Comida a tiros
El DESARROLLO de la Operaci¨®n Devolver la Esperanza, iniciada ruidosamente por Estados Unidos hace dos meses, no corresponde a las esperanzas que en. ella se hab¨ªan puesto. Todo comenz¨® con un desembarco convertido en espect¨¢culo de televisi¨®n. Sin duda, la presencia de tropas norteamericanas, francesas y de otros pa¨ªses de la ONU ha permitido aumentar la distribuci¨®n de alimentos a una poblaci¨®n amenazada de morir de hambre. Sin embargo, para que la operaci¨®n tenga una eficacia no exclusivamente pasajera hace falta que cese una guerra civil interminable entre bandas armadas que controlan diversas zonas del pa¨ªs desde la desaparici¨®n del Gobierno hace dos a?os.Las manifestaciones masivas de la semana pasada en Mogadiscio, con ataques a las embajadas de EE UU, Francia y Egipto; los choques armados entre tropas extranjeras y manifestantes, con un n¨²mero de muertos a¨²n sin precisar; las medidas dur¨ªsimas tomadas por el alto mando de EE UU para asegurar el orden, dan una imagen muy alejada del papel exclusivo de distribuidores de comida que parec¨ªa iban a cumplir las fuerzas de EE UU y de la ONU.
Todo ello ha acentuado la contradicci¨®n entre el alto mando norteamericano y la ONU: el traspaso de ese alto mando a un general turco, enviado de Naciones Unidas, se ha retrasado. Se acent¨²a un clima de descontento entre los mismos que hace dos meses s¨®lo hablaban de distribuir comida generosamente.
Una nota de optimismo, en este momento tr¨¢gico, es el acuerdo logrado el s¨¢bado pasado entre los jefes de los clanes militares para reunirse el 15 de marzo en Addis Abeba, para estudiar la creaci¨®n de una Administraci¨®n provisional que sea reconocida por todos. Pero optimismo relativo. Uno de los jefes de guerra, Farah Aidid, organizador de los ¨²ltimos motines, ha exigido que la reuni¨®n no sea presidida por el secretar?o general de la ONU. Otros jefes opinan lo contrario. No son se?ales positivas de que el encuentro pueda tener ¨¦xito.
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