De la sobriedad a los 'hippies' de lujo
Hasta el mediod¨ªa, la Pasarela Cibeles se pronunci¨® a favor de una mujer eminentemente sobria, deudora del clasicismo imperecedero. Con Jes¨²s del Pozo qued¨® prohibida la frivolidad. Mar¨ªa Guardione administr¨® la dosis comercial que le conviene a la moda para que la calle la acepte sin pegas. Por la tarde, Jordi Cuesta jug¨® la doble baza de la mujer masculina-femenina, seguido de Roberto Verino, que conmocion¨® la pasarela con la apolog¨ªa de una hippie con cach¨¦. Purificaci¨®n Garc¨ªa mostr¨® el resultado de su b¨²squeda de la elegancia deportiva, con una mujer activa que no renuncia al ensue?o rom¨¢ntico.
Jes¨²s del Pozo estren¨® la Pasarela Cibeles con un abrigo negro en punto grueso de formas desbocadas. Era el s¨ªmbolo de una negativa total a introducir la frivolidad. Sigui¨® despu¨¦s su particular ritual de sobriedades, d¨¢ndole a la mujer como opci¨®n el chaquet¨®n gris de formas redondeadas muy a la japonesa. Su concierto tonal insisti¨® luego en los marrones sobre marrones para conjuntos de falda y chaqueta, sorprendidos s¨®lo a veces por alg¨²n juego de complementariedades con rosas difusos y con alg¨²n vestido camisero en azul oscuro e incierto. Consagr¨® la red en enormes piezas que se sobreponen como chalecos a los trajes y aprovech¨® el punto tejido a mano con grandes calados y aspecto saco para introducir el tierra.Jes¨²s del Pozo fantase¨® despu¨¦s un poco con las gasas y llego como m¨¢xima haza?a a combinar y hacer superposiciones con el morado y el verde en blusas y vestidos leves que conced¨ªan a la silueta un aspecto escu¨¢lido, pero dotado de un resplandor casi metafisico.
Mar¨ªa Guardione present¨® una variedad de prendas f¨¢ciles de llevar. Dispuso gamas de color desde el canela hasta el marr¨®n, el gris y el negro. Con marrones secos mostr¨® pantalones rectos con vuelta, chaquetas, faldas largas y abotonadas, apoyadas con polos ligeramente m¨¢s claros. Dej¨® el gris para pichis escuetos, para abrigos amplios y gabardinas. Su colecci¨®n distendida se esforz¨® en buscar la simplicidad.
Contrastes
Por la tarde, Jordi Cuesta obedeci¨®, a su modo el principio de un look estricto, con abrigos rectos y largos en gris oscuro de lana y cashmere, neutralizando el aire demasiado severo y masculinizado de la mujer con juegos de chaqueta y falda pa?al en los matices m¨¢s livianos del rosa, lila, verde y azul. Uni¨® los chalecos en gales y las americanas de espiguilla con pantalones de napa. En su colecci¨®n llevar bota alta se convirti¨® en precepto. Para la noche eligi¨® el negro en vestidos largos de sat¨¦n y faldas cortas que integraban los adornos de guipur y pasamaner¨ªa.Roberto Verino llega siempre a punto y con una sincron¨ªa a las consignas internacionales del fashion establishment muy de agradecer. Ahora lo pertinente es la onda a?os 70, el grunge style que predica desde el Vogue italiano hasta el Glamour franc¨¦s. Verino se entrega a ello con una ilusi¨®n fuera de lo corriente entre los creadores espa?oles. No crea, sino que recrea. No revoluciona, pero evoluciona. Interpret¨® con mucho chic un op art de cuadritos blancos y negros en americanas de solapas puntiagudas. Pic¨® de aqu¨ª y de all¨¢ y todo le sali¨® con duende. Pero Verino se olvid¨® de flirtear con el otro pilar de la moda en estos momentos, la tendencia ecologista, que en Espa?a est¨¢ pidiendo aut¨¦nticos profetas.
Purificaci¨®n Garc¨ªa hizo un alarde de levitas sobrias y pantalones estrechos de crep en gris perla, anaranjado y marfil. Midi¨® el bajo perfecto del pitillo negro, combinado con chalecos largos cubriendo las americanas. A la mujer que se dirige le gusta el romanticismo, los ensue?os venecianos, el terciopelo y los tornasoles. Pero antes de caer presa del centelleo exagerado de las macrolentejuelas, Purificaci¨®n Garc¨ªa quiso expresar a trav¨¦s de su ropa la vocaci¨®n por dise?ar una mujer de amplios registros.
Babelia
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