Un libro cuestiona a Gaud¨ª como precursor de la arquitectura y el arte contempor¨¢neos
Las innovaciones gaudinianas parten de obsesiones por el pecado y la muerte
Antoni Gaud¨ª, el ¨²nico arquitecto del siglo XX cuya obra se ha convertido en destino del turismo de masas, fue antes un artista medieval que un precursor del arte contempor¨¢neo. El creador de construcciones como la Sagrada Familia de Barcelona, el Capricho de Comillas (Cantabria) y el palacio episcopal de Astorga (Le¨®n) ten¨ªa sus ra¨ªces estil¨ªsticas en el rococ¨®, borde¨® e incluso super¨® el kitsch y realiz¨® algunas de sus innovaciones m¨¢s famosas a partir de una visi¨®n de la materia como fuente de pecado y de la obsesi¨®n por la muerte. Tales son las conclusiones del libro Gaudi. Arquitectura, ideolog¨ªa y politica, del arquitecto barcelon¨¦s Juan Jos¨¦ Lahuerta, que aparecer¨¢ este mes editado por Electa.
Antoni Gaud¨ª es el ¨²nico arquitecto de principios del siglo XX cuya obra es mundialmente conocida de forma general, un fen¨®meno que no ha sucedido con figuras como Le Corbusier o Ludwig Mies van der Rohe, m¨¢s determinantes en la arquitectura contempor¨¢nea.El arquitecto catal¨¢n (Reus, 1852-Barcelona, 1926) goza de la aureola de precursor del arte contempor¨¢neo por su utilizaci¨®n de materiales de desecho como la loza fragmentada, que le aproxima a los collages vanguardistas, o por el mimetismo de la naturaleza en sus construcciones.
El libro de Juan Jos¨¦ La huerta, catedr¨¢tico de la Escuela de Arquitectura de Barcelona, rastrea las ra¨ªces filos¨®ficas y estil¨ªsticas de Gaud¨ª. La obra vincula al arquitecto con operaciones pol¨ªtico-sociales para las que sus edificios sirvieron de s¨ªmbolos, como el intento impulsado por el empresario Eusebi G¨¹ell de refundar un catalanismo de or¨ªgenes m¨ªticos en torno a una nueva aristocracia capitalista, o la construcci¨®n de la Sagrada Familia como expresi¨®n metaf¨ªsica del nuevo:) catalanismo integrador impulsado por la Lliga Regionalista a partir de 1906 y cantado por Joan Maragall.
Al mismo tiempo, el ensayo sale al paso de algunos de los equ¨ªvocos m¨¢s comunes sobre el car¨¢cter precursor de la arquitectura de Gaud¨ª. "Moderno", dice Lahuerta, "es un adjetivo que puede aplicarse a Gaud¨ª para describir superficialmente sus formas, pero esa interpretaci¨®n se ha hecho siempre a partir de teor¨ªas muy posteriores a ¨¦l".
Arquitectura comestible
En opini¨®n del autor, el renombre de Gaud¨ª en el arte contempor¨¢neo se debe sobre todo a la lectura que de su obra hicieron los surrealistas, principalmente a un art¨ªculo de Salvador Dal¨ª con fotograf¨ªas de Man Ra, publicado en 1933 en la revista Minotaure. El pintor de Figueres describ¨ªa las creaciones gaudinianas como "arquitectura terror¨ªfica y comestible".La reputaci¨®n protomoderna de Gaud¨ª se afianz¨® con el impacto que sus obras provocaron en otros artistas surrealistas, como Andr¨¦ Breton y Paul Eluard, quienes vieron en la obra del arquitecto catal¨¢n la materializaci¨®n en piedra de sus obsesiones y aumentaron el renombre gaudiniano. En los a?os cincuenta, una exposici¨®n organizada por el Museum of Modern Art (MOMA) de Nueva York fij¨® definitivamente al arquitecto en el pante¨®n del arte contempor¨¢neo.
La ideolog¨ªa y los sentimientos del arquitecto eran muy diferentes. Gaud¨ª, seg¨²n el an¨¢lisis de Lahuerta, estaba marcado por una visi¨®n medieval del papel del artista como m¨¦dium de la obra divina. Su utilizaci¨®n de elementos de desecho, como la loza rota, no se basa en la reivindicaci¨®n de los materiales pobres, como sucede en el arte (le vanguardia, sino en una visi¨®n pecaminosa de la materia rota e in¨²til, que en su uso arquitect¨®nico se redime del pecado de ser menospreciable.
En las obras de Gaud¨ª, especialmente en sus ¨²ltimos trabajos en la Sagrada Familia, la piedra se lic¨²a, se fragmenta y se convierte en lava o en carne que se deshace y deja ver los huesos. Gaud¨ª se refiere a la putrefacci¨®n en el sentido admonitorio que le daban los pintores barrocos Comi¨® Vald¨¦s Leal y, por otro lado, se deja llevar por la sensualidad de la materia, aunque al final se sienta obligado a contrarrestar sus tentaciones.
"Un ejemplo t¨ªpico de esa represi¨®n son las columnas de m¨¢rmol pulido envueltas en hierro forjado, como cilicios", explica Lahuerta, quien afirma:"Son precisamente esas cosas las que hacen posible la apropiaci¨®n por los surrealistas".
Paisajes metaf¨ªsicos
La adaptaci¨®n al paisaje y la imitaci¨®n de la naturaleza son otras dos caracter¨ªsticas de Gaud¨ª reivindicadas como contempor¨¢neas, pero en su libro Lahuerta arguye que la visi¨®n de la naturaleza de Gaud¨ª no es ecologista ni mim¨¦tica, sino metaf¨®rica y trascendente. Gaud¨ª construye paisajes metaf¨ªsicos, ya sean el tejado de esculturas de piedra en la Casa Mil¨¢ (la Pedrera) de Barcelona o el jard¨ªn del parque G¨¹ell.,"La arquitectura de Gaud¨ª bordea siempre el kitsch y en muchas ocasiones lo supera" dice Juan Jos¨¦ Lahuerta, "en su estilo hay un contenido simbolista muy obvio, una componente de gran ingenuidad y unas ra¨ªces formales que, pese a su inventiva y originalidad, no se remiten a la modernidad, sino al rococ¨®. Gaud¨ª, como muchos arquitectos formados en el siglo XIX, tiene algunas caracter¨ªsticas de modernidad, como el inter¨¦s por los materiales o la preferencia por ciertas tipolog¨ªas y formas. Pero eso es as¨ª s¨®lo hasta cierto punto: a partir de la Colonia G¨¹ell y la Sagrada Familia, es decir, desde 1915, Gaud¨ª queda definitivamente fuera del ¨¢mbito de la arquitectura moderna".
Babelia
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