?No celebre las fiestas! Vera que gozo
AGUST?N GARC¨ªA CALVOExplica el autor del art¨ªculo las ventajas que conlleva el no celebrar estas fiestas de Navidad y A?o Nuevo, aceptando que al principio se sentir¨¢ una cierta sensaci¨®n de vac¨ªo hasta que dicha impresi¨®n se transforme en una alegr¨ªa, hasta convertirse en el mejor regalo de los verdaderos Reyes Magos.
Que no se ha parado usted a pensar la ocasi¨®n que le brindan para no celebrar las fiestas, que sino, ya estar¨ªa usted ech¨¢ndose a no celebrarlas, ni Navidades, ni A?o Nuevo, ni T¨¦mporas, ni Constituci¨®n...Piense usted, lo primero, de lo que se libra: no tendr¨¢ que ir de compras, arrastrando acaso al c¨®nyuge cansino, a los grandes almacenes, con la t¨¦trica ilusi¨®n de FELICIDAD en sus fachadas, ni subir y bajar por la escalera mec¨¢nica del Limbo al Para¨ªso, ni calcular, en largas discusiones con la misma c¨®nyuge, a cu¨¢ntos pr¨®jimos hay que mandar regalo, parientes ni amigos ni se?ores de su mayor consideraci¨®n, ni siquiera aburrirse escribiendo crismas parta conseguir decir "Nada" Con florituras, ni...
Papel dorado
?C¨®mo dice?: ?que si no va a regalarle nada a nadie? Pues no, amigo: ni ahora ni nunca: ?se va a librar usted de la inmensa fatiga del regalo! Y ver¨¢ c¨®mo no pasa nada: simplemente, deja usted de regalar, y ya est¨¢. ?Que a alguno puede que le duela? ?Qu¨¦ va, hombre!: si de verdad le da igual: si en el fondo saben que todo lo que se regala no es m¨¢s que dinero forrado de papel dorado, o sea nada, o sea lo mismo que venden en las tiendas de la nada de veras, que son los Bancos.
O, si no, mire: recorte este anuncio, p¨¦guelo en una tarjeta bajo celof¨¢n, y vaya ense?andoselo a todo Dios, como si hubiera salido otra secta nueva, y p¨®ngase un letrero YO SOY DE LOS QUE NO CELEBRAN, y como las religiones se respetan tanto, ni los m¨¢s cre¨ªdos se atrever¨¢n a reclarnarle.
Pero d¨¦jeme decirle de qu¨¦ m¨¢s cosas se va a librar usted no celebrando.
Se librar¨¢ del latazo de la cena de la Sagrada Familia: que, ya que no puede usted sacudirse de repente el yugo, por lo menos ?que no le hagan tragar el bochorno y la indigesti¨®n de festejar a la Familia Unida y Feliz, hombre, por Dios!
Y se librar¨¢ de tener que hacer monadas alrededor de 12 uvitas, con las que le hac¨ªan tragar y confesar la fe en el Calendario de la Muerte; y de cogerse una cogorza trompetera para que vean que es usted un tipo con marcha. Y, ya que est¨¢s obligado a pasarte cada fin de semana aguantando el rollo feroz de la noche de discoteca a ver qui¨¦n resiste m¨¢s, si hasta las cinco, si hasta las siete, ?co?o, t¨ªo!, por lo menos que no te metan encima una Extraordinaria que te deje de aburrimiento hasta los tu¨¦tanos trag¨¢ndote un retah¨ªlo de imb¨¦ciles famosos al servicio del Se?or, para acabar vomitando "Asturias, patria querida" entre los contenedores.
Estorbo de ilusiones
En fin, la tira: ?a qu¨¦ le voy a contar la de miserias de que va a librarse?, si s¨®lo con mencionarlo ya le est¨¢ entrando un alivio y un gozo que hasta se le desperezan los pelitos: ?a que s¨ª?
S¨ª, pero en cambio -me dice usted-, lo que a lo mejor me pierdo... Bueno, pues mire: vamos a cortar con ese estorbo de ilusiones que le queden: aqu¨ª le prometemos, con toda la seriedad que este Rotativo le garantiza: que no le va a tocar a usted el Gordo; que no le va a salir ning¨²n ligue maravilloso ni en Navidad ni en A?o Nuevo ni siquiera el d¨ªa de los Reyes (a no ser que se haya dedicado a no celebrar nada; que entonces, a lo mejor ... ); que no le va a ocurrir nada que le ilumine esa jeta de ejecutivo que se le est¨¢ poniendo; que va a acabar con la misma resaca de tristeza que el a?o pasado, y el anterior, y el anterior... y as¨ª hasta la expulsi¨®n del Para¨ªso.
As¨ª que ?para qu¨¦? Ande, hombre: ?por qu¨¦ no se da usted el- gustazo de no celebrar las fiestas?
Tan f¨¢cil que se lo han puesto: como se las tienen todas tan preparadas y dise?adas y anunciadas y bombardeadas, como ya sabe usted al minuto las diversiones que le esperan, pues ya est¨¢: puede darlas tranquilamente por pasadas, ?no? Lo programado, ya es pasado.
Ni hace falta tampoco que ande buscando contracelebraciones ni refugios para escapar de las fiestas, nada: la vida corriente basta: cuanto m¨¢s corrientita, m¨¢s gozo. Ya s¨®lo con ver c¨®mo los dem¨¢s hacen a su alrededor el memo y cumplen el programa... Pero no: m¨¢s gozo; m¨¢s hondo todav¨ªa.
El tiempo vac¨ªo
Puede que al principio le cueste no dejarse arrastrar: las lucecitas y los bocinazos con que los pop¨®s suelen tan entusi¨¢sticamente celebrarlo (?como que son ellos, las flestas!) se le meten a uno por los poros. Y peor a¨²n, los parientes, los amigos, las novias, los pretendientes, que le llamen, que le inviten, que lo acosen... S¨ª, ser¨¢ algo duro.
A lo primero sentir¨¢ usted el vac¨ªo, el tiempo vac¨ªo que le queda por sola compa?¨ªa; pero usted siga sin celebrar, siga con la rutina de su vida, como si nada; y ya ver¨¢ c¨®mo, a medida que los d¨ªas pasan, y va usted no celebrando, y no se?or, y no, y no, se le va encendiendo dentro una candelita de alegr¨ªa, va sintiendo resucitar por los ojos, por las manos, un ni?o sin ilusiones, un aliento de vida y de pensamiento; y el no haber celebrado las fiestas se le convertir¨¢ en un tesoro de Reyes Magos verdaderos.
es catedr¨¢tico de Lat¨ªn de la Universidad Complutense.
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