Custodia de los hijos de padres separados
Una carta de un lector a EL PA?S, secci¨®n por dem¨¢s no s¨®lo interesante sino quiz¨¢ de las m¨¢s necesarias, justas y ecu¨¢nimes en todo instrumento de informaci¨®n que se precie de serlo, comenta las opiniones de una soci¨®loga francesa sobre la patente desigualdad existente en las sociedades como la nuestra en el tratamiento legal de la dicotomia maternidad-paternidad, concediendo a la madre la guarda y custodia de los hijos en la inmensa mayor¨ªa d¨¦ las ocasiones. Dada la legislaci¨®n espa?ola vigente (art¨ªculo 159 del C¨®digo Civil, los hijos e hijas menores de siete a?os quedar¨¢n al cuidado de la madre, salvo que el juez, por motivos especiales, proveyera de otro modo) y la probada proclividad de los jueces a proceder escrupulosamente (posiblemente para evitarse complicaciones tanto procesales como de otro tipo), seg¨²n el texto mencionado, la ¨²nica posibilidad que les queda a los padres que deseen y tengan capacidad para seguir si¨¦ndolo con todas sus consecuencias son:1. Aceptar el r¨¦gimen de visitas asignado, convirti¨¦ndose en alguien que meramente eso, visita al hijo, la mayor¨ªa de las veces en periodos menores que otros familiares o amigos de la madre (y siempre que dicho r¨¦gimen se lleve efectivamente a cabo, ya que, en caso contrario, la lentitud burocr¨¢tico-administrativa, unido a las posibles consecuencias da?inas para el hijo inmerso en una lucha continua, ralentizan, cuando no impiden, totalmente su cumplimiento).
2. Demostrar, fechacientemente, y en un proceso siempre doloroso, cruel y hasta vergonzoso para todos los implicados, la incapacidad de la madre para serlo (lo que conlleva acusaciones tales como: ludopat¨ªa, prostituci¨®n, demencia, malos tratos y un largo etc¨¦tera que, aun en el caso de ser ciertas, nunca deber¨ªan aparecer en este medio procesal), se trata ¨²nicamente del
Custodia de los hijos de padres separados
ejercicio, del derecho civil, en la b¨²squeda del bien de los hijos, sino, en todo caso, en los m¨¢s adecuados y propios del, Derecho penal.Ambas opciones son, a cu¨¢l m¨¢s, atentatorias contra la dignidad y el respeto que se deben a la persona, tanto a los hijos como a la madre y al padre. Lo verdaderamente justo (la equidad, tantas veces ponderada te¨®ricamente) impone que, dentro de las inevitables complicaciones y disminuciones que en el orden afectivo y cultural provocan todos los procesos de separaci¨®n de los progenitores, lo ¨²nico a contemplar deba ser, no las ventajas, que no existen en ning¨²n caso, sino las menores desventajas para los ni?os, que no han decidido ni influido en tal separaci¨®n y que son, no lo olvidemos, los m¨¢s afectados por ella.
El conceder, sin m¨¢s, a la madre el beneficio de la guarda y custodia es, simplemente, una injusticia, un atentado fundamental contra los derechos humanos y hasta una decisi¨®n equivocada, en el orden pr¨¢ctico, en multitud de ocasiones. Ya va siendo hora de que tal desigualdad desaparezca (tanto de la ley escrita como de la mente de los encargados de impartirla) en aras de que los hijos se desarrollen, eduquen y vivan en las mejores condiciones reales posibles de forma que se incrementen sus posibilidades de ser, en su futuro (no lo olvidemos, su futuro), m¨¢s capaces, m¨¢s humanos y m¨¢s libres.-
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