La verdad de las cosas

Uno de los secretos mejor guardados de la relaci¨®n entre la pintura y la naturaleza, y en ello creo que reside principalmente su m¨¢gico encantamiento y su poder de fascinaci¨®n, es el de la imprecisi¨®n de sus l¨ªmites, el desconocimiento de sus posibilidades ¨²ltimas en la consecuci¨®n de una definitiva concreci¨®n del motivo, de un certero encuentro con la verdad de las cosas.En un mismo intento por descubrir ese secreto se ha obcecado a lo largo de la historia del arte, un importante n¨²mero de pintores, entre los que se pueden encontrar Turner, Friedrich, Monet y C¨¦zanne, entre otros, concibiendo la pintura como un sistema de conocimiento, de aproximaci¨®n experimental o m¨ªstica al verdadero semblante de la naturaleza. A este empe?o de llevar hasta las ¨²ltimas consecuencias el naturalismo se ha sumado, volcado vocacionalmente ser¨ªa m¨¢s exacto decirlo, Marta C¨¢rdenas (San Sebasti¨¢n, 1944).

Siempre, antes de encontrarnos con la ¨²ltima obra de esta pintora donostiarra afincada en Madrid, nos preguntamos: ?hasta d¨®nde le puede llevar el proceso de experimentaci¨®n sin fin en el que obsesivamente se empe?a? ?En qu¨¦ punto se encontrar¨¢ del gradual proceso de descomposici¨®n y s¨ªntesis que busca en su pintura? A la luz de las obras de los ¨²ltimos dos a?os, reunidas en esta ocasi¨®n, se puede certificar un paso m¨¢s en el intento de dar profundidad a la mirada, de traducir con sinceridad su experiencia privada de la naturaleza.

Im¨¢genes fugaces

Desde su reencuentro con el paisaje en 1979, el m¨¦todo experimental de Marta C¨¢rdenas se ha ido perfeccionando gracias a los peque?os descubrimientos y a los inspirados accidentes que la cotidiana pr¨¢ctica plenairista le ha ofrecido en su lucha constante con los elementos cambiantes que componen el fen¨®meno natural, ante los que la pintura se estrella en su intento de fijar las im¨¢genes fugaces de un universo en constante movimiento. Consciente de ello, Marta C¨¢rdenas no encuentra otra soluci¨®n que la de perseverar sobre el motivo. M¨¢s que buscar la s¨ªntesis en un gesto decisivo, como estaba empe?ada anteriormente, ahora elabora un repertorio de variantes sobre un mismo motivo en diferentes condiciones temporales y ambientales que permiten posteriormente hacer una s¨ªntesis aditiva. En este sentido, destacar¨ªa un conjunto de obras que contienen cuatro versiones de un motivo, dispuestas sobre un mismo soporte. En definitiva, una vuelta de tuerca m¨¢s en un intento de prolongar la b¨²squeda de certidumbre en su mirada sobre las cosas.