Hospitales comarcales
Defiende el autor la continuidad del programa de construcci¨®n de hospitales comarcales, centros sanitarios con un tama?o medio de 217 camas y que prestan servicio exclusivamente a un ¨¢rea de salud, con una poblaci¨®n m¨¢xima de 250.000 habitantes, ya que han demostrado ser parte fundamental del sistema sanitario.
Los hospitales, como muchas otras cosas, deben tener un tama?o adecuado. Los centros mastod¨®nticos de m¨¢s de 2.000 camas se construyeron en su mayor parte en Espa?a durante una ¨¦poca (d¨¦cada de los sesenta y primera mitad de los setenta) en la que se buscaba concentrar la tecnolog¨ªa y los recursos en las grandes ciudades, puesto que no exist¨ªa m¨¢s que un n¨²mero limitado de instalaciones (estaba todo por hacer), adem¨¢s de creer en la bondad de la mayor dimensi¨®n (por ejemplo, se presum¨ªa de que el actual hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid era el m¨¢s grande de Europa) y de tener disponibilidad presupuestaria abundante (recu¨¦rdese que la Seguridad Social era por entonces excedentaria). Incluso aunque estos macrohospitales se hicieron en ocasiones divididos en centros, general, materno-infantil y de traumatolog¨ªa y rehabilitaci¨®n, pronto se vino a demostrar que eran excesivos e ingobernables.En el otro extremo, tambi¨¦n es de rese?ar que, a partir de una cierta dimensi¨®n, tal vez sigan siendo manejables, pero se tornar¨¢n extremadamente caros (por debajo de las 300-350 camas) y hasta ineficaces por carecer de servicios elementales (por debajo de las 100 camas). As¨ª, como en otros ¨®rdenes de la actividad humana, la b¨²squeda de la equidad, medida en t¨¦rminos de accesibilidad de la poblaci¨®n a los servicios especializados de un, hospital, debe conjugarse, salvo en excepcional¨ªsimas situaciones (por ejemplo, en la insularidad), con un coste que no sea prohibitivo y una dimensi¨®n que no sea tan raqu¨ªtica que imposibilite la propia existencia del hospital.
Desde 1980 hasta la actualidad se han puesto en marcha en nuestro pa¨ªs 38 hospitales comarcales, n¨²mero importante si se estima que suponen 8.265 camas para enfermos agudos, es decir, el 9,6% de las del Sistema Nacional de Salud y el 14,8% de las del Insalud no transferido (24,1% si s¨®lo se cuentan las camas propias y no las de los hospitales integrados. Comunicaci¨®n personal de J. L. Paniagua). El tama?o medio de estos centros es de 217 camas, lo que puede ser algo peque?o, aunque hay que considerar en los costes de mantenimiento por habitante que, en general, estos hospitales, al nuclear ¨¢reas de salud sin dispositivos anteriores de consultas de especialidades (ambulatorios), ahorran esas instalaciones y, por tanto, esos gastos.
Pero ?qu¨¦ se entiende por hospital comarcal?; ?con qu¨¦ dotaci¨®n de camas y de servicios debe contar?; ?cu¨¢ntas instalaciones de este tipo deber¨ªa tener el pa¨ªs?, y ?cu¨¢ntas, por fin, quedan por construir?
Un hospital comarcal es aquel que da servicio exclusivamente a un ¨¢rea de salud, estructura fundamental del sistema sanitario, con una poblaci¨®n m¨¢xima de 250.000 habitantes (Ley General de Sanidad), de manera que ning¨²n ciudadano de ese ¨¢mbito territorial tarde m¨¢s de 90 minutos en llegar en ambulancia al servicio de urgencias hospitalario. El Ministerio de, Sanidad estableci¨® como est¨¢ndar un m¨ªnimo de 2,5 a 2,6 camas para enfermos agudos por cada 1.000 habitantes del ¨¢rea de salud, lo que en la pr¨¢ctica significa que su tama?o (y l¨®gicamente tambi¨¦n paralelamente su complejidad) oscila habitualmente entre las 100 y las 700 camas.Servicios imprescindibles
Los servicios m¨¦dicos imprescindibles en este tipo de hospitales son los de medicina con medicina interna y ciertas especialidades m¨¦dicas (cardiolog¨ªa, neumon¨ªa y otras), de cirug¨ªa general y de digestivo, de traumatolog¨ªa, de anestesia, de ginecolog¨ªa y obstetricia, de pediatr¨ªa, junto con servicios centrales de laboratorio (bioqu¨ªmica-microbiolog¨ªa-hematolog¨ªa), radiolog¨ªa, banco de sangre, farmacia y urgencias. En la medida que aumenta la poblaci¨®n a atender y/ o el aislamiento de la misma, estos centros se hacen m¨¢s complejos, incorporando, m¨¢s especialidades m¨¦dicas (nefrolog¨ªa-di¨¢lisis, neurolog¨ªa), otras cirug¨ªas (oftalmolog¨ªa, otorrinolaringolog¨ªa, urolog¨ªa) y otros servicios centrales (anatom¨ªa patol¨®gica, por ejemplo).
En el momento actual se est¨¢n construyendo siete de tales centros, y se estima que a¨²n deber¨ªa abordarse, como m¨ªnimo, la construcci¨®n de otros ocho para completar nuestro mapa sanitario de ¨¢reas de salud.
?Qu¨¦ importancia tienen los hospitales comarcales para nuestro pa¨ªs? ?Son rentables? ?Funcionan adecuadamente?
El papel de capital importancia de estos, al menos comparativamente, peque?os hospitales es:
1. El de su labor asistencial, que se resume, a 31 de diciembre de 1990, en un 12,8% de los ingresos sobre el total de los del Insalud (m¨ªnimo de 6,5% en Cantabria, m¨¢ximo de 27,5% en Extremadura), un 15% de las intervenciones quir¨²rgicas (de 6,8% en Castilla y Le¨®n a 34,4% en Arag¨®n), un 18,5% de las urgencias (de 8,5% en Castilla y Le¨®n a 27,2% en Murcia o 26,5% en Madrid y en Extremadura) y un 15% de las consultas. Estas cifras, elaboradas a partir del Cat¨¢logo Nacional de Hospitales del Ministerio de Sanidad y de las Tablas e indicadores de actividad del Insalud, con ser significativas, no dan cuenta de otro valor inestimable, que, en t¨¦rminos de equidad, se mide en vidas humanas, en paliar sufrimientos innecesarios y evitables (por ejemplo, atenci¨®n inmediata y adecuada al parto normal), en la recuperaci¨®n de los da?os causados por multitud de dolencias (accidentes de tr¨¢fico, hemorragias graves, etc¨¦tera) y en rehabilitaci¨®n. En efecto, los hospitales comarcales cubren poblaciones con frecuencia aisladas, rurales, o a veces simplemente alejadas de los grandes n¨²cleos urbanos en donde se concentraban pr¨¢cticamente en exclusiva los dispositivos sanitarios especializados hasta hace bien poco.
2. Por la labor educativa sanitaria sobre la ciudadan¨ªa, formativa y de apoyo en los aspectos de tecnificaci¨®n asistencial sobre los profesionales sanitarios de atenci¨®n primaria, y, en general, por su papel de fuerte impacto cultural, ya que hay que conocer la influencia que supone en determinadas comarcas rurales o semiurbanas la llegada de varios cientos de titulados superiores o medios.
3. Por el papel econ¨®mico dinamizador que producen durante su construcci¨®n y puesta en marcha (en general, suele ser la mayor o de las mayores obras que se hayan realizado en la comarca nunca) y posteriormente durante su funcionamiento, ya que generan aproximadamente de 2,2 a 2,8 puestos de trabajo directos por cama, m¨¢s un n¨²mero dif¨ªcil de cuantificar, aunque sustancial, de puestos indirectos. Es este uno de los ejemplos (y no el m¨¢s importante en magnitudes absolutas, como pueden ser el de la industria farmac¨¦utica o el de la alta y no alta tecnolog¨ªas sanitarias) que demuestran c¨®mo el sector sanitario es no s¨®lo origen de gasto social, sino que tambi¨¦n es generador y mantenedor de riqueza.
Una sombra, sin embargo, ha oscurecido y oscurece todav¨ªa a estos hospitales: la escasez de determinados profesionales especialistas; por ejemplo, anestesistas, radi¨®logos, etc¨¦tera. Esta situaci¨®n ha puesto en ocasiones a alg¨²n centro al borde del cierre temporal. El remedio ha de venir no de abandonar estos hospitales o dejar de construirlos, tal y como se ha propugnado a veces con tremenda ligereza desde fuera y desde dentro de la propia Administraci¨®n, sino de resolver, como ya se viene haciendo, la formaci¨®n de los especialistas precisos en un n¨²mero adecuado. Por otra parte, ya se est¨¢ experimentando en varios lugares de nuestro pa¨ªs, el env¨ªo telem¨¢tico de electrocardiogramas, radiograf¨ªas y otras pruebas a grandes hospitales de referencia para su interpretaci¨®n y posterior remisi¨®n al centro comarcal. En alguna comunidad aut¨®noma se han utilizado tambi¨¦n f¨®rmulas flexibles para estimular el desplazamiento temporal de especialistas de los grandes hospitales a los comarcales o el poder compartir las plantillas de estos profesionales m¨¢s escasos de los primeros con los segundos.
A pesar de este ¨²ltimo problema, y no balad¨ª, el balance est¨¢ siendo tremendamente positivo, lo que hace que haya valido la pena no s¨®lo iniciar la obra, sino lo m¨¢s dif¨ªcil que es en la actualidad mantenerla, perfeccionarla y completarla.
es m¨¦dico.
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