"Si Clinton logra doblar el precio de la gasolina, merecera mi confianza"
Albert mantuvo recientemente una conversaci¨®n con EL PA?S en El Escorial, donde asisti¨® a un seminario de Euroforum sobre Espa?a y la construcci¨®n europea.Pregunta. Usted ha hecho el elogio del capitalismo renano frente al capitalismo neoamericano. ?Qu¨¦ queda de su modelo en Alemania, despu¨¦s de la unificaci¨®n y de las actuales dificultades?
Respuesta. El modelo renano no es tan s¨®lo el m¨¢s eficaz, sino el m¨¢s justo. La Europa renana ha encontrado un equilibrio entre regulaci¨®n y desregulaci¨®n. Hay suficiente grado de libertad como para asegurar la competitividad. Pero hay a la vez una econom¨ªa social de mercado, que comporta la existencia de instituciones estabilizadoras y creadoras de empleo. En mi libro cuento precisamente que se trata de un tipo de capitalismo en retroceso. Es mucho menos sexy que el modelo neoamericano, que se apoya adem¨¢s en las tentaciones personales de la gente. La mejor demostraci¨®n es lo que ha sucedido en Alemania despu¨¦s de la reunicaci¨®n. Alemania ha cometido dos pecados. En primer lugar, ha faltado contra el concepto tradicional de los pa¨ªses renanos, que lleva a resolver los problemas sociales con la solidaridad nacional y que se traduce en cr¨¦ditos presupuestarios nanciados por los impuestos.
P. Reprocha, por tanto, al canciller Helmut Kohl que no haya subido los impuestos inmediatamente para financiar la unificaci¨®n.
R. Kohl ha utilizado el mismo lenguaje que Reagan. No aumentaremos los impuestos, sino la deuda. Los tipos de inter¨¦s han subido detr¨¢s de esta opci¨®n tomada por Alemania a partir de 1990, que ha derivado claramente hacia el modelo neoamericano.
P. ?Y el segundo pecado?
R. Ha sido la sociedad alemana la que se ha traicionado a s¨ª misma. Los sindicatos, que hab¨ªan sabido organizar sus reivindicaciones en funci¨®n de la estabilidad de los precios, se lanzaron por primera vez en 1990 y luego m¨¢s gravemente en 15192 a pedir subidas de salarios que superan ampliamente en m¨¢s ?te un 2% el crecimiento de la. productividad. Han obtenido subidas del 6% despu¨¦s de las grandes huelgas de la pasada primavera. Conocemos el resultado de esta irresponsabilidad, y es la inflaci¨®n del 4%, que ha obligado al Bundesbank a aumentar los tipos de inter¨¦s a corto plazo, mientras el d¨¦ficit p¨²blico hace aumentar los tipos de largo plazo. Alemania hace pagar as¨ª a los pa¨ªses vecinos su rechazo del capitalismo renano.
P. Tercer pecado o traici¨®n, por tanto, pero esta vez contra los pa¨ªses vecinos.
R. Yo no hablar¨ªa de traici¨®n, porque hay tambi¨¦n irresponsabilidades por la otra parte. Nos hacen sufrir, sencillamente. Adem¨¢s, no sabe usted hasta qu¨¦ punto admiro a la Alemania renana. Hablar¨ªa m¨¢s exactamente de una infracci¨®n de las propias reglas del capitalismo renano. Pero nuestra responsabilidad se percibe precisamente en el compromiso que es el Tratado de Maastricht entre dos tendencias contrapuestas. Por una parte, el Reino Unido, partidario de crear una simple zona de librecambio. Con un proyecto de moneda ¨²nica que no le gusta mucho. Est¨¢n contra una pol¨ªtica social. europea. El Mercado ¨²nico est¨¢ muy bien, pero no hace falta ir m¨¢s lejos. Alemania, en cambio, sostiene que la consecuencia y la condici¨®n para el funcionamiento del Mercado ¨²nico es la uni¨®n monetaria. El mercado ser¨¢ muy fr¨¢gil con pol¨ªticas econ¨®micas y sociales distintas. Por eso hay que pasar, adem¨¢s, a la uni¨®n pol¨ªtica. Hay que recordar que los alemanes siempre han asociado una cosa con la otra. La proclamaci¨®n del imperio alem¨¢n y del reichmark en 1871 se produjo simult¨¢nemente y tuvo lugar concretamente en Versalles. El tratado que sale de este compromiso es muy fr¨¢gil porque est¨¢ centrado en la uni¨®n monetaria, que el Reino Unido no quiere y que Alemania desea con uni¨®n pol¨ªtica.
P. ?No cree que podr¨ªa hablarse de un cuarto pecado alem¨¢n, esta vez contra los pa¨ªses de Europa central? A fin de cuentas, el ¨²nico que ha ingresado en la CE ha sido la antigua Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana.
R. No. La decisi¨®n de la unificaci¨®n es alemana, y luego vienen los apoyos de los pa¨ªses amigos. Pero la responsabilidad del abandono de los pa¨ªses de Europa central es de toda la CE, del conjunto de sus componentes. Y tiene su l¨®gica: los sectores m¨¢s competitivos de sus econom¨ªas son la agricultura, la siderurgia y el textil, y los tres est¨¢n entre los m¨¢s protegidos de la CE.
P. ?Tienen raz¨®n entonces quienes hablan del ego¨ªsmo de Maastricht con relaci¨®n a la Europa del Este?
R. Para el Reino Unido es un esc¨¢ndalo cualquier incremento del presupuesto. La ayuda a Polonia, para citar un caso, deber¨ªa realizarse entonces de forma bilateral y no comunitaria. En buena parte tambi¨¦n es la concepci¨®n que tiene Francia. En la concepci¨®n alemana, en cambio, hace falta que exista un presupuesto importante para financiar a los pa¨ªses vecinos. Como le dec¨ªa antes, Maastricht es un compromiso. No hablemos del ego¨ªsmo de Maastricht, sino del desarrollo institucional del tratado.
P. ?Qu¨¦ piensa de la guerra comercial desencadenada por el presidente Clinton?
R. Espa?a es un pa¨ªs latino y probablemente si una persona quiere tener ¨¦xito en una entrevista debe atacar a Estados Unidos. Yo no lo har¨¦. Mi posici¨®n es la siguiente: no acepto que se ataque a Estados Unidos por proteccionistas, porque globalmente no lo son. Un pa¨ªs proteccionista es un pa¨ªs que importa poco. No es el caso norteamericano. Ellos son quienes defienden el GATT.
P. Pero el art¨ªculo 103 de su ley de comercio les permite imponer unilateralmente medidas de castigo al margen de los acuerdos multilaterales.
R. Tiene usted raz¨®n en este caso, pero es la excepci¨®n.
P. Volviendo a su capitalismo renano, ?considera que este modelo est¨¢ en decadencia?
R. Soy optimista. Sobre todo si se llega m¨¢s lejos todav¨ªa en la crisis social que est¨¢ atacando a los pa¨ªses anglosajones, donde es enorme la degradaci¨®n de los servicios sociales y se abre cada vez m¨¢s la fosa entre unos ricos cada vez m¨¢s ricos y unos pobres cada vez m¨¢s pobres. Yo espero que todo ello llevar¨¢ a la reaparici¨®n de f¨®rmulas de solidaridad y de mayor cohesi¨®n social.
P. ?Clinton es parte de ese regreso al capitalismo renano?
R. Lo es un poco, pero debe pasar una prueba. Hay que ver si es capaz de doblar el precio de la gasolina y situarlo as¨ª a mitad de su precio en Europa. Si es capaz, merecer¨¢ mi Confianza.
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