En el coraz¨®n de la selva
Los tepuyes de la Amazon¨ªa venezolana, 'joya' de la cooperaci¨®n medioambiental espa?ola
Un nombre ex¨®tico, una regi¨®n remota en la zona donde se centra la preocupaci¨®n mundial, cient¨ªficos y t¨¦cnicos que intentan conocer para conservar con medios limitados. El estudio de la riqueza natural del parque nacional Duida-Marahuaka, en la Amazonia venezolana, para redactar su plan de manejo, es un ejemplo del creciente n¨²mero de proyectos de cooperaci¨®n en medio ambiente que lleva a cabo Espa?a. Es la dif¨ªcil y trabajosa traducci¨®n en acciones concretas de las palabras biodiversidad, desarrollo sostenible, conservaci¨®n, que predominaron en la Cumbre de la Tierra. Una redactora de EL PA?S particip¨® recientemente en la ¨²ltima expedici¨®n de campo del proyecto.
El parque nacional Duida-Marahuaka no es normal. Sus linderos los fija el alt¨ªmetro. Empieza a los 1.000 metros de altitud de un macizo monta?oso en la zona de tepuyes venezolanos, que comprende algunas de las tierras geol¨®gicamente m¨¢s antiguas de la Tierra, y termina en las cumbres de estas espectaculares monta?as, que alcanzan los 2.700 metros. Arriba hace fr¨ªo y el paisaje, de una belleza desolada, -plantas extra?as, muchas de ellas carn¨ªvoras, sobre una turbera encharcada- no se parece en nada a la selva amaz¨®nica que bordea abajo el r¨ªo Orinoco. Los mismos cortes a pico que hacen que la ¨²nica v¨ªa de acceso sea el helic¨®ptero explican que cada cumbre sea una isla natural, diferente de la contigua, con especies de flora y fauna que s¨®lo se encuentran all¨ª o que s¨®lo se comparten con otros tepuyes (endemismos en t¨¦rminos biol¨®gico).En el coraz¨®n de la Amazonia venezolana, al que s¨®lo se puede acceder por el aire o por los r¨ªos, los cient¨ªficos llegan al centro de apoyo, en la peque?a localidad de La Esmeralda, en avioneta, tras dos horas de vuelo sobre la impresionante selva amaz¨®nica desde Puerto Ayacucho. De all¨ª parten en helic¨®ptero a las cimas o los r¨ªos para establecer los campamentos. Son bot¨¢nicos, zo¨®logos, ge¨®logos, ec¨®logos, ingenieros forestales. Cada uno tiene un tema para estudiar, unas muestras que recolectar en poco m¨¢s de una semana.
"Con esta expedici¨®n terminamos el trabajo de campo", explica el experto en medio ambiente que aporta Espa?a, Jos¨¦ Ayarzag¨¹ena. La zona no es f¨¢cil y el trabajo tiene mucho de aventura. Una bi¨®loga, venezolana pereci¨® ahogada el pasado mes de agosto al volcar la canoa en la que viajaba. Las cimas -Duida, Marahuaka Norte, Marahuaka Sur y Huachamacari- est¨¢n casi siempre cubiertas por nubes y nunca se sabe cuando va a poder acceder el helic¨®ptero. Los planes cambian continuamente.
Nuevas especies
Pero los resultados han sido alentadores. Las expediciones se han desarrollado sin conflictos. En ellas han participado cient¨ªficos de la talla de Otto H¨¹ber, m¨¢ximo especialista en flora tepuyana. "Falta el proceso de los datos, pero ya se han descubierto nuevas especies de anfibios y de flora en las cumbres, hemos conseguido establecer la hidrolog¨ªa del Duida, el macizo mayor y m¨¢s complejo y conocer las zonas m¨¢s sensibles a la presencia humana", resume Ayarzag¨¹ena. Tambi¨¦n se ha completado el levantamiento geol¨®gico y un estudio antropol¨®gico, ya que en la zona hay tres etnias ind¨ªgenas, dos grupos misioneros y un peque?o grupo de criollos.
"Este proyecto es el primero y considerado m¨¢s importante del programa para dotar a las zonas protegidas de Venezuela de planes de ordenaci¨®n, con el fin de evitar que usos actuales o potenciales pongan en peligro su conservaci¨®n", afirma Glenda Medina, ornit¨®loga y directora de Fudena, la organizaci¨®n venezolana de la World Wide Fund for Nature (WWF). No solo se intenta saber lo que hay y su susceptibilidad frente al turismo o la miner¨ªa, sino tambi¨¦n decidir si los linderos actuales del parque son suficientes. "Probablemente se va a proponer la extensi¨®n del parque hacia las tierras bajas como zona de amortiguaci¨®n", a?ade Medina, que ha participado tambi¨¦n en las expediciones.
La aportaci¨®n espa?ola al proyecto ha sido en cient¨ªficos y en material. "Se han hecho cuatro expediciones, tres en las cimas de los tepuyes y una en la zona baja de selva amaz¨®nica. En cada una ha habido bot¨¢nicos y zo¨®logos espa?oles y Espa?a ha proporcionado los helic¨®pteros, el material de campamento, los bongos [canoas] con motor fuera borda y un veh¨ªculo todoterreno en Puerto Ayacucho", explica Ayarzag¨¹ena.
Dif¨ªcil acceso
El grueso del personal, hasta unas 15 personas por expedici¨®n entre cient¨ªficos y t¨¦cnicos, y el resto del material, as¨ª como la direcci¨®n del proyecto, corren a cargo de Inparques. Este organismo gestiona en Venezuela las zonas protegidas, que alcanzan una gran extensi¨®n, ya que los parques nacionales ocupan nada menos que un 16% del territorio. La protecci¨®n te¨®rica no se corresponde con la pr¨¢ctica, sin embargo, y hay muchas zonas, como el propio Duida-Marahuaka o parques cercanos como el de Neblina, en las que la mayor protecci¨®n es el dificil acceso.
El proyecto Duida-Marahuaka, que se inici¨® en 1991 y termina este a?o, supondr¨¢ para Espa?a un gasto de unos 150.000 d¨®lares (17 millones de pesetas al cambio actual). Una cantidad modesta si se compara con el total de la cooperaci¨®n con Venezuela, que ascendi¨® en 1992 a 3 millones de d¨®lares, pero una parte importante de la llamada cooperaci¨®n t¨¦cnica. La cooperaci¨®n incluye tambi¨¦n la cultural, la formaci¨®n de recursos humanos y la que se hace indirectamente a trav¨¦s de las organizaciones no gubernamentales.
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