"Cre¨ª que mataban a todos los blancos"
Cientos de residentes extranjeros huyen de la revuelta militar en Zaire
"Esta vez fue diferente a otros disturbios: cre¨ª que iban a matamos a todos los blancos", explica una de las integrantes, de la comunidad de extranjeros en Zaire que ayer segu¨ªan siendo evacuados desde Brazzaville, la capital congole?a, hacia Europa. At¨®nitos por la brutalidad con la que las tropas del r¨¦gimen de Mobutu Sese Seko se lanzaron el pasado jueves al pillaje de Kinshasa, muchos de los huidos creen que el estallido violento fue orquestado para castigar a los blancos por la presi¨®n que EE UU, Francia y B¨¦lgica mantienen sobre el dictador para que democratice el pa¨ªs y ajustar cuentas con la oposici¨®n zaire?a.
El Gobierno de transici¨®n, dirigido por la oposici¨®n, asegur¨® ayer que m¨¢s de 1.000 personas murieron en los disturbios.Empleados de empresas belgas, libaneses, brit¨¢nicos de origen paquistan¨ª due?os de los principales comercios de Kinshasa, israel¨ªes ocupados en el comercio de diamantes y, sobre todo, muchos ni?os, formaban parte de un grupo de 200 personas que ayer volaron hacia Bruselas, huyendo de la inseguridad creada por el ¨²ltimo estallido de rabia de las tropas zaire?as.
Sus relatos a este diario los hilan en voz baja en el aeropuerto de Brazzaville, la capital congole?a, situada enfrente de Kinshasa, al otro lado del r¨ªo Congo. Est¨¢n atentos a que los dem¨¢s compa?eros de viaje no capten sus comentarios sobre los acontecimientos, en los que han muerto al menos seis europeos, porque la delaci¨®n est¨¢ a la orden del d¨ªa en Kinshasa y nunca se sabe". Ninguno quiere hacer p¨²blica su identidad por miedo a represalias contra los familiares que han quedado en la capital zaire?a y, sobre todo, porque casi todos piensan regresar "en cuanto mejore la situaci¨®n".
"Nunca hab¨ªa ocurrido nada igual", relata una mujer belga mientras las l¨¢grimas asoman a sus ojos. Residente en Kinshasa desde hace m¨¢s de 30 a?os, ella ya hab¨ªa vivido los disturbios protagonizados por las tropas en septiembre de 1991. "Entonces s¨®lo arremetieron contra los comercios y los almacenes de mercanc¨ªas; ahora no han tenido reparos en atacar las viviendas de blancos y negros, ya fuesen de hombres de negocios o misioneros, para robar, violar a las mujeres y matar sin piedad", a?ade.
Desde hac¨ªa semanas, la poblaci¨®n zaire?a desarrollaba una protesta silenciosa contra el r¨¦gimen del dictador Mobutu Sese Seko neg¨¢ndose a utilizar los nuevos billetes de cinco millones de zaires puestos recientemente en circulaci¨®n sin el debido respaldo financiero. Con este sacrificio colectivo, los zaire?os respondieron al llamamiento de la oposici¨®n dirigida por el actual jefe del Gobierno de transici¨®n, Eti¨¦nne Tsishekedi, quien ve en esta maniobra un nuevo intento de Mobutu de sabotear el proceso de apertura democr¨¢tica que inici¨® de mala gana, por las presiones internacionales, hace dos a?os. Para quebrantar el boicoteo, el dictador incluy¨® los billetes en el sueldo de este mes de la tropa, que ya en 1991 se lanz¨® al pillaje para protestar por sus bajos sueldos. "La falta de aceptaci¨®n de los billetes fue el pretexto de los militares para iniciar el mot¨ªn, pero nuestra impresi¨®n es que el ataque estaba preparado de antemano con el fin de hacerse con los bienes de los blancos y ajustar cuentas con los opositores", explica otra mujer de origen indio y nacionalidad brit¨¢nica.
"Desde que EE UU, Francia y B¨¦lgica est¨¢n presionando a Mobutu para que democratice el pa¨ªs y privatice los recursos mineros, el dictador se ha vuelto en contra de los blancos, especialmente contra los misioneros que apoyan las reivindicaciones populares a favor del respeto de los derechos humanos", a?ade. "Mobutu quiere que los blancos se marchen porque somos testigos inc¨®modos de lo que ocurre; pero vivimos all¨ª desde hace 40 a?os y Zaire es nuestro hogar".
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