El l¨ªder espiritual iran¨ª asegura que Rushdie acabar¨¢ siendo ejecutado
El caso Rushdie sigue envenenando las relaciones entre el Reino Unido e Ir¨¢n. Ayer, al cumplirse cuatro a?os de la fatwa (sentencia religiosa) por la que el ayatol¨¢ Jomeini orden¨® que mataran al es critor brit¨¢nico Salman Rushdie, Ir¨¢n reafirm¨® la sentencia. El ayatol¨¢ Al¨ª Jamenei, l¨ªder espiritual de ' Ir¨¢n y sucesor de Jomeini, afirm¨® que Rushdie "debe ser, y ser¨¢, ejecutado" -palabras que el novelista calific¨® como de "pura y simple amenaza terrorista"- y pidi¨® a Londres que lo entregue a los musulmanes para ser castiga do. El Gobierno brit¨¢nico replic¨® que la proclama de Jamenei era "claramente perjudicial" para las relaciones entre ambos pa¨ªses.
El ayatol¨¢ Al¨ª Jamenei fue inequ¨ªvoco al referirse a Rushdie en una alocuci¨®n dirigida a cl¨¦rigos musulmanes: "El imam Jomeini lanz¨® una flecha contra este imprudente ap¨®stata. La flecha avanza hacia su objetivo y. antes o despu¨¦s lo alcanzar¨¢". La sentencia de muerte, dijo, sigue en pie y ser¨¢ ejecutada. "El veredicto debe cumplirse y se cumplir¨¢", se?al¨®. "Es la obligaci¨®n de todo musulm¨¢n que est¨¦ cerca de este autor mercenario quitar a este ser da?ino del camino de los musulmanes y castigarle". Jamenei pidi¨® a Londres que entregue al escritor: "La soluci¨®n razonable es que el Gobierno brit¨¢nico entregue a los musulmanes a este ap¨®stata para que se le castigue".Rushdie, de 45 a?os, que hace unos d¨ªas manifest¨® su voluntad de salir poco a poco de la clandestinidad a la que vive condenado desde hace cuatro a?os, asisti¨® ayer a una ceremonia religiosa en la capilla del King's College de Cambridge y coment¨® lo sucedico. "As¨ª como [esta capilla] puede tomarse como s¨ªmbolo de lo mejor de la religi¨®n, la fatwa se ha convertido en s¨ªmbolo de lo peor. De hecho es una pura y simple amenza terrorista".
Lafatwa de Jomeini contra Salman Rushdie se produjo tras la publicaci¨®n de la novela Los versos sat¨¢nicos. En ella, el escritor brit¨¢nico suger¨ªa que algunos pasajes del Cor¨¢n hab¨ªan sido inspirados a Mahoma por el diablo. La minor¨ªa musulmana del Reino Unido reaccion¨® ferozmente contra la novela y contra su autor, y el entonces l¨ªder iran¨ª -reci¨¦n salido de una guerra contra Irak durante la que los pa¨ªses occidentales apoyaron indisimuladamente a Sadam Husein- lanz¨® su sentencia de muerte.
Personajes relacionados con la Administraci¨®n iran¨ª y prohombres de la comunidad musulmana internacional agregaron a la sentencia apetitosas; recompensas econ¨®micas por el asesinato del escritor. Desde entonces, Salman Rushdie ha vivido en la clandestinidad y bajo protecci¨®n polic¨ªal. El novelista ha pagado un tercio de los costes de su protecci¨®n, que superan los 100 millones de pesetas, seg¨²n declar¨® recientemente.
Reacci¨®n t¨ªmida
La reacci¨®n de la diplomacia brit¨¢nica fue ayer r¨¢pida, pero t¨ªmida. Esa ha sido la tradicional actitud del Foreign. Office ante el caso Rushdie. Aunque tras la fatwa se rompieron las relaciones diplom¨¢ticas entre el Reino Unido e Ir¨¢n, Londres ha considerado mejor la conciliaci¨®n que la amenaza, y el mensaje emitido ayer por un portavoz del Foreign Office se mantuvo en esa l¨ªnea. Las declaraciones de Jamenei, se limit¨® a subrayar el portavoz, eran "claramente contraproducentes".
El caso Rushdie sigue siendo uno de los principales obst¨¢culos para el establecimiento de relaciones amistosas entre Ir¨¢n y las potencias occidentales, pero ello no parece importar a los medios m¨¢s radicales de Teher¨¢n. "Nos da igual el malestar del Reino Unido y otros pa¨ªses europeos", coment¨¦, Jamenei. "Tambi¨¦n nosotros estamos indignados con muchas de sus acciones". El ministro iran¨ª de Asuntos Exteriores, Al¨ª Akbar Velayati, fue menos dr¨¢stico que Jamenei, pero tambi¨¦n advirti¨® a los pa¨ªses occidentales que traten de separar sus relaciones con Teher¨¢n del drama que vive el escritor. "Algunos pa¨ªses han vinculado el destino de sus tratos bilaterales con Ir¨¢n al destino de esa persona. Se equivocan. Deber¨ªan separar ambas cuestiones".
El Foreign Office pareci¨® haber optado por una posici¨®n menos transigente hace diez d¨ªas, cuando el subsecretario de Exteriores, Douglas Hogg, recibi¨® oficialmente a Salman Rushdie. Tras la entrevista, el escritor expres¨® su satisfacci¨®n por la "nueva estrategia", m¨¢s dura, de la diplomacia brit¨¢nica. Pero ur¨ª7 portavoz de Hogg neg¨® poco despu¨¦s que se hubiera mencionado ning¨²n cambio de postura en la conversaci¨®n. Rushdie expres¨® p¨²blicamente su irritaci¨®n con el Foreign Office: "Me est¨¢n llamando mentiroso", declar¨® el escritor, "y espero una rectificaci¨®n".
Salman Rushdie anunci¨® la semana pasada que pensaba emerger gradualmente de la clandestinidad, "aunque sin asumir riesgos innecesarios". Este recrudecimiento del conflicto pol¨ªtico-religioso hace muy dificil su prop¨®sito.
Rushdie no s¨®lo se enfrenta a la condena de muerte iran¨ª y a la tibieza de su Gobierno (que, seg¨²n el escritor, protege de buena gana a sus ciudananos amenazados por el IRA (Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s), pero se siente a disgusto protegiendo a los amenazados por un pa¨ªs extranjero). Lucha tambi¨¦n contra un creciente aislamiento en su propio pa¨ªs de adopci¨®n, aunque ayer en Cambridge un centenar de personas le aplaudi¨® con fuerza. El propio pr¨ªncipe Carlos, y numerosos escritores y comentaristas brit¨¢nicos, han expresado la opini¨®n de que Rushdie es "un mal escritor" y su protecci¨®n resulta demasiado cara al Tesoro.
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