"La ONU mandar¨¢ las fuerzas que vayan a la ex Yugoslavia"
La actividad de Butros Gali es tan fren¨¦tica como cualquiera puede imaginar en un secretario general de las Naciones Unidas: "Estoy satisfecho de c¨®mo est¨¢n saliendo las cosas en El Salvador, pero van muy mal en Angola... La semana pasada habl¨¦ con el presidente de Nicaragua, no , fue con el de Guatemala... Tengo que viajar a Argelia... hablar con el embajador de Nueva Zelanda... Soy optimista acerca de las negociaciones de Bosnia, pero me preocupan especialmente los desaf¨ªos globales de largo plazo... ".Toda la esfera mundial gira permanentemente dentro de la cabeza de este egipcio cristiano de 71 a?os que exhibe en su espartano despacho del piso 380 del edificio de Organizaci¨®n de las Naciones Unidas una vitalidad envidiable.
Minutos antes de su entrevista con EL PA?S ha recibido al primer ministro de Israel, Isaac Rabin. Desde su ventana no llegan a divisarse las negras siluetas de los religiosos jud¨ªos que se manifiestan en la Primera Avenida. Butros Gali est¨¢ dando los ¨²ltimos retoques al comunicado de prensa que informa sobre esa reuni¨®n y se levanta como un resorte de la silla para atender su siguiente obligaci¨®n.
Pregunta. Estamos ante una nueva y, tal vez, definitiva ronda de conversaciones de paz sobre la guerra de Bosnia. ?Cree usted que el plan dise?ado por Cyrus Vance y David Owen puede todav¨ªa tener ¨¦xito?
Respuesta. Soy optimista. Creo que el mapa (de reparto territorial de 10 provincias) y los principios constitucionales del plan que se est¨¢ discutiendo constituyen el marco que nos ayudar¨¢ a encontrar la paz en Bosnia-Herzegovina. Y creo que ahora los dos negociadores y el grupo que les ayuda en estas conversaciones podr¨¢n alcanzar una soluci¨®n.
P. ?Cu¨¢l ser¨¢, entonces, el siguiente paso?
R. El pr¨®ximo paso deber¨ªa ser una importante presencia de las Naciones Unidas sobre el terreno para asegurarnos de que el plan se aplica.
P. ?Podr¨ªa usted ser m¨¢s espec¨ªfico?
R. No puedo ser m¨¢s espec¨ªfico porque todav¨ªa se est¨¢n discutiendo diferentes modalidades de esa presencia, siempre que las tres partes acepten el plan, de paz. Estamos en contacto con las naciones europeas, con la OTAN... Esta es una nueva experiencia para todos nosotros. Todo lo que est¨¢ ocurriendo en Yugoslavia es una nueva experiencia de colaboraci¨®n entre la Comunidad Europea y las Naciones Unidas.
P. Pero ?se refiere usted a una presencia militar?
R. Estoy hablando de una presencia militar, pero tambi¨¦n de una importante fuerza civil. No s¨®lo habr¨¢, que ocuparse de garantizar el cumplimiento de los acuerdos. Habr¨¢ que hacer frente tambi¨¦n a tanta destrucci¨®n, al grave problema de los refugiados, a la reconstrucci¨®n del pa¨ªs. Es una operaci¨®n muy complicada.
P. ?Cu¨¢ntos hombres ser¨¢n necesarios?
R. No quiero darle cifras porque todo eso est¨¢ todav¨ªa bajo consideraci¨®n.
P. Existen ya diferencias sobre qui¨¦n deber¨¢ mandar esa fuerza. Algunos miembros del Consejo de Seguridad no est¨¢n de acuerdo con que el mando est¨¦ en manos de las Naciones Unidas. ?Cu¨¢l es su opini¨®n al respecto?
R Cualquiera que sea la operaci¨®n tendr¨¢ que ser una operaci¨®n bajo pabell¨®n. de las Naciones Unidas. Y ser¨¢n las Naciones Unidas las que sean responsables de las fuerzas.
P. ?Incluido tambi¨¦n el mando militar?
R. Todo.
P. Habr¨¢ usted percibido un ambiente de gran preocupaci¨®n intemacional por la situaci¨®n en Rusia. ?Comparte usted esa preocupaci¨®n?
R. Yo no puedo opinar sobre los problemas internos de un pa¨ªs miembro de la organizaci¨®n. Lo ¨²nico que puedo decirle es que desde la secretar¨ªa general estamos haciendo lo mejor para ayudar a la Federaci¨®n Rusa desde el punto de vista humanitario.
P. ?Cree usted que las misiones de paz de la ONU en Nicaragua y en El Salvador pueden continuar en Guatemala?
R. Tenemos un observador en Guatemala y estamos siguiendo la situaci¨®n con mucha atenci¨®n. Si nos piden que hagamos algo, lo haremos.
P. Usted ha recibido el encargo del Consejo de Seguridad para buscar personalmente una soluci¨®n en el conflicto del S¨¢hara. ?Cu¨¢les- son sus planes al respecto?
R. Voy a conversar con todas las partes, voy a intentar aplicar la mejor diplomacia. Para ello, voy a visitar Rabat, Tinduf y Argel. Voy a hablar con todos. La dificultad especial de este asunto es que ahora mismo tenemos una gran diferencia de puntos de vista entre los saharauis y los marroqu¨ªes.
P. ?Qu¨¦ papel le corresponde a Espa?a ahora que es miembro del Consejo de Seguridad?
R. Espa?a tiene un gran papel que desempe?ar por su especial relaci¨®n con algunos pa¨ªses africanos, por su vecindad con el Magreb y por su vinculaci¨®n con Am¨¦rica Latina. Espa?a ya ha hecho una gran contribuci¨®n en el caso de El Salvador y hay que felicitarla por eso.
P. ?Cu¨¢l cree que es en estos momentos la principal amenaza contra la paz internacional?
R. Creo que las principales amenazas contra la paz son los conflictos ¨¦tnicos que han surgido en el mundo, las amenazas contra el medio ambiente y el subdesarrollo. ?sos son los conflictos a los que las Naciones Unidas se tendr¨¢n que enfrentar en el pr¨®ximo siglo. Con una particularidad muy importante: ¨¦ste va a ser el ¨²nico foro en el que se podr¨¢n discutir problemas globales, y va a haber cada vez m¨¢s problemas globales, problemas que no van a poder ser solucionados por uno o dos Estados, problemas que van a afectar a toda Ja comunidad internacional. Por ejemplo, el control del narcotr¨¢fico, los derechos humanos ,el sida. Vamos a necesitar dentro de muy pocos a?os un foro muy fuerte para discutir esos problemas globales, y las Naciones Unidas tienen que ser ese foro. No quiero quitarle importancia a los problemas de corto plazo, pero la verdadera amenaza son los problemas de largo plazo.
P. ?Por qu¨¦ las Naciones Unidas son tan tajantes en el cumplimiento de algunas resoluciones y se muestran m¨¢s olvidadizas con otras?
R. Unas resoluciones son mas dif¨ªciles de aplicar que otras; necesitan m¨¢s dinero" m¨¢s fuerzas. Otra raz¨®n para que eso ocurra es que el Consejo de Seguridad es un cuerpo pol¨ªtico, y como cuerpo pol¨ªtico act¨²a en funci¨®n de prioridades pol¨ªticas.
P. ?No cree usted que Estados Unidos ejerce demasiada influencia dentro del Consejo de Seguridad?
R. No se puede desestimar el papel de EE UU, que es un gran poder, pero puede estar seguro de que el Consejo de Seguridad tiene largas discusiones antes de llegar a un consenso. En este momento tenemos un Consejo integrado por verdaderos poderes, como los pa¨ªses europeos, latinoamericanos como Brasil, asi¨¢ticos como Paquist¨¢n, el bloque de pa¨ªses africanos...
P. Pero usted, cuando tiene una consulta, o una sugerencia, ?a qui¨¦n llama primero?
R. Llamo al presidente del Consejo de Seguridad, que cambia todos los meses. Ahora es el representante de Nueva Zelanda.
P. ?Y despu¨¦s?
R. Despu¨¦s, ¨¦l hace el trabajo con los dem¨¢s. Si yo tuviera que hablar con los 15 miembros del Consejo de Seguridad no tendr¨ªa tiempo para otra cosa.
P. Usted asumi¨® la secretar¨ªa general en un mundo que ha superado la guerra fr¨ªa, pero que se enfrenta a desaf¨ªos tal vez mayores que los conocidos en el ¨²ltimo medio siglo. ?Cree que podr¨¢ usted cumplir con su trabajo en estas condiciones?
R. En primer lugar, ¨¦sa es la raz¨®n por la que me interes¨® ser secretario general. Cinco a?os antes no me hubiera interesado. Mi misi¨®n aqu¨ª es preparar a las Naciones Unidas para hacer frente a esos grandes desaf¨ªos. No estoy seguro de tener ¨¦xito, pero har¨¦ lo que pueda.
P. ?Considera usted que el secretario general tiene suficientes poderes como para cumplir con esa misi¨®n?
R. Para la aplicaci¨®n de mi Agenda de paz [un documento en el que Butros Gali expone las necesidades m¨¢s urgentes de la organizaci¨®n] nos hacen falta m¨¢s poderes. Por ejemplo, hemos pedido permiso para poder recurrir directamente ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. Tambi¨¦n me gustar¨ªa tener comprometidas un determinado n¨²mero de fuerzas militares de varios pa¨ªses del mundo para que, si el Consejo de Seguridad lo pide, podamos organizar una fuerza de paz en una semana, en lugar de emplear seis meses de dif¨ªciles negociaciones pata conseguirlo.
P. ?Se refiere usted a la creaci¨®n de una especie de Ej¨¦rcito de la ONU?
R. No. Las fuerzas seguir¨ªan siendo de los distintos pa¨ªses, pero estar¨ªan dedicadas a las Naciones Unidas de forma que pudieran ser movilizadas en unos pocos d¨ªas.
P. ?Es usted partidario de ampliar el Consejo de Seguridad para integrar, por ejemplo, a Jap¨®n y Alemania?
R. Eso tiene que ser decidido por la Asamblea General. Soy absolutamente neutral en ese asunto.
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