Contradictorio Newton
Se cumple el 350 aniversario del fundador de la ciencia moderna
Trescientos cincuenta a?os despu¨¦s de su nacimiento el d¨ªa de Navidad de 1642, entender a Newton sigue siendo un reto. Isaac Newton se ha convertido en un h¨¦roe de la ciencia, un mito sobre el que se ha llegado a afirmar que es el mejor cient¨ªfico de la historia. Pero el car¨¢cter ejemplar de su obra -referencia obligada para la f¨ªsica y la ciencia en su conjunto durante m¨¢s de 200 a?os-, no debe ocultar al personaje hist¨®rico, con todas sus consecuencias, como, por ejemplo, que tan grandes avances cient¨ªficos se realizaran en un contexto de acci¨®n metaf¨ªsica e incluso supersticiosa.
La habilidad de Isaac Newton (1642-1727) y su genio intelectual se manifestaron en un amplio abanico de disciplinas. Su aportaci¨®n a las Matem¨¢ticas fue notable en varios campos, pero sobre todo se le considera uno de los principales introductores del c¨¢lculo infinitesimal, junto con Wallis, Gregory, Barrow y Leibniz, entre otros. En cuanto a la F¨ªsica, hay que destacar sus trabajos experimentales sobre ¨®ptica, con estudios muy destacados, como la producci¨®n e interpretaci¨®n de los anillos de interferencia producidos por una fina capa de aire de espesor variable entre dos lentes (anillos de Newton) y la construcci¨®n de un nuevo tipo de telescopio de reflexi¨®n. Recu¨¦rdese que Newton justific¨® estos fen¨®menos a partir de una concepci¨®n corpuscular de la materia que, en su teor¨ªa todav¨ªa poco madura, no exclu¨ªa la presencia de ondas en el ¨¦ter.Sus contribuciones de m¨¢s peso espec¨ªfico, sin embargo, fueron su formulaci¨®n de las tres leyes de la mec¨¢nica y su ley de gravitaci¨®n universal, con la cual fue capaz de explicar de forma muy satisfactoria las leyes emp¨ªricas debidas a Kepler, que reg¨ªan el movimento de los planetas en el sistema solar. Su concepci¨®n del mundo f¨ªsico constitu¨ªa una respuesta a Descartes, entonces muy influyente.
Newton tuvo poco inter¨¦s en publicar una parte muy importante de su producci¨®n cient¨ªfica, que circul¨® en versi¨®n manuscrita. Alguno de sus libros, adem¨¢s, acab¨® public¨¢ndose gracias a la insistencia y tenacidad de sus amigos. Este es el caso del que contiene sus principales contribuciones te¨®ricas, los Pililosophiae Naturalis Principia Mathematica (1687), que complet¨® por el impulso de Edmon Halley.
La magia de la alquimia
La actividad de Newton abarc¨® campos que hoy se consideran fuera de la ciencia. Dedic¨® una parte muy importante de sus estudios y de sus trabajos experimentales a la alquimia, una disciplina que, aun siendo la antecesora de la qu¨ªmica, ten¨ªa una fuerte orientaci¨®n ocultista y m¨¢gica. Otro campo de investigaci¨®n al que tambi¨¦n dedic¨® su tiempo fue la cronolog¨ªa de los reinos antiguos.Este inter¨¦s por la historia antigua y por los temas b¨ªblicos no nos debe extra?ar: Newton, como sus contempor¨¢neos, no pod¨ªa concebir una separaci¨®n clara entre la investigaci¨®n cient¨ªfica y la religi¨®n. Es conocida la tesis de Robert K. Merton sobre el papel del puritanismo protestante como impulsor de la revoluci¨®n cient¨ªfica inglesa en el siglo XVII. La Filosof¨ªa Natural ten¨ªa por objetivo el estudio de Dios a trav¨¦s de la Naturaleza. S¨®lo se distingu¨ªa de la Teolog¨ªa por su car¨¢cter experimental y no especulativo. La pr¨¢ctica intelectual de Newton y de sus contempor¨¢neos tiene poco que ver con la pr¨¢ctica cient¨ªfica actual, en la que el papel de Dios se ci?e a las convicciones individuales del investigador, que no intervienen m¨¢s que indirectamente en el desarrollo de la ciencia.
En el caso de Newton, su acci¨®n intelectual ten¨ªa un objetivo secreto a?adido, ya que se ha demostrado que profesaba el arrianismo, una herej¨ªa que hund¨ªa sus ra¨ªces en la iglesia primitiva y que pon¨ªa en cuesti¨®n la divinidad de Cristo y la realidad de la Trinidad de Dios.
En la ¨²ltima fase de su vida, Newton compatibiliz¨® la actividad cient¨ªfica y universitaria con la pol¨ªtica y el servicio a la Corona.
En 1689 fue elegido diputado representante de su universidad; y en 1696 fue nombrado inspector de la Casa de la Moneda, dedicaci¨®n que le oblig¨® a renunciar a su c¨¢tedra en Cambridge, que hab¨ªa ocupado durante 27 a?os. Desde ese puesto era el responsable de la persecuci¨®n de los falsificadores de moneda, tarea que realiz¨® con dureza y tenacidad, hasta el punto de mandar a m¨¢s de una veintena de delincuentes a la horca.
Su eficacia le llev¨® en 1699 a la direcci¨®n de la Casa de la Moneda, cargo que desempe?¨® durante 28 a?os, hasta su muerte.
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