Los indicios de corrupci¨®n en Italia salpican a Forlani y Martelli
Bettino Craxi, secretario del Partido Socialista Italiano (PSI), no es ya el ¨²nico pol¨ªtico de su rango envuelto en el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n que sacude a Italia como consecuencia de las investigaciones judiciales sobre la financiaci¨®n ilegal de los partidos pol¨ªticos. Sigue siendo el ¨²nico cuyo procesamiento ha sido pedido por los magistrados. Pero en las primeras p¨¢ginas de la prensa italiana de hoy, v¨ªspera de la inauguaci¨®n de la asamblea del PSI que deber¨ªa decidir la sustituci¨®n del l¨ªder, junto al nombre de Craxi aparecen los de Arnaldo Forlani y Claudio Martelli.
Forlani, secretario general de la Democracia Cristiana (DC) hasta hace un a?o, ha sido, seg¨²n esas informaciones, denunciado por un colaborador del ex ministro socialista del Medio Ambiente Giorgio Ruffolo, encuadrado en la corriente disidente de Craxi. El testigo ha dicho, al parecer, que Forlani y Craxi cerraron un acuerdo para el reparto de ciertas comisiones.Se trata de un testimonio indirecto, desmentido ayer por Forlani, y que los magistrados han anunciado que no tendr¨¢n en cuenta por lo que se refiere a otra parte comprometedora para el presidente del Senado, el republicano Giovanni Spadolini. Pero esto no impide que Forlani haya entrado de alg¨²n modo en las investigaciones y, sobre todo, en las informaciones period¨ªsticas sobre estos hechos.
La acusaci¨®n contra Martelli, ministro de Justicia y rival de Craxi en el PSI, parte, en cambio, del testimonio judicial de Silvano Larini, el amigo del l¨ªder socialista y presunto cajero de confianza de ¨¦ste, que se entreg¨® el pasado domingo tras 9 meses de fuga.
Informaciones no oficiales indicaban anoche que Larini hab¨ªa reconocido ser el titular de una cuenta secreta abierta en una oficina de Lugano de la Uni¨®n de Bancos Suizos (UBS) en la que el ex presidente del Banco Ambrosiano, Roberto Calvi, ingres¨® casi 700 millones de pesetas en 1981. Pero, al parecer, el testigo a?adi¨® que el beneficiario de dicha cuenta no era solamente Craxi, sino tambi¨¦n su rival Claudio Martelli, quien ha desmentido tales afirmaciones.
Choque abierto.
El contexto de estas noticias era que Craxi y Martelli. avanzaban ayer hacia un nuevo choque abierto en tomo a la sucesi¨®n del secretario general del PSI, tema del que se ocupar¨¢, la asamblea del partido convocada para ma?ana. Martelli se negaba a retirar su candidatura, mientras Craxi promueve la del ex sindicalista Giorgio Benvenuto.
Si ese desacuerdo se mantuviera hasta el jueves, como parece inevitable, las dos corrientes del PSI volver¨ªan a medir sus fuerzas con el voto, como ya hicieron a finales del pasado mes de noviembre. El ala de Craxi obtuvo entonces una mayor¨ªa de aproximadamente el 46% de los votos de la asamblea, frente a un no despreciable 24% de apoyos acumulado por Martelli.
Pero el todav¨ªa l¨ªder del PSI ha sufrido un desgaste considerable durante los ¨²ltimos dos meses de enfrentamientos con los jueces milaneses que pretenden investigar su presunta implicaci¨®n en la financiaci¨®n ilegal de su partido. Las noticias de ayer sobre Martelli y Forlani, aunque le implican ambas personalmente, no dejan de ser, por ello, una inapreciable ayuda de ¨²ltima hora que rompe el aislamiento en que se encontraba Craxi, como ¨²nico l¨ªder de partido investigado hasta por los magistrados.
Martelli hab¨ªa perdido ya el apoyo de algunos disidentes importantes en el PSI, como el l¨ªder de la izquierda, Claudio Signorile, o el ex ministro de Justicia, Rino Formica, quienes anunciaron el lunes que votar¨¢n para la secretar¨ªa del PSI por Benvenuto.
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