Collor, cada vez mas cerca de su expulsi¨®n definitiva de la presidencia brasile?a
Tres a?os despu¨¦s de haberse alzado con una victoria espectacular en las primeras elecciones presidenciales disputadas en Brasil en 30 a?os, el presidente Fernando Collor de Mello, ahora en el banquillo en un juicio por corrupci¨®n, est¨¢ a punto de convertirse en el primer mandatario destituido legalmente en la historia moderna de Occidente.
Los brasile?os esperan con intensa expectaci¨®n la sesi¨®n decisiva del Senado, fijada para el pr¨®ximo d¨ªa 22. Despu¨¦s de que la C¨¢mara alta aprobara el mi¨¦rcoles por - 67 votos a 3 la recomendaci¨®n de una comisi¨®n que consideraba "procedentes" todas las denuncias contra Collor, todo indica que el presidente que lleg¨® al poder autoproclam¨¢ndose palad¨ªn de los descamisados y de los pies descalzos, perder¨¢ -su cargo por delito de corrupci¨®n.A pesar de los terminantes desmentidos de los asesores del presidente suspendido en sus funciones desde el pasado 29 de septiembre, la Prensa brasile?a divulga insistentes rumores seg¨²n los cuales, despu¨¦s de ser destituido, Collor de Mello pedir¨¢ asilo en Francia, para escapar as¨ª de un proceso por delitos comunes ante los tribunales.
Mientras el presidente espera que el Senado decida su futuro pol¨ªtico, parece surgir una nueva conciencia de combate a la corrupci¨®n entre los brasile?os, todav¨ªa sorprendidos ante el alcance y el poder de las leyes. La polic¨ªa contin¨²a investigando las ramificaciones del esquema de corrupci¨®n supuestamente encabezado por el presidente brasile?o, que envuelve a algunas de las m¨¢s notorias personalidades de su Gobierno, como la explosiva ex ministra de Econom¨ªa, Zelia Cardoso de Mello.
Al mismo tiempo, numerosos parlamentarios acusan al ex gobernador de Sao Paulo, Orestes Quercia, presidente del Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o, el mayor de Brasil, de maniobras turbias en la privatizaci¨®n de la compa?¨ªa a¨¦rea Vasp y se investigan varias subastas de los ¨²ltimos anos.
Franco, a la espera
Mientras tanto, los medios financieros e industriales de Brasil muestran un creciente desasosiego ante la indefinici¨®n del presidente en ejercicio, Itamar Franco. Pol¨ªtico nacionalista con fuerte preocupaci¨®n social, Franco se ha limitado hasta ahora a subrayar insistentemente su independencia en relaci¨®n a intereses empresariales, pero se niega a trazar una pol¨ªtica econ¨®mica antes de que el Senado destituya a Collor.Movi¨¦ndose en la cuerda floja de una inflaci¨®n del 25% al mes, y con un d¨¦ficit fiscal previsto para 1993 en 20.000 millones de d¨®lares, el presidente en funciones espera obtener del Congreso, antes de fin de a?o, una reforma tributaria que le permita escapar del caos financiero que se, teme para los pr¨®ximos meses.
Mientras los ministros de Franco discuten la posibilidad de dimitir colectivamente cuando se produzca la destituci¨®n de Collor, el presidente interino define su postura frente a la inflaci¨®n y la modernizaci¨®n de la econom¨ªa: "Dos a?os de intereses elevados y fuerte control monetario aumentaron el desempleo y llevaron al pueblo a la tristeza y a la miseria. Algunos piensan que la modernidad es s¨®lo econ¨®mica; para m¨ª es tambi¨¦n social", coment¨® Franco el mi¨¦rcoles en Buenos Aires, durante una reuni¨®n del Grupo de R¨ªo.
Despu¨¦s de que el vicepresidente criticara recientemente a su ministro de Econom¨ªa y Planificaci¨®n por un inesperado aumento de las tarifas de servicios p¨²blicos, el caudillo derechista Antonio Carlos Agalhaes, gobernador de Bah¨ªa, coment¨® que "Itamar Franco no tiene oposici¨®n porque no la necesita; la hace ¨¦l mismo".
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