La planificaci¨®n hidrol¨®gica
La autora pasa revista a los intentos de planificaci¨®n hidrol¨®gica en Espa?a, motivados por la irregularidad de las precipitaciones y el desequilibrio entre los recursos y las necesidades, concluye que la solidaridad interregional debe permitir la satisfacci¨®n global de las demandas de agua, al tiempo que garantiza una protecci¨®n suficiente frente a las avenidas y la conservaci¨®n de los recursos ambientales.
La entrada en el siglo actual marc¨® el inicio de la preocupaci¨®n por la planificaci¨®n hidr¨¢ulica. En su primera etapa prevalece el mero criterio de posibilidad t¨¦cnica de llevar a cabo obras concretas para atender finalidades precisas: presas de embalse para zonas regables. No se toman en consideraci¨®n aspectos como la regulaci¨®n integral de la cuenca, la viabilidad econ¨®mica de las actuaciones o la financiaci¨®n del plan, y no existen referencias a la calidad de las aguas o a los aspectos medioambientales. En este contexto, algunas opiniones autorizadas califican los primeros escarceos planificadores como meros cat¨¢logos de obras.En los a?os veinte se intensificaron los estudios y reconocimientos de la cuenca del Tajo, y a partir de 1930 se aument¨® esta labor, desarroll¨¢ndose importantes estudios de embalses, como los de Entrepe?as, Gabriel y Gal¨¢n, Rosarito, Borboll¨®n, El Vado y P¨¢lmaces, todos ellos realizados posteriormente. Al Tundarse el Centro de Estudios Hidrogr¨¢ficos por decreto de 22 de febrero de 1933, siendo ministro Indalecio Prieto, este encarga un Plan Nacional de Obras Hidr¨¢ulicas.
Las excelencias de este trabajo, en el que por primera vez se introducen en la planificaci¨®n los conceptos de mercado de los productos obtenidos, y se aborda un decidido programa de sustituci¨®n de importaciones de alimentos y forrajes, son bien conocidas. Trata tambi¨¦n cuestiones de abastecimiento urbano, defensas contra avenidas y repoblaci¨®n forestal, y se aproxima decididamente a una concepci¨®n integral de la planificaci¨®n. Por lo que respecta a la cuenca del Tajo se plantearon una serie de objetivos, entre los que se pueden destacar: la regulaci¨®n de las cabeceras con el fin de asegurar el trasvase Tajo-Segura y beneficiar zonas de aguas abajo, la implantaci¨®n de regad¨ªos en las zonas de escasez y la creaci¨®n de una zona de cultivos intensivos en el lugar donde se encuentran las posibilidades hidrogr¨¢ficas de la cuenca.
El Plan Pe?a (1940), inmediatamente posterior a la guerra. civil espa?ola, se limit¨® a recoger las obras de los planes anteriores y ha estado vigente hasta fechas recientes. En este periodo no se acometen nuevos intentos planificadores. Las realizaciones inspiradas en la ¨¦poca anterior no entran a formar parte de planes integrales.
Decisiones centralizadas
En los decenios siguientes, las confederaciones hidrol¨®gicas constituyen esencialmente una rueda de transmisi¨®n de las decisiones centralizadas de pol¨ªtica hidr¨¢ulica y contribuyen con sus medios humanos al proyecto y ejecuci¨®n de obras. La planificaci¨®n va quedando relegada, y la separaci¨®n de las comisar¨ªas de aguas (1959) introduce una disfunci¨®n dif¨ªcil de superar.
La Ley de Aguas de 1985 establece como principio armonizador el uso de los recursos con el medio ambiente e institucionaliza la planificaci¨®n hidrol¨®gica. Su objetivo es satisfacer las demandas de agua fomentando la calidad, disponibilidad y empleo adecuado de los recursos h¨ªdricos. Para ello se ha de proponer la utilizaci¨®n de la tecnolog¨ªa m¨¢s adecuada en la captaci¨®n, regulaci¨®n, transporte y distribuci¨®n de agua, lo que contribuye a reducir el despilfarro y a la asignaci¨®n racional de los recursos.
La adscripci¨®n de ¨¦stos a las demandas requiere la consideraci¨®n previa de la calidad adecuada y ajustada a la normativa; cabe mejorarla con el criterio adicional de utilizar las aguas de mejor calidad para los usos m¨¢s nobles, evitar la mezcla de efluentes contaminados y practicar una pol¨ªtica de depuraci¨®n selectiva. Los usos del agua, pues, deben ser solventes, y, por consiguiente, los proyectos de regad¨ªo, principal consumidor, han de evaluarse tanto desde el punto de vista socioecon¨®mico como desde el punto de vista de los efectos de ordenaci¨®n del territorio.
La irregularidad hidrol¨®gica en Espa?a es una constante que debe ser paliada con reequilibrios en lo espacial y regulaci¨®n en lo temporal. La precipitaci¨®n nival y el almacenamiento en acu¨ªferos son elementos reguladores importantes que requieren profundizar en el conocimiento de sus caracter¨ªsticas. Las grandes infraestructuras de regulaci¨®n -las presas de los embalses- y transporte de agua -canales- comportan inversiones cuantiosas que han de someterse a t¨¦cnicas de evaluaci¨®n econ¨®mica, social y ambiental. El ahorro se configura como una fuente significativa de recursos, potenciado por la autom¨¢tica reducci¨®n de retornos contaminados y la reutilizaci¨®n de ¨¦stos, cuando su calidad lo permita, es probablemente un recurso inmediato. La defensa frente a inundaciones (que tambi¨¦n se producen en la cuenca del Tajo) requiere medidas a corto y a largo plazo tendiendo a aumentar con el tiempo la rentabilidad individual de estas iniciativas al ser mayores los intereses cuya ruina se evita.
La protecci¨®n y ordenaci¨®n del recurso requiere la fijaci¨®n de criterios de prioridad de uso y una asignaci¨®n que contemple reservas de recursos o terrenos para hacer frente a aumentos previsibles de demanda. La calidad del agua debe ajustarse a objetivos prefijados por tramos y con un grado de realismo que no los haga excesivamente costosos. Estos objetivos habr¨¢n de acoplarse a los usos del recurso que hayan sido previstos, e implicar¨¢n medidas de protecci¨®n contra su contaminaci¨®n, depuraci¨®n o derivaci¨®n de efluentes nocivos. El medio ambiente relacionado con el agua puede recibir una agresi¨®n al llevar a cabo actuaciones que hay que evaluar adecuadamente y mitigar en lo posible. Aspecto singular es la variaci¨®n de r¨¦gimen en los r¨ªos regulados, que debe moderarse mediante la exigencia de caudales medioambientales y medidas de protecci¨®n especial de los ecosistemas de ribera de la red fluvial, acu¨ªferos o masas de agua y zonas h¨²medas cuyo inter¨¦s o vulnerabilidad lo requiera.
El compromiso entre el dilatado plazo de ejecuci¨®n que requieren las infraestructuras hidr¨¢ulicas y la escasa perspectiva temporal de proyecci¨®n de las demandas a que puede aspirarse, se resuelve estableciendo tres horizontes temporales. En primer lugar, la situaci¨®n actual, coincidente con la fase de elaboraci¨®n del plan en 1992, que ser¨¢ expresi¨®n de la situaci¨®n de las demandas presentes.
En segundo lugar, la proyecci¨®n a medio plazo, hasta el a?o 2002, durante la cual debe programarse y en algunos casos ejecutarse las obras necesarias para atender la evoluci¨®n de las actuales necesidades concibiendo distintos escenarios de variaciones previsibles y evaluando las oportunidades de desarrollo. Y, en tercer y ¨²ltimo lugar, la proyecci¨®n a largo plazo, hasta el a?o 2012, periodo de ejecuci¨®n de las obras previstas y correcci¨®n de los desequilibrios presentes reconsiderando la situaci¨®n alcanzada y las nuevas previsiones para etapas futuras. Cada escenario alternativo en los distintos horizontes de planificaci¨®n supondr¨¢ un grado diferente de desarrollo de los recursos h¨ªdricos.
Solidaridad interregional
El Consejo Nacional del Agua y el Consejo del Agua de la cuenca del Tajo, as¨ª como el de los otros organismos de cuenca, son ¨®rganos colegiados y representativos de los agentes sociales afectados por la planificaci¨®n h¨ªdrica: administraciones del Estado, auton¨®micas y locales, usuarios y representantes de cada confederaci¨®n hidrogr¨¢fica.
Conviene se?alar que el Plan Hidrol¨®gico del Tajo, que se refiere a los problemas del agua de su propio ¨¢mbito, tendr¨¢ que acomodarse a las determinaciones del Plan Hidrol¨®gico Nacional. Hay que subrayar la importancia de este ¨²ltimo, porque muchos de los problemas de las distintas cuencas hidrogr¨¢ficas tendr¨¢n que resolverse dentro del marco hidr¨¢ulico global del pa¨ªs.
La solidaridad interregional -t¨¦cnica, econ¨®mica y social- permitir¨¢ la satisfacci¨®n global de las demandas h¨ªdricas en cantidad y calidad, la protecci¨®n frente a las avenidas, la conservaci¨®n de los recursos ambientales, y, en general, la soluci¨®n nacional de todos los problemas del entorno del agua.
es presidenta de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Tajo.
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