Hallado un 'escondite' del virus del sida en el sistema defensivo humano
La batalla entre los cient¨ªficos y el virus del sida ha avanzado un paso m¨¢s con el descubrimiento de un escondite, en los n¨®dulos del sistema lif¨¢tico, donde el virus se multiplica y almacena en el cuerpo de la persona infectada antes de que se declaren los s¨ªntomas del s¨ªndrome. Este hallazgo parece indicar la conveniencia de empezar inmediatamente la terapia antiviral en personas seropositivas y explicar¨ªa la rapidez de la fase final de la enfermedad.
Seg¨²n dos art¨ªculos publicados en el n¨²mero de hoy de la revista Nature, grandes cantidades del virus se almacenan en los n¨®dulos del sistema linf¨¢tico, que forman parte de las defensas del cuerpo frente a la infecci¨®n. Esto indica que hasta ahora se ha subestimado mucho el n¨²mero de virus que una persona seropositiva y asintom¨¢tica alberga.En el periodo asintom¨¢tico es dif¨ªcil detectar el virus en la sangre y los investigadores pensaban que hab¨ªa muy pocos, por lo que no se explicaban la masiva destrucci¨®n del sistema inmunol¨®gico que se produce durante esta fase y da lugar finalmente a la aparici¨®n de los s¨ªntomas. De hecho, algunas personas han dudado de que el virus pueda producir la enfermedad, al detectarse en cantidades tan peque?as.
Durante la fase asintom¨¢tica, que puede durar de uno o dos a?os hasta 13 a?os o m¨¢s, los investigadores cre¨ªan que el virus se manten¨ªa inactivo, o latente, dentro de los gl¨®bulos blancos llamados c¨¦lulas T CD4. Estas c¨¦lulas constituyen el principal objetivo de los ataques del virus del sida. Las c¨¦lulas T son una parte vital del sistema defensivo humano frente a las infecciones por virus y bacterias, y su destrucci¨®n, por tanto, dejar¨ªa a una persona inerme frente a una infecci¨®n. En su estado latente, la presencia del virus del sida no es detectada por las c¨¦lulas m¨¢s vigilantes del sistema inmunol¨®gico.
Indicador cl¨ªnico
El n¨²mero de este tipo de c¨¦lulas es un indicador cl¨ªnico clave durante este tiempo. Normalmente existen decenas de miles de c¨¦lulas en cada mil¨ªmetro c¨²bico de sangre pero en los seropositivos su n¨²mero desciende. Cuando la concentraci¨®n baja hasta 500 empieza el peligro de infecciones oportunistas, a pesar de que muy pocas c¨¦lulas de la sangre est¨¢n infectadas.Lo que investigadores de Estados Unidos han encontrado ahora es que el virus no se concentra en la sangre sino que est¨¢ presente en nada menos que un 25% de los linfocitos T CD4 de los n¨®dulos linf¨¢ticos y que en un 1% de estos linfocitos infectados el virus se reproduce y almacena a velocidad vertiginosa. Esto explica la masiva destrucci¨®n de este tipo de linfocitos que se observa en la fase final de la enfermedad. Esta fase se cree que se inicia precisamente cuando las c¨¦lulas defensivas del organismo se enfrentan a una invasi¨®n externa, como una bacteria o un virus. Como muchas de estas c¨¦lulas, los linfocitos T CD4 de los n¨®dulos linf¨¢ticos, son precisamente f¨¢bricas de virus, seg¨²n los ¨²ltimos descubrimientos, resultan destruidas y los virus se diseminan y atacan otras c¨¦lulas.
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