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Espeluzna pensar que un se?or como Matanzo est¨¦ dentro de un partido de las dimensiones y responsabilidades del PP. Eso s¨ª, el PP jam¨¢s alcanzar¨¢ el poder manteniendo entre sus filas (?y con cargo y mando en plaza!) a personajes de la catadura de este hombre; porque aterrorizan al posible votante y embadurnan todo el partido con un anacr¨®nico y pegajoso tinte de facher¨ªo y despotismo.Aunque en este pa¨ªs posean un pasado tan lamentable, lo cierto es que los conservadores no tienen por qu¨¦ ser necesariamente unos trogloditas, Hay por el mundo bastantes conservadores que dan gusto, se?oras y se?ores de una derecha muy civilizada, dialogantes, abiertos y dem¨®cratas. Incluso hay quien asegura que existe alg¨²n personaje as¨ª en nuestro pa¨ªs. Por ah¨ª pasa, sin lugar a duda, el futuro del PP: esa derecha moderna y tolerante conquistarla hoy con facilidad los votos de un inmenso batall¨®n de descontentos. Pero qu¨¦ ciudadano en su sano juicio va a votar a un partido que tiene al se?or Matanzo entre sus l¨ªderes.

Posee dicho se?or sus seguidores, por supuesto, pero son minor¨ªa, lo cual dice mucho de la salud mental de este pa¨ªs. Deber¨ªa estar Matanzo en otro partido. Con el se?or Gil, ponlo por caso. O con Ruiz-Mateos. Esos son sus agujeros naturales. Lo que estremece es que cuente con el peso y el aparato del PP para dar rienda suelta a su ferocidad pol¨ªtica. El esc¨¢ndalo del Alfil y la inadmisible actitud de Matanzo en todo ello han rebosado el vaso: no s¨¦ si es que el hombre est¨¢ loco (lo cual ser¨ªa una virtud: mejor loco que fascista puro) o si es un agente infiltrado del PSOE a la procura de la destrucci¨®n definitiva de los conservadores. Pero no. Me temo que Matanzo no finge: aunque parezca mentira, ay, ¨¦l es as¨ª. Y a lo peor hasta hay m¨¢s como ¨¦l en su partido.