"?Empezamos o desalojamos?"
?Qu¨¦ hacemos, empezamos la rueda de prensa o desalojamos el edificio?". Por una vez, el senador del Partido Popular Alberto Ruiz Gallard¨®n no sab¨ªa ayer qu¨¦ decir delante de los periodistas .A las 12.05 se enter¨® de que hab¨ªa una amenaza de bomba cuatro pisos m¨¢s abajo. "S¨ªempre igual, estamos hartos de las falsas alarmas en la Direcci¨®n Provincial de Trabajo", se quejaba el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid. Dos minutos m¨¢s tarde, los servicios de seguridad ordenaron evacuar las 13 plantas del edificio de Princesa, 3.Un millar de oficinistas se enfundaron el abrigo y se lanzaron escaleras abajo. 0 descendieron por una salida de incendios -una estrucura met¨¢lica que da al patio posterior de la Torre de Madrid- que no llegaba hasta el nivel de la calle. Unos se atropellaban en el portal con cara de susto. Otros tuvieron que pasearse por una cornisa y doblar el espinazo en una ventana antes de salir a la v¨ªa p¨²blica.
A las 12.10, mientras las escaleras de evacuaci¨®n segu¨ªan abarrotadas, una explosi¨®n seca sacudi¨® el edificio. "Parece como si se hubiese desplomado un archivador", aventur¨® en el rellano del cuarto piso un oficinista maduro para tranquilizar, con escasa convicci¨®n, a secretarias y compa?eros de despachos. "Ha sido en la segunda, en la Direcci¨®n de Trabajo", apunt¨® una mujer en medio del espanto.
No era en el segundo piso. All¨ª ya no quedaba nadie. Pero al abrir la portezuela met¨¢lica que separa la escalera del vest¨ªbulo de la primera planta se col¨® una densa humareda y un espeso olor a chamusquina. "Huele a p¨®lvora, como en una traca", certificaron dos vigilantes que descend¨ªan con paso acelerado.
El d¨ªa libre
A las dos de la tarde, los servicios de seguridad no permit¨ªan a¨²n el acceso de los trabajadores al inmueble. "Que se cojan el d¨ªa libre", recomendaba Luis Maestre, director de la Agencia de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid.
Sus 250 funcionarios, situados en las plantas novena y d¨¦cima, sufrieron las consecuencias del atasco en el desalojo. "Habr¨¢ que comprobar si el edificio re¨²ne suficientes condiciones de seguridad", advirti¨® Maestre.
"Es un edificio muy vulnerable, porque no hay control de acceso desde el exterior", reconoc¨ªa un responsable de la empresa Hex¨¢gono 3, encargada de la vigilancia de las zonas comunes del inmueble.
Tras el desalojo, se descubrieron extra?os compa?eros de despacho. El dirigente de la corriente renovadora de IU Francisco Palero conversaba animadamente con responsables de la Federaci¨®n Socialista Madrile?a.
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