Una llama en La Moncloa
Felipe Gonz¨¢lez, presidente del Gobierno espa?ol, ha variado ligeramente sus hobbies y se interesa ahora algo m¨¢s por el reino animal que por el vegetal y sus famosos bonsais. Poco despu¨¦s de que regresase Gonz¨¢lez de Bolivia, en junio pasado, un empresario boliviano regal¨® sendas llamas andinas al jefe del Gobierno espa?ol y a su secretario de Estado de Cooperaci¨®n Internacional, Inocencio Arias. Nada m¨¢s recibir el mam¨ªfero, Gonz¨¢lez, al que le toc¨® la hembra, se propuso que tuviese descendientes y su secretaria personal, Pilar Navarro, telefonea de vez en cuando a Arias, que posee el macho, para, cuando est¨¢n en celo, concertar la cita amorosa entre sus dos animales. La llama del secretario de Estado pasa entonces el fin de semana en el corralito de la llama presidencial en el palacio del la Moncloa. Despu¨¦s regresa al chalet de Arias en las afueras de Madrid donde, desde detr¨¢s de su cerca, que ha derribado un par de veces, escupe malhumorada a algunos vecinos. La fecundaci¨®n de la hembra es, al parecer, dif¨ªcil de lograr cuando las llamas, acostumbradas a los Andes, viven a s¨®lo los 600 metros de altitud que tiene Madrid.
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