El ex inspector jefe de Rusia asegura que el presidente no lucha contra la corrupci¨®n
El presidente de Rusia, Bor¨ªs Yeltsin, ha sido indiferente a las propuestas para crear un mecanismo de lucha contra la corrupci¨®n del funcionariado, e incluso ha obligado a interrumpir investigaciones sobre abuso de poder. Eso es lo que afirma Yuri B¨®ldirev, el ex inspector jefe del Estado destituido por el presidente cuando estaba a punto de iniciar una inspecci¨®n en la provincia de Sverdlovsk, la patria chica de Yeltsin.
"El puesto de inspector jefe del Estado ha dejado de existir", exclama B¨®ldirev, de 33 a?os, mientras conversa con EL PA?S. El presidente, dice, le destituy¨® el 4 de marzo, alegando que los jefes de las administraciones regionales estaban descontentos de ¨¦l y que hab¨ªa muchos conflictos".Tras la destituci¨®n, el despacho del inspector jefe del Estado en el Kremlin fue diligentemente sellado. Conclu¨ªa as¨ª una etapa en la vida de este ingeniero electr¨®nico que en 1989 fue elegido diputado del Parlamento sovi¨¦tico en Leningrado (San Petersburgo), para convertirse despu¨¦s en compa?ero de fatigas de Yeltsin en el Grupo Interregional de Diputados, la primera oposici¨®n organizada de la URSS.
Durante un a?o, B¨®ldirev realiz¨® m¨¢s de cincuenta inspecciones en organismos de distinto nivel jer¨¢rquico. Subordinado s¨®lo al presidente, us¨® su derecho a tomar iniciativas sin consultar con nadie. Contaba con 114 funcionarios de la Direcci¨®n de Control, dependiente de la Administraci¨®n presidencial, y pose¨ªa unos criterios claros.
"Intent¨¦ que el control del Estado estuviera despolitizado y que los representantes del presidente en provincias (una instituci¨®n creada en 1991) se orientaran hacia la resoluci¨®n de problemas del conjunto del Estado y no hacia la lucha pol¨ªtica del momento". "Por eso", agrega, "tuve serios conflictos con varias figuras clave del entorno presidencial y con la mayor¨ªa de los representantes del presidente, entre los que hay muchos radicales".
Pura coincidencia
B¨®ldirev se niega a relacionar su destituci¨®n con la inspecci¨®n que inici¨® en Yekaterinburgo. "Empezamos la inspecci¨®n y en ese momento me propusieron el cese", dice, pero agrega: "No est¨¢ excluido que sea una coincidencia". B¨®ldirev pretend¨ªa investigar la exportaci¨®n de materias primas en Sverdlovsk, una provincia dirigida por ex comunistas que trabajaron con Yeltsin cuando ¨¦ste era jefe del PCUS all¨ª. En Sverdlovsk act¨²an, seg¨²n B¨®ldirev, "un conjunto de empresas que tienen la protecci¨®n de dirigentes importantes, y hab¨ªa que examinar qu¨¦ uso se hac¨ªa de los derechos concedidos a la provincia".
Al gestionar estos asuntos, B¨®ldirev sinti¨®, "una presi¨®n considerable por parte de las organizaciones pol¨ªticas que apoyaban al presidente". "Se produjo una convergencia entre los que no quer¨ªan el control del Estado y los que quer¨ªan una instituci¨®n m¨¢s politizada". La corrupci¨®n en Rusia est¨¢ vinculada hoy con "el reparto regalado" de la propiedad del Estado, afirma. B¨®ldirev acusa al Gobierno de "sabotear" durante m¨¢s de un a?o la creaci¨®n de una inspecci¨®n de divisas. El Gobierno "sabote¨® conscientemente", dice, el sistema de declaraciones de ingresos de los funcionarios.
B¨®ldirev intent¨® hacer una inspecci¨®n en Mosc¨². Ten¨ªa motivos tales como la privatizaci¨®n del estadio de Lushniki, vendido por 90 millones de rublos al colectivo laboral, despu¨¦s de que, bas¨¢ndose en decretos municipales, se ampliaran sus terrenos y se hicieran reparaciones por valor de 45 millones de rublos.
Bor¨ªs Yeltsin, que en el pasado sac¨® partido pol¨ªtico de su imagen de lucha contra la corrupci¨®n en Mosc¨², dio orden de parar la investigaci¨®n. B¨®ldirev asegura no querer "ni acusar ni justificar" al presidente y se pregunta si Yeltsin ten¨ªa "posibilidades pol¨ªticas" de asumir la inspecci¨®n, teniendo en cuenta la "base social" que le apoya. Yeltsin, dice, "no se apoya hoy en nadie".
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