La l¨®gica de ETA

PARA EL conglomerado que se mueve en tomo a ETA, los presos no s¨®lo constituyen parte sustancial de su tropa, sino su principal bandera y una coartada insuperable. De ah¨ª que tantas de sus iniciativas se relacionen de alguna manera con el mundo carcelario. La bandera de la liberaci¨®n de los presos de ETA o de la mejora de sus condiciones de vida es agitada por colectivos especializados en movilizar los sentimientos de familiares y amigos y en denunciar como maniobras del enemigo cualquier iniciativa tendente a aliviar efectivamente su condici¨®n o acelerar su salida de la c¨¢rcel: una carta procedente de ese mundo y difundida en abril del pasado a?o alertaba sobre el peligro de que "el Gobierno acepte nuestras reivindicaciones", y una circular de la coordinadora KAS, difundida con motivo del indulto de dos antiguos activistas cr¨ªticos, ped¨ªa a los presos que rompieran con aquellos de sus familiares "que critican la lucha armada".Su existencia constituye, adem¨¢s, una de las coartadas favoritas de los ide¨®logos de? nacionalismo violento: la evidencia de que hay 500 presos de ETA en Espa?a y 100 m¨¢s en Francia es presentada por esos pensadores como prueba de una represi¨®n cuya intensidad har¨ªa inevitable el recurso a la lucha armada. La lecci¨®n ha sido aprendida por los alevines, que rompen escaparates y queman autobuses con el argumento de que los intentos policiales de evitar tales acciones demuestran la existencia de la ocupaci¨®n policial de Euskadi.

La mayor¨ªa de los actuales miembros de ETA est¨¢ en la c¨¢rcel. El homenaje que a su memoria rinden los que todav¨ªa est¨¢n libres es matar. Y para que se sepa que a ellos va dedicada su ¨²ltima proeza, en el comunicado que dentro de algunas fechas aparecer¨¢ en el diario Egin se intentar¨¢ justificar el asesinato de Jos¨¦ Ram¨®n Dom¨ªnguez, abatido ayer en San Sebasti¨¢n, aludiendo a su condici¨®n de funcionario de la prisi¨®n de Martutene. Que la v¨ªctima ni siquiera estuviera dedicada a tareas de vigilancia carcelaria es secundario desde el momento en que no es su culpabilidad lo que justifica su muerte, sino el que ¨¦sta haya sido causada por ETA, lo que le convierte en culpable.

Esa l¨®gica se prolonga en el comunicado por el que Herri Batasuna llamaba ayer "hist¨¦ricos y fariseo" a quienes han condenado estos dos ¨²ltimos cr¨ªmenes, siendo as¨ª que ellos son los "verdaderos responsables" por su "negativa a aceptar el di¨¢logo". En fin, se?alar con el dedo a la v¨ªctima tres d¨ªas antes del crimen puede intentar justificarse en nombre de la libertad de expresi¨®n, pero se?alar a los se?aladores, como hizo el mi¨¦rcoles la organizaci¨®n juvenil del PNV, constituye, seg¨²n Egin, un "intento de linchamiento": ?ya hubieran querido Santamar¨ªa y Dom¨ªnguez que su linchamiento se hubiera quedado en un intento comparable!

Por lo dem¨¢s, nada resulta tan inmoral como la pretensi¨®n de neutralidad de quienes buscan hacer compatible su af¨¢n por caer bien a los terroristas con su pesar por los excesos de los pistoleros. Todo lo que hace ETA es excesivo, y ninguna persona decente puede a estas alturas colaborar en la difusi¨®n de las coartadas que el conglomerado que se mueve en torno a esas siglas utiliza para seguir en la brecha.