"Mi novela subraya el peligro de lo irracional''
Rafael Argullol vivi¨® ayer una de esas densas jornadas que siguen a la proclamaci¨®n de los premios. El Premio Nadal lo hab¨ªa convertido en el hombre del d¨ªa. Conced¨ªa entrevistas cronometradas, con frecuentes interrupciones para atender a las radios, se apresuraba para no faltar a la inevitable cita con las televisiones y se sorprend¨ªa respondiendo una y otra vez a las mismas preguntas sobre la novela que se llev¨® los tres millones de pesetas del Nadal."En el caso de La raz¨®n del mal, la novela surgi¨® como una idea que se te fija en la cabeza y dirige todo el mecanismo posterior, a diferencia de lo que sucede en otras ocasiones, en las que son los personajes los que mandan", manifest¨® Argullol. "En mis novelas anteriores me apoyaba mucho en el modelo de la novela de viaje, pero en esta ¨²ltima la idea fundamental es relatar lo que ocurre cuando en un engranaje que funciona perfectamente, en este caso una ciudad, se introduce un hecho imprevisto".
Argullol se muestra reacio, a pesar de la insistencia de los periodistas, a relatar cu¨¢l es este imprevisto, que viene a ser algo as¨ª como una epidemia que trastoca los h¨¢bitos de los habitantes de la ciudad, convertida en protagonista colectivo de La raz¨®n del mal. "Me he negado a revelarlo incluso a mis amigos", comenta, "porque, en primer lugar, es simb¨®licamente un hecho importante; en segundo lugar, porque es innovador, y, en tercer lugar, porque tiene mucho que ver con cierta inquietud o met¨¢fora de nuestro tiempo. Es, en resumen, un hecho que se presta a ser interpretado de muchas maneras y que va variando de faz en el seno de la sociedad, hasta el punto de que se presta a ser tanto realidad como sue?o".
Este hecho imprevisto, este intruso innominado, es primero s¨®lo una sombra, despu¨¦s un rumor, pero se agranda hasta convertirse en una obsesi¨®n" y acaba, en palabras de Argullol, "trastocando la vida comunitaria y las normas de conducta 'humana y coloca a los individuos en una situaci¨®n l¨ªmite que les hace reflexionar sobre el racionalismo".
El irracionalismo es, seg¨²n afirma el autor, uno de los temas principales de la novela ganadora del Nadal. "En La raz¨®n del mal", dice, "las paradojas de la raz¨®n est¨¢n presentes, pero se subraya tambi¨¦n el peligro del irracionalismo, que podemos ver en nuestros d¨ªas con la proliferaci¨®n de magias y esoterismos. Pienso que si no creamos un proyecto de raz¨®n plural, una de las amenazas que acechan es la demagogia y el irracionalismo".
"En el terreno pol¨ªtico en concreto", precisa Argullol, "tengo la impresi¨®n de que si no se hace un trabajo de renovaci¨®n de la tradici¨®n democr¨¢tica pueden aparecer salvadores que nos lleven a un nihilismo irracionalista. No estoy pensando en el fascismo, pero s¨ª en salvadores de personajes desorientados y esc¨¦pticos".
Al hablar de la tan pregonada crisis que se avecina, Argullol precisa: "Creo que no se trata de una crisis econ¨®mica, sino fundamentalmente psicol¨®gica o espiritual. Hay una especie de crisis de miedo que ha surgido en los ¨²ltimos a?os y que puede incrementarse, y ni posici¨®n es combatir esto con un debate".
Argullol, que ha destacado hasta ahora de un modo especial en el campo del pensamiento, se niega a considerar que su novela sea s¨®lo una excusa para exponer unas ideas, una especie de ensayo encubierto. "Es una novela novela", asegura. "Adem¨¢s, yo no he visto nunca la diferencia entre la literatura pura y la literatura de ideas, y ahora a¨²n menos. Creo que en toda literatura hay siempre ideas y una voluntad de forma".
"El escenario de la novela", puntualiza, "es un escenario inm¨®vil y los ciudadanos est¨¢n atrapados, pero hay tambi¨¦n una acci¨®n y un suspense creados por la anomal¨ªa que surge, que a veces es el mal, a veces una enfermedad y a veces algo innombrable".
La ciudad cerrada de Argullol, los cambios de conducta propiciados por la aparici¨®n del intruso, parecen sugerir un universo kafkiano en La raz¨®n del mal. Al ser preguntado al respecto, el escritor se?ala: "Creo que todo nuestro mundo est¨¢ lleno de elementos kafkianos, como lo es la propia incertidumbre". Y agrega: "Dentro de la tradici¨®n moderna hay muchas influencias distintas. Una de ellas es la conradiana que ha estado siempre muy presente. Tambi¨¦n me interesa mucho J¨¹nger, con quien tengo afinidades en el trasvase de g¨¦neros. En la modernidad me atraen tanto Thomas Mann y Robert Musil como Kafka y Beckett".
Aunque en La raz¨®n del mal hay un par de protagonistas que tienen unas caracter¨ªsticas muy definidas, Argullol insiste en que el aut¨¦ntico protagonista del libro es la ciudad. "Podr¨ªamos hablar del marco de la tragedia griega, en la que se pone en juego tanto una voz coral como unas voces individuales", dice. "En este sentido creo que el aut¨¦ntico protagonista del libro es el esp¨ªritu de la ciudad, una ciudad innominada que podria ser Barcelona y a la que defino en alg¨²n momento en t¨¦rminos fisiol¨®gicos, hablando de sus calles como arterias".
La memoria y el olvido tambi¨¦n est¨¢n presentes en La raz¨®n del mal. "Tanto la memoria como el olvido eran temas que en la novela surg¨ªan como necesidades de la propia trama", comenta el escritor galardonado, "pero me he dado cuenta de que cobran m¨¢s significado porque la amnesia forma parte de los individuos que trazan la historia a trav¨¦s de los ejercicios de amnesia. Hay un paralelismo en la novela entre los individuos y la colectividad, ya que en los dos casos la amnesia est¨¢ presente y es un elemento fundamental en el conocimiento de uno mismo".
Profesor en Italia y en Estados Unidos tiempo atr¨¢s, a Rafael Argullol le colgaron hace tiempo el sambenito de neorrom¨¢ntico a causa de sus diversos ensayos sobre el romanticismo. "No hace falta decir que rechazo la etiqueta", dice. "En el romanticismo me interesan los interrogantes que se plantean sobre la mente moderna y no las respuestas, veo el romanticismo y la ilustraci¨®n como dos caras complementarias de la modernidad".
Babelia
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