Maastricht marca la diferencia

( ... ) La suerte parece estar echada en la campa?a electoral francesa. ( ... ) Las diferencias sobre Maastriclit pesan cada d¨ªa m¨¢s en la vida pol¨ªtica del pa¨ªs, modelan actitudes e inspiran cambios. ( ... ) No es casualidad (que las elecciones legislativas y presidenciales se jueguen entre el Partido Socialista, la RPR y, la UDF, es decir, entre las tres formaciones pol¨ªticas cuyos dirigentes han tomado partido, con m¨¢s o menos ganas, por la uni¨®n europea, por el mercado ¨²nico y por el fortalecimiento de las estructuras comunitarias. Muchos est¨¢n convencidos de que la mayor¨ªa est¨¢ ah¨ª. Las alianzas de gobierno s¨®lo ser¨¢n posibles entre familias pol¨ªticas cuyas actitudes hacia Europa sean, si no id¨¦nticas, s¨ª al menos compatibles. No es ¨¦se el caso del partido comunista, obstinadamente contrario a la Europa de los Doce; tampoco el del Frente Nacional, absolutamente hostil a Maastricht. Los ecologistas, por su parte, est¨¢n divididos. ( ... )La campa?a del refer¨¦ndum demostr¨® que en Francia existe una poderosa y leg¨ªtima exigencia de informaci¨®n, de explicaci¨®n, de debate, en suma, de. control democr¨¢tico sobre los asuntos europeos. Ahora, una vez aprobado por estrech¨ªsimo, margen el tratado, nada de eso ha tenido lugar. ( ... ) Es como si se quisiera a toda costa que Europa fuera un club abierto a los dirigentes, pero vedado a los ciudadanos.

5 de marzo