Los obst¨¢culos
EL NUEVO secretario de Estado de Estados Unidos prosigue su gira por Oriente Pr¨®ximo con el objetivo de preparar, para el mes de abril, la reanudaci¨®n de las negociaciones entre ¨¢rabes e israel¨ªes que se iniciaron en la Conferencia de Madrid. Aunque no ha habido resultados concretos en las ocho tandas de conversaciones celebradas, no se puede subestimar el hecho de que existe un deseo general de que el proceso contin¨²e. Es algo nuevo y positivo: en etapas anteriores predominaban, por ambas partes, una serie de prejuicios ideol¨®gicos que ni siquiera les permit¨ªan sentarse en la misma mesa. Ahora m¨¢s bien cobra fuerza la sensaci¨®n de que vale la pena negociar, de que se vislumbran en el horizonte puntos posibles de acuerdo. Incluso en el caso palestino- las posibles elecciones locales podr¨ªan inaugurar una etapa de transici¨®n.Sin embargo, es imposible separar la continuaci¨®n de las negociaciones de la situaci¨®n creada en los territorios ocupados. La gesti¨®n de Rabin ha causado una profunda decepci¨®n. Se esperaba de ¨¦l una actitud m¨¢s moderada hacia la poblaci¨®n palestina, pero la realidad es que la represi¨®n reviste una brutalidad cada vez m¨¢s insoportable. Ya nadie se sorprende de la noticia de la muerte de j¨®venes palestinos ca¨ªdos bajo las balas del Ej¨¦rcito. En los seis primeros meses del Gobierno de Rabin han muerto de esa forma 76 personas, mientras en los seis ¨²ltimos de Shamir fueron 63. Pero el hecho m¨¢s terrible es la multiplicaci¨®n de las v¨ªctimas desde el inicio de 1993, con un n¨²mero creciente de ni?os y ni?as de una edad inferior a lo! 15 a?os. Como ha declarado el senador norteamericano Patrick Leahy despu¨¦s de visitar Israel y los territorios ocupados, tiene que haber una mejor manera para una sociedad democr¨¢tica de defenderse de una chica que arroja piedras que matarla a tiros.
Cuando Rabin anunci¨® la deportaci¨®n de 400 palestinos, agregando que eran los principales activistas y dirigentes de la organizaci¨®n terrorista Hamas, la opini¨®n mundial protest¨® porque tal sanci¨®n se tomaba al margen de las normas de derecho m¨¢s elementales. Pero sin duda Rabin contaba obtener as¨ª una mayor calma en los territorios ocupados. Ha ocurrido todo lo contrario. No s¨®lo siguen las protestas, reprimidas por el Ej¨¦rcito israel¨ª con una desproporci¨®n insoportable, sino que se percibe el surgimiento de grupos guerrilleros armados que no exist¨ªan en fases anteriores de la Intifada. Todo demuestra que la deportaci¨®n de los 400 palestinos ha sido un error garrafal de Rabin: as¨ª lo piensan ya algunos de sus ministros. Ahora tiene que hacer frente a una protesta mundial por la deportaci¨®n en s¨ª, y adem¨¢s por la creciente represi¨®n en los territorios ocupados.
Sobre este ¨²ltimo punto la Comunidad Europea ha presentado una protesta formal pidiendo a Israel el respeto del derecho internacional. Esta protesta, elevada a un nivel diplom¨¢tico excesivamente modesto, expresa la indignaci¨®n de los pa¨ªses europeos ante las muertes que causa el Ej¨¦rcito israel¨ª entre la poblaci¨®n civil palestina. Tambi¨¦n el Departamento de Estado norteamericano ha manifestado su reprobaci¨®n.
Ahora tiene que jugar Warren Christopher. Si su objetivo es que las negociaciones se reanuden, debe lograr pasos adelante de Israel para levantar los obst¨¢culos que hacen casi imposible que una delegaci¨®n representativa de los palestinos pueda sentarse en una mesa negociadora. Sobre el tema de los deportados, Christopher tiene que convencerse de que la idea de liberar s¨®lo a una cuarta parte no es viable. Se barajan f¨®rmulas para un retorno gradual en un plazo de seis meses; en todo caso, hace falta un proyecto de soluci¨®n que sea global. Por otra parte, con su pol¨ªtica represiva en los territorios ocupados, Israel no s¨®lo dificulta que la negociaci¨®n pueda ponerse de nuevo en marcha, sino que provoca un deterioro a¨²n m¨¢s profundo de su imagen internacional.
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