Lo de Arag¨®n
La reivindicaci¨®n aragonesa de plena autonom¨ªa, que tanto cuesta entender en ciertos ¨¢mbitos de Madrid, no es efecto de un contagio del nacionalismo emergente en el Este de Europa, ni el producto de un regionalismo alentado por ex franquistas resentidos y ansiosos de poder local, ni un intento de emulaci¨®n burda de vascos y catalanes.1 Esa reivindicaci¨®n es apoyada, salvo por el PSOE, por todas las fuerzas pol¨ªticas aragonesas significativas, que representan, juntas, el 60% de los votos emitidos en las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas. Tambi¨¦n es apoyada por militantes y por muchos votantes socialistas, as¨ª comopor muchas personas de cuantos integraron la vanguardia del movimiento aragonesista, surgido a principios de los a?os setenta, y auspiciado por la oposici¨®n democr¨¢tica al franquismo.
Tras la reconducci¨®n del proceso auton¨®mico promovida por UCI) hace 13 a?os, que tuvo como efecto para Arag¨®n el acceso a la autonom¨ªa por la v¨ªa del art¨ªculo 143 de la Constituci¨®n, muchos aragoneses aspir¨¢bamos a reformar el estatuto actual y asumir las competencias que nos separan de la autonom¨ªa plena.
Hubi¨¦ramos comprendido que eso se realizara, para evitar disfunciones en el conjunto del sistema y no perjudicar el inter¨¦s nacional, de un modo ordenadoy al ritmo adecuado. Aqu¨ª nunca se ha pretendido colocar al Estado contra las cuerdas.
La respuesta a esa aspiraci¨®n ha sido el pacto auton¨®mico, que elude el m¨¦todo natural para ampliar competencias, la reforma del estatuto sin m¨¢s, y establece, por omisi¨®n, un techo competencial notablemente m¨¢s bajo que el previsto por la Constituci¨®n.
Sin embargo, sus firmantes lo presentan como un "hasta aqu¨ª vais a llegar, y basta". Eso ha provocado en Arag¨®n m¨¢s frustraci¨®n que la reconducci¨®n de 1979. Tras el proyecto de estatuto de 1936, el segundo esfuerzo de Arag¨®n para acceder a la autonom¨ªa pol¨ªtica ha consumido 20 a?os y merec¨ªa mejor resulta-
do final. De ah¨ª surge la reivindicaci¨®n actual, no de otra cosa.- F. Benedicto. .
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