El destino, en nuestras manos

Hace ahora 60 a?os que Adolfo Hitler se convirti¨® en canciller de Alemania. ( ... ) Se trata de un amargo recuerdo de que nunca debe darse por hecho el vivir en democracia y libertad.Hitler no es un fen¨®meno exclusivamente alem¨¢n; cualquier pa¨ªs v¨ªctima del desencanto pol¨ªtico, la recesi¨®n, la agresi¨®n nacionalista y el odio racial es vulnerable a la acci¨®n de los extremistas que prometen soluciones r¨¢pidas. La Europa de hoy presenta inquietantes paralelos. ( ... )

Pero hablar de un renacimiento fascista es exagerado. ( ... ) La amenaza m¨¢s inmediata se cierne. sobre las nuevas democracias de Europa oriental. Las gentes que se echaron a la calle dram¨¢ticamente para derribar el comunismo han descubierto que la v¨ªa a la econom¨ªa de mercado no es un camino de rosas. Sus instituciones democr¨¢ticas son fr¨¢giles, y muchos antiguos comunistas no han abandonado sus ideas. ( ... )

Occidente todav¨ªa puede desempe?ar un papel decisivo mitigando las penalidades de crear una econom¨ªa de mercado a partir de los escombros del marxismo. Deber¨ªa proporcionar ayuda econ¨®mica, asesoramiento y tecnolog¨ªa.

Y sobre todo, Occidente puede abrir sus mercados a los productos de Europa oriental mediante la reducci¨®n de los aranceles y el aumento de las cuotas. Sin esta ayuda, la democracia por la que tantas personas han arriesgado su vida puede destruirse en su infancia.

30 de enero