Los placeres de la claridad
Juan Urrios.Ortop¨¨dies. Sala Monteada de la Fundaci¨®n La Caixa. C/ Montcada, 14. Barcelona. Hasta el 17 de enero.
Despu¨¦s de varios sustos respecto a su futuro, parece ser que la fundaci¨®n La Caixa en su sala de la calle Montcada -en la que durante a?os se ha presentado lo m¨¢s representativo de la nueva escena art¨ªstica- vuelve a la actividad, encargando el presente curso a Rosa Mart¨ªnez, ex directora de la Bienal de Barcelona, que ha propuesto un programa basado en cinco valores para el pr¨®ximo milenio, el primero de los cuales -la claridad- se ejemplific¨® con la exposici¨®n de Juan Urrios (Barcelona, 1962).
Son dos series de fotograf¨ªas ampliadas, que ocupan la sala casi como revestimiento de las paredes: en una, rostros de reclusos son manipulados por ordenador, de modo que, a pesar de su verosimilitud, no corresponden a ninguna persona en concreto, y tienden de lo particular a lo gen¨¦rico, como en un proceso de abstracci¨®n ling¨¹¨ªstica. La otra serie consta de im¨¢genes de bolsas y maletas en las pantallas de rayos X de los aeropuertos: la real o fingida intromisi¨®n en la privacidad nos acerca a lo particular desde lo general. A pesar del exceso de obras este trabajo de Urrios propone una lectura muy personal -mucho m¨¢s contundente que su obra anteriorde la claridad a partir de la ocultaci¨®n, de la representaci¨®n a partir de la ficci¨®n, de los referentes a partir de sus significantes, de la realidad a partir de la virtualidad y de una supuesta objetividad a partir de una ¨ªnterinidad total, en la que apenas intervienen factores perceptuales del espectador.
La fotograf¨ªa como medio
Por m¨¢s que se afirme lo contrario, nos hallamos ante un trabajo tremendamente subjetivo, cuyas motivaciones ¨²ltimas nos hablan de posturas individuales y de sistemas privados de comprensi¨®n del entorno.
En alg¨²n momento parece que hay gui?os a propuestas fotogr¨¢ficas surgidas en la escena reciente: los grandes rostros se fundamentan en el equ¨ªvoco perceptual, puesto que su verosimilitud es artificio, pura apariencia. Asistimos a las estrategias de la representaci¨®n al servicio de una idea que recurre a la fotograf¨ªa s¨®lo como medio e instrumento, jam¨¢s como fin o como sistema para reproducir la realidad de donde se parte, a la que se recurre o hacia la que se tiende. Representaci¨®n, acaso; reproducci¨®n, jam¨¢s.
La obra de Urrios econsigue un nivel de rigor destacable: desde una ¨®ptica un tanto parad¨®jica, su aportaci¨®n a la idea de claridad se produce precisamente desde la posibilidad de contemplar la virtualidad de las presencias y de presentar la obra desde su punto de vista m¨¢s oscuro o, cuando menos, desde su posibilidad m¨¢s instalada en la duda y en la incertidumbre, haciendo gala de unas considerables dosis de ese hermetismo que se desprende de toda intervenci¨®n esencialmente personal.
Babelia
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