Una prisi¨®n llamada Kosovo
La mayor¨ªa albanesa, el 90% de la poblaci¨®n, vive bajo dominio serbio
ENVIADO ESPECIALSufren persecuciones y torturas en medio de un impresionante despliegue militar y policial, que ocupa sus calles, controla sus carreteras y registra sus domicilios. Cerca de un mill¨®n de albaneses han denunciado malos tratos en los ¨²ltimos dos meses y 20 personas han resultado muertas por disparos o por golpes de las fuerzas de seguridad durante el pasado a?o. Las detenciones sin cargos est¨¢n a la orden del d¨ªa, aunque s¨®lo 36 dirigentes se hallan en prisi¨®n por motivos pol¨ªticos. "No hace falta mantener a m¨¢s gente en la c¨¢rcel. Todo Kosovo es una prisi¨®n, y los serbios son sus guardianes" afirma el portavoz del Consejo para la Defensa de los Derechos Humanos.
La antigua provincia aut¨®noma de la ex Yugoslavia padece un brutal estado de sitio, donde un 10% de serbios, armados hasta los dientes, sojuzga al 90% de albaneses que luchan de modo pac¨ªfico por su independencia.En pleno centro de Pr¨ªstina, la capital de Kosovo, una ciudad de unos 200.000 habitantes que recuerda las estampas de pel¨ªculas del neorrealismo italiano, se levantan el Cuartel General del Ej¨¦rcito y la Comisar¨ªa Central de Polic¨ªa. Son edificios grises y monumentales en una Pr¨ªstina surcada de charcos y descampados junto a colmenas de apartamentos y mercados con sabor musulm¨¢n a la sombra de las mezquitas.
De estas dos sedes salen continuamente veh¨ªculos y tanques que controlan de un modo constante e implacable todo este Pa¨ªs balc¨¢nico de poco m¨¢s de dos millones de habitantes, poblado por una inmensa mayor¨ªa de albaneses desde hace siglos. Resulta dif¨ªcil pasear unos metros sin darse de bruces con una patrulla. Con aires chulescos piden los documentos de identidad, detienen coches que creen sospechosos o intimidan a los centenares de ni?os que tratan de ganarse unos dinares con la venta de tabaco, o de flores.
Fuerzas de ocupaci¨®n
El propio general serbio Milosav Radmanovic, comandante de las fuerzas de ocupaci¨®n, ha reconocido recientemente a una comisi¨®n parlamentaria francesa que ¨¦l dirige un contingente integrado por 3.500 soldados de reemplazo y 850 reservistas, aunque fuentes albanesas sostienen que la cifra es mucho mayor y la prensa de Belgrado habla incluso de 40.000 soldados. Pero los milicos no est¨¢n solos y cuentan con la inestimable ayuda de la polic¨ªa y de infinidad de grupos paramilitares que se mueven con absoluta impunidad por la avenida Mariscal Tito de Pr¨ªstina.
Destacamentos de una docena de tanques pueden. aparecer en cualquier momento en localidades de monta?a para intimidar a sus habitantes y maltratar en las comisar¨ªas y cuarteles a los que consideran m¨¢s revoltosos.
Hydaset Hysen, vicepresidente del Consejo para la Defensa de los Derechos Humanos, desgrana con una paciencia infinita los n¨²meros de la represi¨®n tras advertir que la cifra real de las v¨ªctimas nunca podr¨¢ conocerse. "Muchos tienen miedo de acercarse a nuestras oficinas", comenta. M¨¢s de 900 personas han sido maltratadas, detenidas o torturadas en los ¨²ltimos dos meses, sobre todo en las comarcas rurales, tras acciones' criminales que los serbios ejecutan con m¨¢s sa?a contra las mujeres albanesas en presencia de sus maridos e hijos.
Treinta y seis personas se hallan en prisi¨®n por motivos pol¨ªticos, pero el dirigente de asociaci¨®n de derechos humanos matiza la aparentemente baja cifra. "Los serbios pueden detener a la gente sin formular cargos ni acusaciones durante periodos de hasta 60 d¨ªas y la presi¨®n internacional ha obligado a liberar a bastantes presos". Mientras muestra espeluznantes fotos de torturados, entre los que figuran ancianos y adolescentes, Hysen a?ade que 20 personas han resultado muertas por disparos o golpes de la polic¨ªa o del Ej¨¦rcito, que, en su opini¨®n, "son la misma cosa en Kosovo".
Tras negar que se hayan cometido actos de terrorismo o de resistencia violenta ante la ocupaci¨®n serbia, Hysen aclara: "En esta situaci¨®n siempre es posible un estallido de oposici¨®n armada por parte de los albaneses. Las tendencias a la desesperaci¨®n aumentan cada d¨ªa , sobre todo entre los m¨¢s j¨®venes"
Desde los directores de institutos a sus alumnos, desde las campesinas a los miembros de organizaciones humanitarias, desde los escritores a los vendedores callejeros, todos responden con una sola voz. "No contestaremos a las provocaciones de los serbios. Oponemos nuestra raz¨®n a la violencia y esperamos que los pa¨ªses democr¨¢ticos apoyen nuestra lucha por la independencia", manifiesta con orgullo un estudiante de medicina de la clausurada Universidad de Pr¨ªstina. Es una tarea imposible recabar alguna opini¨®n disonante, cualquier apelaci¨®n a la fuerza o a la insurrecci¨®n armada. Una mezcla de resignaci¨®n hist¨®rica y de valor moral sostiene esta resistencia sin fisuras.
Elecciones clandestinas
El l¨ªder de este movimiento de resistencia pac¨ªfica se llama Ibrahim Rugova, es un intelectual alban¨¦s de formaci¨®n francesa y fue elegido presidente del Kosovo independiente, con el 97% de los votos, el pasado mes de mayo. Los comicios se celebraron de forma clandestina, pero, a pesar de ello, la participaci¨®n fue masiva y otorg¨® a la Liga Democr¨¢tica de Kosovo (LDK) 96 diputados en el Parlamento sobre un total de 125 esca?os. Desde que el 26 de junio de 1990 la Asamblea de Serbia decretara suspender el Gobierno y las instituciones democr¨¢ticas de Kosovo, y posteriormente desde la supresi¨®n total de su autonom¨ªa en la nueva Constituci¨®n yugoslava de abril de 1992, la actividad de todos los partidos de Kosovo se realiza en la ilegalidad.
Esta C¨¢mara democr¨¢tica de Kosovo mantiene hoy su funcionamiento en una planta baja destartalada de apenas 200 metros cuadrados, bajo la fachada legal del Pen Club de los escritores albaneses. La dirigente de la LDK Edita Tahiri ironiza cuando afirma: "En la actualidad es el ¨²nico lugar libre de Kosovo". Entre un continuo ir y venir de gente, Tahiri admite que la misi¨®n de apaciguar a los exaltados se ha convertido en un objetivo dif¨ªcil. "Sobre todo", agrega, "cuando nuestros delegados acuden a un pueblo que acaba de ser atacado por los serbios y los albaneses claman por la defensa propia, aunque estemos desarmados". A pesar de que la excusa de encontrar armas en las casas sirve como pretexto para los desmanes serbios, el general Radmanovic ha tenido que admitir que hasta la fecha "s¨®lo se han con fiscado escopetas de caza".
"Nuestra ofensiva diplom¨¢tica", declara Tahiri, "apunta a re clamar la presencia de fuerzas de las Naciones Unidas que garanticen la desmilitarizaci¨®n de Kosovo. No vemos otra manera de frenar un estado de terror como el que sufrimos desde hace tres a?os". Como tantos otros alba neses, Tahiri se muestra seria mente preocupada por la posibilidad de una guerra en Kosovo que podr¨ªa significar la internacionalizaci¨®n del conflicto en los Balcanes. "Pero nunca habr¨¢ un estallido b¨¦lico por nuestra culpa", manifiesta Jonuz Salihaj director de un centro de forma ci¨®n profesional, entre los gestos de asentimiento de una treintena de alumnos.
No obstante, la amenaza planea sobre este peque?o pa¨ªs de 10.887 kil¨®metros cuadrados, que obligar¨ªa a la vecina Albania, con el apoyo de su aliada Turqu¨ªa, a entrar en guerra con tra Serbia. La mecha podr¨ªa ex tenderse a Macedonia, donde el 30% de sus habitantes son albaneses, y quiz¨¢ a Bulgaria, e incluso a Grecia. La tercera guerra balc¨¢nica podr¨ªa estar servida.
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