"El proceso de mirar el mundo es bello"
J. J. NAVARRO ARISA "Es cierto que mis pinturas m¨¢s recientes pueden calificarse de m¨¢s abstractas, pero yo m¨¢s bien dir¨ªa que se mueven hacia el interior m¨¢s que hacia el exerior. Podr¨ªa decirse que hay un paisaje interior en cierta medida opuesto al paisaje exterior, pero incluso si las pinturas son abstractas, siguen siendo narrativas", explica David Hockney.
El artista, que viene de Inglaterra pero suele vivir en California, comenta que ¨¦sta es su segunda visita a Barcelona en 20 a?os, "aunque hasta ahora", dice, "s¨®lo he visto muy detenidamente el Museo Picasso y la Fundaci¨®n Joan Mir¨®". Dos pintores que Hockney sit¨²a en tire los grandes "como Goya como Tiziano, como Shakespeare; son artistas que aciertan a expresar con igual intensidad la tragedia y la comedia de la vida".
Preguntado por la opci¨®n que representa en casi toda su obra el hecho de dejar de lado los aspectos m¨¢s sombr¨ªos de la existencia, David Hockney ex plica: "Un modo de expresarlo es el siguiente: todos los seres humanos son tocados por la tragedia; nadie puede escapar a ella, lo s¨¦ muy bien. Pero desafortunadamente no todos son tocados por la comedia, y sin embargo la vida est¨¢ hecha de ambas cosas. Francis Bacon dijo que s¨®lo se puede re¨ªr o llorar, o ambas cosas a la vez; en su obra, ¨¦l pudo expresar extra ordinariamente lo tr¨¢gico, pero muy raramente lo c¨®mico. Yo persigo lo que siento. Esencialmente, amo al mundo, creo que es bello. Pienso que el proceso de mirar el mundo es bello y si puedo indic¨¢rselo a la gente a trav¨¦s de mi trabajo, lo hago; si falta algo, que as¨ª sea, pero es noble perseguir lo que uno siente".
Reproducci¨®n y libertad
Hockney es uno de los artistas contempor¨¢neos que con mayor entusiasmo han utilizado las nuevas tecnolog¨ªas de reproducci¨®n, manipulaci¨®n y transmisi¨®n de im¨¢genes pl¨¢sticas y, a su juicio, es un proceso congruente con la historia y con la evoluci¨®n de la mirada. "Sin la reproducci¨®n gr¨¢fica", dice, "no sabr¨ªamos mucho de pintura y, por otro lado, las t¨¦cnicas de reproducci¨®n no son tan mec¨¢nicas como nos han hecho creer; el artista puede hurnanizar esas t¨¦cnicas y mejorarlas a trav¨¦s del amor y el entusiasmo por la divulgaci¨®n de la imagen, que ha generado algunas de las grandes revoluciones pl¨¢sticas de nuestro tiempo, pero esos cambios son sutiles, de percepci¨®n y generalizaci¨®n lenta. La fotocopiadora, por ejemplo, ha sido y es un instrumento de libertad y de posteridad. Con la reproducci¨®n, la unidad equivale a la multiplicidad. Para destruir algo, hay que destruir todas sus copias; si se deja una, volver¨¢ a haber mil o un mill¨®n".Ante la cuesti¨®n de por qu¨¦ dej¨® de trabajar [en 1986] con ensamblajes de fotograf¨ªas, Hockney afirma: "Con la foto grafia aprend¨ª a hacer mover el ojo por el espacio en una superficie plana y crear im¨¢genes que, en cierto sentido, tienen varias dimensiones, que invitan al espectador a insertarse dentro de la imagen, pero creo que la fotografia en general nos ha sustra¨ªdo en parte el misterio de la mirada, lo mismo que la televisi¨®n. Pienso que, en los ¨²ltimos 20 a?os, la fotograf¨ªa ha perdido veracidad en tanto que limita nuestra percepci¨®n, al contrario que la pintura con tempor¨¢nea, que la ampl¨ªa. Mi propia experiencia me llev¨® a la concepci¨®n china de la pintura: los chinos no utilizan el punto de fuga como la pintura occidental; la representaci¨®n y la abstracci¨®n no est¨¢n separadas, son una sola cosa, y eso es muy interesante para las revoluciones visuales futuras, que llegar¨¢n no s¨®lo en pintura, sino en todas las formas de la imagen, incluida la televisi¨®n. Este cambio de perspectiva deber¨ªa cambiar tambi¨¦n nuestros puntos de vista sobre la naturaleza: tendemos a vernos como separados, pero somos parte de ella y no podemos destruirla porque la naturaleza nos destruir¨¢ y seguir¨¢ existiendo sin nosotros, despu¨¦s de nosotros. Para ver la luz exterior, necesitamos de la luz interior. Eso son cosas que me interesan cada vez m¨¢s y las exploro a mi manera, despacio; sin prisa".
La estruendosa pintura del sordo Goya
Hace poco, David Hockney se someti¨® a una intervenci¨®n quir¨²rgica que le dej¨® temporalmente sordo, de cuyos efectos no se ha recuperado todav¨ªa completamente. "Cuando a¨²n estaba del todo sordo", explica, "fui a Madrid para ver los ¨²ltimos cuadros de Goya, los que pint¨® cuando su sordera era ya total. Qued¨¦ sobrecogido, porque son cuadros estruendosos, llenos de griter¨ªo, tanto en sentido literal como metaf¨®rico, y en ese momento comprend¨ª que cuando Goya los pint¨®, no pod¨ªa escuchar otra cosa que el silencio absoluto. Me pareci¨® una manifestaci¨®n impresionante de talento pict¨®rico. Goya, por otro lado, ejemplifica esa capacidad de mirar los lados tr¨¢gico y c¨®mico de la vida: durante sus primeros 50 a?os represent¨® la vida de modo muy gozoso y luego cambi¨® radicalmente".Pablo Picasso es el otro pintor espa?ol que ha fascinado siempre a Hockney, hasta el punto de que en su obra son frecuentes los homenajes y alusiones al artista malague?o. "Picasso", dice Hockney, "comenz¨® la gran revoluci¨®n pl¨¢stica. Posey¨® distintas miradas, distintas maneras de ver, que explor¨® a conciencia y durante mucho tiempo. Hizo un trabajo tan ingente que es dif¨ªcil incluso abarcarlo en s¨ªntesis. Pero lo que m¨¢s valoro de Picasso es su ¨¦poca tard¨ªa, su pintura de los a?os sesenta y setenta, cuando realiz¨® descubrimientos de gran importancia; desarroll¨® lo que llamo un cubismo de pincel. Su primer cubismo era r¨ªgido, tosco y todav¨ªa crudo, pero en los a?os sesenta ya era capaz de dibujar una mujer desde ¨¢ngulos cambiantes sin que la figura perdiera un ¨¢pice de su sensualidad. La ¨²ltima ¨¦poca de Picasso ha sido muy rnenospreciada, pero los grandes artistas no pierden sus ¨²ltimos a?os; siguen adelante, a menudo con mayor soltura, porque son m¨¢s osados y est¨¢n m¨¢s seguros. Picasso no es una excepci¨®n".
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