Gran decepci¨®n entre los ecologistas por su paup¨¦rrimo resultado
FELICIANO FIDALGO ENVIADO ESPECIAL, A las ocho de la noche y algunos segundos, tres muchachas y dos se?oras con una cierta edad exclamaron "?ooooh!" y su mano derecha, como un resorte, tap¨® su boca: la, televisi¨®n acababa de anunciar, "los ecologistas, el 8,5% de los votos", seg¨²n el resultado del primer sondeo difundido. En la sala, bar y comedor, s¨®lo hab¨ªa 14 personas. Las caras de todos se tomaron serias, casi dram¨¢ticas.
El silencio fue t¨¦trico. Las miradas se enfrentaban las unas a la otras como con miedo, las l¨¢grimas estuvieron a punto de correr. Durante algunos minutos parec¨ªan, aplastadas por una desgracia mayor. Las c¨¢maras de televisi¨®n, los cables arrastr¨¢ndose por el suelo, recuerdan a una fiesta. Pero no hubo fiesta; a las diez y media de la noche la reuni¨®n hab¨ªa alcanzado el pleno: 19 personas.Todo acaeci¨® en un restaurante, bar y hotelito ubicados en las proximidades del hist¨®rico barrio de Montparnasse. El due?o, ecologista, invitaba a vivir la gran noche verde. Los frescos pintados en los muros del restaurante evocan la Revoluci¨®n Francesa; la escalera que conduce a las habitaciones y las paredes est¨¢n pintadas a base de temas ecologistas.
La docena y media de militantes ecologistas all¨ª cobijados a¨²n no reacciona. El silencio manda sin duelo. S¨®lo se murmura alguna frase incomprensible; los ojos da la impresi¨®n que miran a la televisi¨®n, pero se observan extraviados; habla en la peque?a pantalla Laurent Fabius, ex primer ministro socialista, y dice que los votantes socialistas, sin candidato propio para la segunda vuelta, deben apoyar al candidato ecologista; el personal, a nuestro alrededor, desgarrado por el silencio, de repente r¨ªe con desprecio hacia Fabius. Despu¨¦s habla el l¨ªder comunista Georges Marchais y s¨®lo abrir la boca provoca risotadas en el menguado p¨²blico.
Ya han pasado tres cuartos de hora y se ofrece una bandeja de canap¨¦s; algunos beben agua, otros vino corriente, alguno apura una naranjada y dos o tres privilegiados han tomado champa?a. A duras penas se sueltan la lengua. Thierry Rannou sopla a nuestro o¨ªdo: "Cre¨ªamos que ¨¦ramos un partido independiente, pero ahora tenemos que decir si somos de derechas o de izquierdas. Nuestro objetivo es que en las presidenciales, dentro de dos a?os, prospere el ticket Rocard / Lalonde". Ya sal¨ªan los ecologistas del letargo del fracaso cuando asomaron en la televisi¨®n sus dos l¨ªderes, Lalonde y Waechter; otra vez el silencio, pero ahora expectante. Cuando uno de ellos afirm¨®, "la ecolog¨ªa ha sido la novedad y la novedad molesta", su docena y media de militantes sac¨® el pecho un segundo. Y otra vez el silencio.
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