Temor y extra?eza
UN HOMBRE de 62 a?os, aquejado de hepatitis B, vive desde hace una semana en Pittsburgh (EE UU) gracias al h¨ªgado de un babuino. La posibilidad de que ¨®rganos de animales puedan sustituir a los humanos provoca, en el mejor de los casos, temor y extra?eza. En el peor, un rechazo sustentado en la idea de que existe una barrera infranqueable entre las especiles. La realidad, en cambio, no es as¨ª. Estudios e lnvestigaciones muestran que hay una gran similitud inmunol¨®gica entre algunos animales y el hombre.Estos hallazgos confirman la opini¨®n de los especialistas que ven en los ¨®rganos de animales el futuro de los trasplantes, cuya principal dificultad es, en todos los pa¨ªses, la escasez de ¨®rganos. Si la t¨¦cnica avanza lo suficiente, ese problema podr¨ªa resolverse mediante monos criados con ese fin espec¨ªfico. No son pocos los expertos que opinan, adem¨¢s, que los ¨®rganos de animales pueden mejorar los resultados de los trasplantes entre humanos, ya que se encuentran en perfectas condiciones al no haber pasado-como los donantes humanos- por el deterioro que sufre un organismo enfermo.
A esto hay que a?adir las posibilidades que se abren para patolog¨ªas que hasta ahora no son susceptibles de trasplante. Es el caso de la hepatitis B, una de las dolencias que.mayor morbilidad causa. Los detractores de estas intervenciones alegan, en cambio, que ninguno de los pacientes ha logrado sobrevivir un periodo largo de tiempo y, sobre todo, que esos ¨®rganos de animales pueden ser la puerta de entrada de nuevas patolog¨ªas, desconocidas hasta ahora en los humanos. Los avances cient¨ªficos siempre surgen entre dudas y riesgos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.