Dobrinja, vivir en la primera l¨ªnea del frente
Los habitantes de la antigua villa ol¨ªmpica de Sarajevo se organizan para sobrevivir al asedio
Bajo el constante fuego de los morteros y francotiradores serbios que rodean el barrio, Dobrinja, en primera l¨ªnea del frente, no s¨®lo resiste desde el comienzo de la guerra, sino que se ha convertido en el modelo de organizaci¨®n civil y militar en la asediada Sarajevo. Las 30.000 personas que permanecen atrincheradas en este barrio han impedido la penetraci¨®n de las fuerzas serbias y han organizado con eficiencia la distribuci¨®n de la ayuda humanitaria, un hospital, la universidad, una escuela, un canal de televisi¨®n y peque?os talleres dedicados a reparar los da?os de guerra
Dobrinja funciona con disciplina militar y cada uno de sus habitantes sabe lo que debe hacer en cada momento.El barrio, que alberg¨® la villa ol¨ªmpica durante los Juegos de Invierno en 1984, era considera do la zona yuppie de Sarajevo. Su poblaci¨®n es eminentemente urbana, de clase media, en la que proliferan los profesionales j¨®venes: profesores universitarios, economistas, m¨¦dicos, abogados, periodistas e intelectuales.
"A pesar de las granadas, he mos conseguido preservar el es p¨ªritu urbano de Dobrinja. La gente amaba el barrio y casi nadie quiso marcharse", explica Mevsud Kapetanovic, antiguo propietario de una productora de publicidad y actual director del canal de televisi¨®n de Dobrinja, que emite diariamente una hora y media de noticias so bre el barrio. Los dos periodistas y cinco t¨¦cnicos disponen de dos c¨¢maras y una peque?a sala de edici¨®n situada en el centro de prensa, tocado en varias ocasiones por las granadas.
"Al principio, Dobrinja esta ba defendido por unos 200 fusiles. Los chetniks [milicianos serbios] nunca pudieron entrar en el barrio porque sab¨ªan que sus ha bitantes resistir¨ªan hasta la muerte. Despu¨¦s, la defensa me jor¨®, porque aqu¨ª hab¨ªa una importante quinta columna del SDS [partido serbio] muy bien arma da. Aplicamos el lema "Si no tienes armas, qu¨ªtaselas al enemigo", dice Kapetanovic. Quedan muy pocos serbios, porque los 15.000 que se marcharon eran, en su mayor¨ªa, de esta nacionalidad, "y ahora est¨¢n en el bando enemigo". Una peque?a porci¨®n de Dobrinja, la que est¨¢ pegada al aeropuerto, est¨¢ en poder de los soldados serbios.
Reparto de ayuda
El barrio cuenta con cuatro al macenes de la ayuda humanitaria que llega, en un 95%, a trav¨¦s de los convoyes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. "Cuando tenemos una cantidad suficiente de un producto para todos los vecinos procedemos a su reparto. Por ejemplo, hoy distribuiremos un kilo y medio de harina, medio de az¨²car, un paquete de comida preparada, medio kilo de alubias y un bote de leche en polvo infantil por persona", se?ala Ismet Kapetanovic, coordinador de la ayuda humanitaria.
Desde los almacenes, los alimentos se trasladan en veh¨ªculos a siete puntos de Dobrinja. Al d¨ªa siguiente, el responsable de cada edificio se encarga de entreg¨¢rselos a sus vecinos.
En un peque?o taller, seis hombres construyen rudimentarias estufas de le?a o carb¨®n con los diversos materiales que en cuentran en Dobrinja, incluidos restos de proyectiles. La habilidad de estos artesanos permite incluso la adaptaci¨®n de algunas estufas de gas para ser utilizadas con le?a. Zvonko Moric, jefe del taller, trabajaba en la reparaci¨®n de ascensores y cuenta que han construido cientos de estas estufas, que se entregan gratuitamente a todos los que las necesitan para calentar sus viviendas. En Dobrinja hay otros muchos talleres que trabajan en la reparaci¨®n de ventanas, instalaciones el¨¦ctricas, o la producci¨®n de cristales y sacos de arena, de manera que inmediatamente despu¨¦s de un bombardeo ya hay un equipo dispuesto a paliar los desperfectos.
Una de las paradojas de la guerra es que Dobrinja tiene ahora un hospital del que carec¨ªa. En un antiguo almac¨¦n se han improvisado dos quir¨®fanos, varias salas con camas y tres habitaciones de rehabilitaci¨®n, que a duras penas cubren las necesidades del barrio. En un d¨ªa como cualquier otro de la pasada semana, 17 personas ingresaron en el hospital por heridas de metralla o de bala. Otras cinco murieron, una en la misma entrada del centro asistencial. "Aqu¨ª podemos tratar a los heridos por disparos de francotiradores, pero no a las v¨ªctimas de granadas de mortero, que deben ser evacuadas a Sarajevo. Nos vemos obligados a practicar muchas amputaciones", cuenta Youssef Hajir, director del hospital. En una peque?a sala de tres camas hay un ni?o sin la pierna derecha, un hombre con trozos de metralla en medio cuerpo y una mujer que perdi¨® un brazo.
El secreto de la asistencia m¨¦dica. en Dobrinja es la rapidez con que se act¨²a tras cada ataque, dice el doctor Hajir: "No pasan m¨¢s de cinco minutos desde que una persona resulta herida hasta que recibe los primeros auxilios. Los pacientes no pueden estar m¨¢s de tres d¨ªas aqu¨ª por falta de espacio, pero la rehabilitaci¨®n comienza muy pronto, aqu¨ª o en su casa, bajo la supervisi¨®n de un especialista. Es una experiencia nueva, cuyo resultado m¨¢s importante es que no tenemos inv¨¢lidos".
El director del hospital proclama orgulloso que una delegaci¨®n de la Organizaci¨®n Mundial. de la Salud que visit¨® recientemente Dobrinja qued¨® "impresionada" por la asistencia sanitaria del barrio. El equipo m¨¦dico lo forman 15 especialistas y tres cirujanos, que atienden a diario a unos 100 heridos.
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