordillo en adem¨¢n de cruzar.

Pues bien, el otro d¨ªa en Madrid tuve que soportar la bronca de un conductor porque estando yo cruzando con mis hijos por un paso de cebra, y adem¨¢s con el disco en verde para peatones, me agach¨¦ a coger un jersey que se me hab¨ªa ca¨ªdo. ?Claro!, el taxista ven¨ªa embalado, su disco estaba en ¨¢mbar y no le hac¨ªa gracia parar. Estoy hart¨ªsima de tener que esperar en los pasos de cebra, con paciencia infinita, a que un conductor tenga la amabilidad de pararse. El colmo es que cuando uno se para, me dan ganas de darle las gracias porque es una rareza, cuando en realidad es su obligaci¨®n.

Esta vez no se trata del Gobierno, ni de la crisis econ¨®mica, ni de Maastricht, ni de corrupci¨®n. Se trata de que no somos respetuosos ni siquiera con nosotros mismos. Y eso nos aleja de poder considerarnos ciudadanos, ni europeos ni de ninguna parte, porque antes que la econom¨ªa y la pol¨ªtica est¨¢n la ¨¦tica y el civismo.-