Guardias civiles detenidos por Garz¨®n admiten que introdujeron 100 kilos de coca¨ªna en Espa?a
"Se?or¨ªa, pienso que se utiliz¨® no solamente la cobertura de la Fiscal¨ªa Antidroga, sino que se han utilizado guardias civiles, y entre ellos me meto yo, que me he sentido enga?ado completamente. Hay que coger infraestructura, empresas, cuentas. Decir 'que vengan drogas' para coger al pobre desgraciado que la trae; es una burrada". Esta frase del capit¨¢n de la Guardia Civil Jes¨²s N¨²?ez Calvo, recogida en el sumario que instruye el juez Baltasar Garz¨®n sobre conductas delictivas de mandos y miembros de la UCIFA (Unidad Central de Informaci¨®n Fiscal y Antidroga) desvela sus m¨¦todos: no s¨®lo pagaban a los confidentes con droga, sino que aqu¨¦llos, en connivencia con la unidad, encargaron el env¨ªo de m¨¢s de cien kilos de coca¨ªna a Espa?a.
El capit¨¢n N¨²?ez tuvo su primer recelo sobre los m¨¦todos de su comandante, Ram¨®n Pindado, al ser intervenido en abril de 1991 en el Hotel Liebany un alijo de 10 kilos de coca¨ªna del que diversos testimonios corroboran que se desviaron dos kilos para confidentes. El registro se produjo sin mandamiento judicial. Cuando se recuentan los bultos de droga en la UCIFA, un agente plantea: "Me parece que hab¨ªa m¨¢s". Pindado zanja la cuesti¨®n: "?Vosotros pon¨¦is la mano en el fuego de que hab¨ªa m¨¢s bultos all¨ª?". Nadie la pone. Nadie se quema. Pero al capit¨¢n le inquieta, adem¨¢s, que s¨®lo se ha detenido al que tra¨ªa la maleta y al que se alojaba en el hotel. "En principio, hab¨ªa previsto otra cosa, pero pasa lo que pasa en el hotel Liebany, que luego al final no acudieron nunca los compradores: Yo estoy convencido ahora mismo de que no hab¨ªa una organizaci¨®n", explica el capit¨¢n.La siguiente operaci¨®n -30 kilos de coca¨ªna intervenidos ese mismo mes en un piso de la calle madrile?a de Galileo, de los que tres fueron desviados al confidente Ram¨®n Temple- fue "vergonzosamente" dise?ada hasta en sus ¨²ltimos detalles por el sopl¨®n, que fijaba "lo que mandaba la organizaci¨®n, las medidas de seguridad. Todas las actuaciones del colaborador eran hechas con la aquiescencia del comandante Pindado". Aunque con esta entrega vigilada, una vez m¨¢s, Pindado pretend¨ªa desarticular una red de distribuci¨®n, "los compradores nunca llegaron al piso de Galileo", se queja N¨²?ez.
Provocaci¨®n de delito
"Para m¨ª, se?or¨ªa, ahora, a tiempo vista, para m¨ª aquello era una provocaci¨®n de delito. Se?or¨ªa, yo pienso que se utiliz¨® no solamente la cobertura de la Fiscal¨ªa Antidroga, sino que se ha utilizado guardias civiles, y entre ellos me meto yo, que me he sentido enga?ado completamente porque yo para coger al pobre desgraciado que va con la maleta, eso nos da lo mismo". N¨²?ez recuerda que las peticiones a la fiscal¨ªa de permisos para estas entregas vigiladas "sol¨ªa firmarlas Pindado con el coronel Rafael Garabito [destituido como jefe del servicio fiscal]".Temple, al salir del piso de Galileo, le entrega la bolsa con los tres kilos de coca¨ªna al capit¨¢n N¨²?ez, que ordena llevarla a la UCIFA.
Cuando N¨²?ez observa que la UCIFA s¨®lo informa oficialmente de la intervenci¨®n de 27 kilos del alijo, pregunta por los otros tres kilos a Pindado, que le replica as¨ª: "Hazte a la idea de que eso se ha enterrado en un zulo en la casa de Campo o ha habido que quemarlo para salvar la vida del confidente. Punto".
El sargento Gonzalo M¨¦ndez ilustra tambi¨¦n sobre los irregulares procedimientos de su superior: "Una semana m¨¢s tarde [diciembre de 1990: se acababan de recibir por encargo 35 kilos de coca¨ªna, de los que cinco fueron para el sopl¨®n], se importaron 58 kilogramos de coca¨ªna con la misma intervenci¨®n de los confidentes, sabiendo ya en esta ocasi¨®n que no hab¨ªa ni compradores ni vendedores para esta sustancia, por lo que el comandante Pindado orden¨® que se llevara la coca¨ªna desde el aeropuerto de Barajas hasta la UCIFA. Una vez que estuvo la coca¨ªna en la unidad y estando presentes el declarante y el comandante Pindado, Doroteo G¨®mez Porras y otro guardia m¨¢s que abri¨® la maleta con unas tenaza, se extrajeron seis kilos de coca¨ªna de los 58 que hab¨ªan llegado. Despu¨¦s, el comandante Pindado se llev¨® 5 kilogramos de coca¨ªna en una bolsa y se los entreg¨® a los hermanos Dalton [los confidentes Jos¨¦ Luis Recuero y Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa Guti¨¦rrez] en la escalera del Tercio y por tanto dentro de la Direcci¨®n General de la Guardia Civil". El kilo restante, seg¨²n M¨¦ndez, fue retirado de la caja fuerte de la unidad cuando estall¨® el esc¨¢ndalo por orden de Pindado, quien le coment¨® que tir¨® la droga por el inodoro.
Este sargento confirma que Pindado "orden¨® la entrega de 3,5 kilos de coca¨ªna" procedentes de los alijos de Galileo y Liebany al confidente Temple. El guardia Doroteo G¨®mez Porras corrobora esa versi¨®n, y recuerda que esa droga lleg¨® despu¨¦s de que los narcos cobraran en el banco de Santander de Colombia un tal¨®n de 120 millones de pesetas que gestion¨® Pindado y que nunca debi¨® llegar a los traficantes.
Oficiales y guardias
Pindado asegura que, "si alguna irregularidad ha habido en la unidad, ha sido responsabilidad de subordinados y no por su consentimiento; no pod¨ªa estar detr¨¢s de cada componente de la unidad" y recuerda su petici¨®n de oficiales para la UCIFA "porque un oficial en principio tiene m¨¢s fiabilidad que un guardia".Por contra, el teniente coronel Francisco Quintero "asume la responsabilidad de aquellos actos en los que intervino dirigiendo la UCIFA, exonera de responsabilidad a sus subordinados, que cumplieron estrictamente sus ¨®rdenes, y nunca crey¨® que hubiera nada ?legal". Este jefe admite que dej¨® que el confidente que propici¨® dos incautaciones de hero¨ªna y una detenci¨®n en noviembre de 1989 saliera de su despacho con dos kilos de la droga. Y reconoce que entreg¨® un kilo de los 32 kilos de coca¨ªna intervenidos en Lloret de Mar (Gerona) el 4 de mayo de 1990 al confidente Recuero. Los Dalton afirman que desde el despacho del coronel Arsenio Ayuso, ex jefe del servicio antidroga, encargaron a un narco de Bolivia 500 kilos de coca¨ªna, que s¨®lo entreg¨® los 32 kilos de Lloret de Mar.
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