El palo y la zanahoria

La escalada de enfrentamientos entre Irak y la coalici¨®n occidental tiene el cariz inevitable de un juego en el que ambas partes desempe?an papeles preconcebidos y en el que nadie puede estar seguro del final.Sadam Husein pone a prueba y provoca constantemente la determinaci¨®n occidental; Estados Unidos, el Reino Unido y Francia responden con demostraciones de fuerza militar, destinadas a condenarle, pero que pueden servirle para recabar apoyo en su pa¨ªs y en el mundo ¨¢rabe y mantenerse en el poder. Lo que les falta a los occidentales es una pol¨ªtica estrat¨¦gica coherente. ( ... )

?Qu¨¦ es lo que quiere conseguir Occidente? ( ... ) Si la respuesta fuera derrocar a Sadam, est¨¢ lejos de quedar claro en los informes oficiales de Washington, Londres y Par¨ªs.

El ¨¦nfasis se pone m¨¢s bien en objetivos m¨¢s limitados, en reforzar los t¨¦rminos del alto el fuego de la guerra del Golfo y en prestar apoyo para proteger a. los ciudadanos iraqu¨ªes de los m¨¢s graves excesos de su l¨ªder. ( ... )

Bill Clinton deber¨ªa elaborar una estrategia pol¨ªtica dirigida no tanto a derrocar¨¢ Sadam Husein como a animar a los iraqu¨ªes a hacerlo.

Junto al castigo de la acci¨®n militar, Clinton deber¨ªa mostrar la zanahoria, de la cooperaci¨®n de Estados Unidos a condici¨®n de que Irak adopte un r¨¦gimen que respete la voluntad de la comunidad internacional y la dignidad y bienestar de sus ciudadanos. ( ... )

, 19 de enero