"El peat¨®n choc¨® contra mi coche y se meti¨® debajo"
Algunas de las disparatadas frases que los automovilistas escriben en el parte de accidente
"El t¨ªo estaba por toda la calle y tuve que hacer algunas maniobras bruscas antes de atropellarle". Descifrar las declaraciones de algunos automovilistas involucrados en un accidente de tr¨¢fico, obliga muchas veces a los jueces a efectuar verdaderos ejercicios de interpretaci¨®n. Despu¨¦s de un siniestro, los implicados resumen ante el juez -se les pide que lo m¨¢s escuetamente posible- lo ocurrido. El nerviosismo y el apasionamiento por exculparse del presunto infractor originan a veces relatos esperp¨¦nticos. Un funcionario judicial de la plaza de Castilla ha compendiado algunos de ellos. Por los juzgados corren las fotocopias con los casos m¨¢s divertidos.
PEATONES PELIGROSOS"Estaba convencido de que el vejete", explicaba un conductor, "no llegar¨ªa nunca al otro lado de la calzada cuando le atropell¨¦". Algunos automovilistas, guiados por un irrefrenable ¨¢nimo de autoexculpaci¨®n, como el anterior y el siguiente, pierden por completo la objetividad a la hora de describir el siniestro. "El peat¨®n no sab¨ªa en qu¨¦ direcci¨®n correr, as¨ª que le pas¨¦ por encima". En el siguiente caso, el declarante deja entrever que el peat¨®n no le dio otra opci¨®n que arrollarle: "El peat¨®n choc¨® contra mi coche y se meti¨® debajo".
Otros conductores revelan que atropellaron al peat¨®n para evitar un mal mayor: "Para evitar chocar con el parachoques del coche de delante", narra el presunto infractor, "atropell¨¦ al peat¨®n".
HECHOS IMPOSIBLES
Algunos no encuentran una explicaci¨®n racional al suceso y se amparan ante el juez en fen¨®menos paranormales. Como el siguiente: "Un coche invisible que sali¨® de la nada me dio un golpe y desapareci¨®". "Llevaba", dice otro en su declaraci¨®n, "40 a?os conduciendo cuando me dorm¨ª al volante".
"Cuando llegu¨¦ al cruce, apareci¨® de pronto una se?al donde nunca hab¨ªa habido una se?al de stop antes y no pude parar a tiempo".
"Hab¨ªa estado todo el d¨ªa comprando plantas", detalla otro afectado, "y cuando llegu¨¦ al cruce, un arbusto surgi¨® de repente oscureciendo mi visi¨®n y no pude ver el coche que ven¨ªa".
Los hay tambi¨¦n que les cuesta comprender qu¨¦ pas¨® exactamente. Cuenta uno: "Volviendo al hogar me met¨ª en la casa que no es y choqu¨¦ contra el ¨¢rbol que no tengo".
En un caso, el automovilista inmiscuye a la madre de su esposa, que le acompa?aba en el viaje, en el accidente: "Saqu¨¦ el coche del arc¨¦n, mir¨¦ a mi suegra y me fui de cabeza al terrapl¨¦n".
POSTES MOVILES
El siguiente atribuye la distracci¨®n a un insecto: "Tratando de matar una mosca, choqu¨¦ contra el poste de tel¨¦fonos". Seg¨²n otro afectado fue tambi¨¦n un poste de tel¨¦fonos la causa de su siniestro: "El poste se estaba acercando y, cuando maniobr¨¦ para salirme de su camino, choqu¨¦ de frente".
CHOQUES INEVITABLES
No faltan tampoco los relatos en los que el automovilista dice haber sido v¨ªctima del otro veh¨ªculo. "Choqu¨¦ contra un cami¨®n estacionado que ven¨ªa en direcci¨®n contraria"; "un cami¨®n retrocedi¨® a trav¨¦s de mi parabrisas y le dio a mi mujer en la cara".
Otro conductor remata: "El otro coche choc¨® con el m¨ªo, sin previo aviso de sus intenciones".
DESPU?S DEL ACCIDENTE
"Le dije al polic¨ªa que no estaba herido, pero cuando me quit¨¦ el sombrero", evoca un afectado, "descubr¨ª que ten¨ªa fractura de cr¨¢neo".
El siguiente automovilista describe las circunstancias posteriores al accidente que padeci¨®: "Cuando el coche abandon¨® la calzada, sal¨ª despedido; m¨¢s tarde", recuerda, "me encontraron en un hoyo unas vacas sueltas".
Otro conductor da por sentada la involuntariedad que precedi¨® al siniestro: "Mi coche estaba correctamente aparcado cuando, retrocediendo, le dio al otro coche".
M¨¢s casos: "Cre¨ª que el cristal de la ventanilla estaba bajado, pero me di cuenta de que estaba subido cuando saqu¨¦ la cabeza a trav¨¦s de ella".
Hay tambi¨¦n declarantes que recuerdan el aspecto del, seg¨²n ellos, responsable del suceso: "La causa indirecta del accidente fue un tipo bajito en un coche peque?o, con una boca muy grande". Otro describe con precisi¨®n el sufrimiento de la v¨ªctima: "Vi una cara triste movi¨¦ndose lentamente cuando el se?or mayor rebot¨® en el techo de mi coche".
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