La derecha francesa habla con una sola voz
Los cr¨ªticos de Maastricht y de la pol¨ªtica del franco fuerte han sido barridos de la escena
Los aparatos de los partidos de la derecha francesa, RPR y UDF, han conseguido imponer la paz en el asunto que m¨¢s divisiones y cr¨ªticas ha provocado durante los ¨²ltimos meses: el Tratado de Maastricht, la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria y su expresi¨®n local, la pol¨ªtica del franco fuerte. Los l¨ªderes que protagonizaron la corriente cr¨ªtica en el refer¨¦ndum del 20 de septiembre de 1992, y que pusieron en dificultades el resultado final, han sido barridos moment¨¢neamente de la escena, aunque vaticinan su retorno cuando el nuevo Gobierno fracase.
El pacto a tres bandas entre Jacques Chirac y Edouard Balladur, por un lado, y Philippe Seguin y Charles Pacqua, por el otro, permiti¨® presentar un frente hom¨®geneo en la asamblea nacional del partido RPR, que consagr¨® al alcalde de Par¨ªs como el l¨ªder absoluto. Tanto Balladur como Seguin, dos hombres situados en las ant¨ªpodas, aceptaron no hacer uso de la palabra. Por otra parte, Alain Madelin, dirigente del centro-derecha UDF, tambi¨¦n mantiene riguroso silencio sobre el franco fuerte, despu¨¦s de haber esbozado cr¨ªticas bastante elocuentes.
Seguin, ex ministro de Trabajo, diputado por la regi¨®n de los Vosgos y alcalde de Epinal, forma, junto con el ex ministro Pasqua, senador por el Alto Sena y presidente del Consejo General de Alto Sena, el movimiento Demain la France (Francia Ma?ana), la corriente que impuls¨® el no en el refer¨¦ndum de Maastricht. Fue Segu¨ªn quien, a petici¨®n del presidente Mitterrand, acudi¨® al famoso duelo televisivo que constituy¨® el cl¨ªmax de la campa?a.
En el baile de futuros altos cargos que formar¨¢n parte del Gobierno RPR-UDF, Seguin no tiene invitaci¨®n alguna. En una breve declaraci¨®n sobre su eventual participaci¨®n en el futuro Gobierno de cohabitaci¨®n, el diputado fue bastante preciso: "Temo que ello debilitar¨ªa la pol¨ªtica monetaria ya elegida... Yo preconizaba una pol¨ªtica m¨¢s radical".
Seguin se ha quedado, al menos por el momento, en minor¨ªa absoluta dentro del RPR, aunque sus posiciones est¨¢n en sinton¨ªa con un sector de la patronal afectado por los elevados tipos de inter¨¦s y la pol¨ªtica de franco fuerte. ?Son antieuropeos? En realidad, Seguin es favorable al mercado ¨²nico desde una posici¨®n populista: "El principio de base del Acta ?nica no es la uniformizaci¨®n de las reglas, sino, al contrario, la competencia de las reglamentaciones nacionales. No hay competencia verdadera. Si, por desgracia, se aplica totalmente Mastricht, quedar¨ªa prohibida toda pol¨ªtica social s¨®lo por la entrada en vigor de la uni¨®n monetaria y de sus dram¨¢ticos efectos redistributivos".
Incluso advierte Seguin que por esa raz¨®n no deber¨ªa haber una huida hacia adelante en el Sistema Monetario Europeo. "Esas diferencias constituyen una poderosa raz¨®n para no dejarse llevar por la cabezoner¨ªa y quemar etapas en el proceso de moneda ¨²nica entre Francia, Alemania y el Benelux", explica. Una posici¨®n que dos grandes patrones franceses de la industria nacionalizada hacen suya: Jacques Calvet, de Peugeot, y Alain Gomez, de Thomson.
El pacto de defensa del franco fuerte constituye el n¨²cleo duro del compromiso de los partidos de la derecha y el centro, que van a ejercitar el Gobierno a partir de abril, con el proyecto de uni¨®n europea. A medida que se aproximan las elecciones, s¨®lo los empresarios atacan esa pol¨ªtica. Alain Madelin, de UDF, que hab¨ªa denunciado "la ceguera y el dogmatismo monetario" y se mostraba favorable a una devaluaci¨®n, ahora dice: "No hay ninguna raz¨®n para devaluar respecto al marco alem¨¢n".
Los ataques especulativos contra el franco entre septiembre de 1992 y enero de 1993 al menos han servido para que la oposici¨®n de derecha y el Gobierno hicieran del tema de la moneda un asunto de Estado. En la actualidad, las reservas del Banco de Francia, seg¨²n datos del 4 de marzo, se ellevan a 70.000 millones de francos (unos 15.000 millones de d¨®lares), pero la posibilidad de neutralizar los movimientos especulativos cuenta con un arma que se revela estos d¨ªas mucho m¨¢s poderosa: el apoyo de las reservas del Bundesbank, banco central alem¨¢n.
El amigo alem¨¢n
La distensi¨®n de los tipos limita, a estas horas, la amplitud de la especulaci¨®n contra el franco a operaciones de cobertura que realizan los inversores con posiciones en deuda p¨²blica francesa. Se estima que los contratos para cobertura rondar¨ªan los 100.000 millones de francos (unos 2,2 billones de pesetas) sobre una inversi¨®n en bonos de 600.000 millones de francos (14 billones de pesetas). La hora de la gran especulaci¨®n a¨²n no ha sonado. ?A qu¨¦ espera? Quiz¨¢ a la reuni¨®n del consejo del Bundesbank, prevista para el jueves 18 de marzo, a tres d¨ªas de las elecciones del 21 de marzo. Sin embargo, como el banco central alem¨¢n ya ha comenzado a bajar ciertos tipos de inter¨¦s, los operadores descuentan una reducci¨®n aun en el caso de que la baja oficial no tenga lugar.
Las heridas abiertas en relaci¨®n con la uni¨®n monetaria se han cerrado superficialmente. Asuntos como el estatuto de independencia del Banco de Francia, que ahora Chirac enarbola con ardor, la pol¨ªtica monetaria restrictiva, cosechan cr¨ªticas y ataques. A¨²n en voz baja, Philippe Seguin, por ejemplo, dice: "La autonom¨ªa del Banco de Francia supone confiar un gran poder a tecn¨®cratas que no habr¨¢n de rendir cuentas a nadie...".
Historia de dos monedas
El escenario que no pocos observadores de la relaci¨®n franco-alemana y la uni¨®n europea prev¨¦n es el de una fuga hacia adelante en el plano monetario y econ¨®mico, a la vista de las crecientes dificultades que. el tratado de Maastricht conoce en el Reino Unido y a¨²n no termina de superar en Dinamarca. Seg¨²n dicho escenario, Francia y Alemania anunciar¨¢n su decisi¨®n -por extensi¨®n de los acuerdos de defensa monetaria del Bundesbank y el Banco de Francia- de estrechar a¨²n m¨¢s sus paridades, con un margen de fluctuaci¨®n insignificante, similar al que actualmente poseen el franco belga y el flor¨ªn.Este escenario no supondr¨ªa el adi¨®s definitivo a los pa¨ªses de la Europa del sur, especialmente Espa?a, sino un adelanto en el calendario previsto por el tratado de Mastricht. Como lo ha dicho Jacques Delors, presidente de la Comisi¨®n Europea, esta, semana en Par¨ªs: "Una decisi¨®n de adelantar el calendario por parte de Francia y Alemania no ser¨¢ nunca un deshonor para aquellos pa¨ªses que sigan en el proyecto". La idea es que la moneda francesa ha dado suficientes pruebas de que puede mantener, en condiciones normales, su paridad con el marco e, incluso, revaluarse. Por tanto, se razona, se podr¨ªa consolidar el proyecto de uni¨®n monetaria a partir de dos monedas en lugar de una sola (el marco). En otros t¨¦rminos, Francia secundar¨ªa el marco como moneda de referencia y comenzar¨ªa a eliminar la prima (en diferencial de tipos de inter¨¦s) que a¨²n mantiene para defender el franco.
Este escenario tiene un tal¨®n de Aquiles: la p¨¦rdida de competitividad exterior de la econom¨ªa francesa por las devaluaciones del Reino Unido, Italia, Espa?a e Irlanda, se har¨¢ sentir con dureza durante 1993. Aunque la oposici¨®n habla de un relanzamiento moderado, parece evidente que sus primeros meses no ser¨¢n el mejor momento para estrechar a¨²n m¨¢s la camisa de fuerza que supone una fluctuaci¨®n m¨ªnima respecto del marco.
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