RU 486, una alternativa al aborto quir¨´rgico
El medicamente RU 486 es un descubrimiento m¨¦dico de tanta trascendencia en el contexto de la interrupci¨®n del embarazo como lo pudo ser la p¨ªldora anticonceptiva en el ¨¢rea de la contracepci¨®n, afirma el autor. Por ello, agrega, las instituciones con posibilidad de decisi¨®n deben vencer las dificultades para su comercializaci¨®n.
Los doctores D. Philibert y E. Baulieu no pod¨ªan ni siquiera imaginar que aquella mol¨¦cula RU 38.486, sintetizada a caballo entre los ¨²ltimos a?os de los setenta y comienzo de los ochenta, y posteriormente simplificada en su nomenclatura y conocida como RU 486, iba a despertar tanta pol¨¦mica en los a?os venideros.Como en muchos aspectos de la vida, y la investigaci¨®n b¨¢sica no es una excepci¨®n, el azar determin¨® que en el centro de investigaci¨®n que el laboratorio descubridor de la sustancia tiene en Romainville (Francia), y mientras estudiaban mol¨¦culas para oponerse a la acci¨®n de los glucocorticoides, les surgi¨® entre las manos la RU 486, que es un potente inhibidor de la progesterona, hormona llave para el embarazo y considerada fundamental en las primeras semanas de gestaci¨®n.
A partir de entonces todo fue r¨¢pido. Se fueron cubriendo las etapas que toda sustancia recorre hasta utilizarse en cl¨ªnica m¨¦dica: ensayos en laboratorio, en animales y finalmente en humanos. Los resultados fueron concluyentes. La RU 486 es un medicamento que utilizado en una sola toma (tres comprimidos de 200 miligramos cada uno) y dentro de las primeras siete semanas de gestaci¨®n, produce un alto ¨ªndice de interrupciones de embarazo y la mujer, salvo un sangrado superior a una menstruaci¨®n habitual, no sufre efectos secundarios de importancia; esto ocurr¨ªa en los primeros a?os de la d¨¦cada de los ochenta. Los sucesivos ensayos cl¨ªnicos fueron perfeccionando el m¨¦todo y es a partir de 1987 cuando se comienza a utilizar RU 486, y a las 48 horas, prostaglandinas -sustancias que producen un aumento de la contractilidad del m¨²sculo uterino- La eficacia aument¨® considerablemente situ¨¢ndose entre el 94% y el 97% de abortos completos y menos del 1% de embarazos evolutivos, los efectos secundarios son algo mayores -dolor, n¨¢useas, diarreas- y cerca del 50% de las mujeres debe tomar alg¨²n analg¨¦sico.
El m¨¦dico estaba listo, la alternativa al aborto quir¨²rgico en las primeras semanas de gestaci¨®n era una realidad y fue precisamente en este momento cuando surgi¨® la gran pol¨¦mica.
La RU 486 asociada a las prostaglandinas es objetivamente, y desde un punto de vista m¨¦dico, una buena soluci¨®n frente al aborto quir¨²rgico, siempre que: se respeten sus indicaciones en cuanto a embarazos precoces y se, descarten a mujeres que padecen enfermedades muy concretas. La mujer asume menos riesgos, los efectos secundarios son menores y el trauma f¨ªsico no es comparable a un aborto quir¨²rgico con o sin anestesia general. Siendo as¨ª, ?por qu¨¦ las grandes dificultades que est¨¢ soportando la RU para su comercializaci¨®n?
Matices novedosos
La RU a?ade matices novedosos en los esquemas tradicionales del aborto y quiz¨¢ sean estas diferencias las que provoquen tantas reacciones en contra. Aunque generalmente en las diferentes legislaciones de aborto la decisi¨®n de la interrupci¨®n del embarazo corresponde a la mujer, el aborto quir¨²rgico necesita una infraestructura sanitaria que asume el protagonismo tanto en la acci¨®n como en la tutela, de un modo pr¨¢ctico, a la mujer la realizan un aborto. Con la RU todo se simplifica, la mujer toma los comprimidos con un vaso de agua; bien es cierto que con la RU tambi¨¦n existe un control, fundamentalmente en la vigilancia de todo el proceso, aunque la cobertura sanitaria es m¨ªnima y poco intervencionista. Se podr¨ªa decir que con la RU el aborto se simplifica, es m¨¢s ¨ªntimo, y en la medida en que la mujer asume la decisi¨®n y el protagonismo -f¨ªsicamente es ella la que toma los comprimidos y los traga con un poco de agua-, el m¨¦dico y sus medios t¨¦cnicos lo ceden.
Admitamos como leg¨ªtima desde un punto de vista ideol¨®gico la lucha que desarrollan los colectivos que se oponen al aborto, aunque a veces cuesta cuando recordamos su comportamiento violento ante las cl¨ªnicas de aborto. Las batallas legales, campa?as, manifestaciones, van dirigidas en una primera etapa a dificultar la Ley del Aborto, pero, una vez legislado, su presi¨®n fundamentalmente se dirige a la estructura m¨¦dica necesaria para realizar abortos: cl¨ªnicas, personal sanitario, etc¨¦tera.
A un observador poco atento le puede extra?ar que se realicen pocas acciones dirigidas contra las mujeres que deciden interrumpir su gestaci¨®n; estas organizaciones saben que una mujer que libremente decida interrumpir su embarazo suele tener las ideas bastante claras y es poco permeable a las consignas de las asociaciones contra el aborto.
Cuando la RU 486 se legaliza en un pa¨ªs, la lucha de las organizaciones contra el aborto pierde una parte de su virulencia porque las cl¨ªnicas y los m¨¦dicos no son fundamentales en el proceso, ya que cualquier centro de planificaci¨®n puede ser autorizado para dispensar RU; en Francia existen m¨¢s de 700 centros donde la mujer puede solicitar la p¨ªldora.
Resistencias
En nuestro pa¨ªs existen colectivos militantes contra el aborto que reciben muestras de simpat¨ªa de otras organizaciones con una gran capacidad de maniobra, como lo demuestra la ¨²ltima sentencia sobre la campana P¨®ntelo, P¨®nselo, o su respuesta ya hace unos meses ante la posible modificaci¨®n liberalizadora de la vigente Ley del Aborto; en este contexto, la comercializaci¨®n de la RU 486 por el laboratorio que tiene la patente puede suponer una violenta campa?a, y s¨®lo as¨ª podemos comprender las resistencias del laboratorio ante un riesgo comercial dif¨ªcil de cuantificar.
Me gustar¨ªa que los colectivos aludidos reconociesen alg¨²n d¨ªa que cuando en su pa¨ªs el aborto no es legal ¨¦ste se realiza clandestinamente y aproximadamente en el mismo n¨²mero, pero eso si, con un mayor riesgo para la mujer: mortalidad por aborto legal menor de 12 semanas, 2-3 por 100.000; aborto clandestino, 100-150 por 100.000.
Cuando luchan para que la RU no se legalice tampoco van a evitar los abortos, pero pueden retrasar la comercializaci¨®n, y con ello varios miles de mujeres tendr¨¢n que optar obligatoriamente por un m¨¦todo m¨¢s agresivo para ellas como el aborto quir¨²rgico; quiz¨¢s en el fondo lo que busquen es el castigo, el sufrimiento y el aumento del riesgo para las mujeres que, acogi¨¦ndose a una ley, han decidido interrumpir su gestaci¨®n.
El laboratorio, en esta situaci¨®n, deber¨ªa reflexionar sobre el flaco servicio que un retraso en la comercializaci¨®n de la RU est¨¢ haciendo a la mujer espa?ola y, respetando sus leg¨ªtimas inquietudes comerciales, tuviera la suficiente clarividencia para ver, a trav¨¦s de una futura campa?a dirigida al colectivo m¨¦dico, que puede ser ampliamente contestada por el sentir de la mayor¨ªa de este pa¨ªs, que camina por la tolerancia y el respeto; en este contexto, el riesgo que puede suponer la comercializaci¨®n de la RU puede ser valorado muy positivamente por esta sociedad si el laboratorio decide solicitar el registro del medicamento, sin olvidar el apoyo inicial recibido en recientes declaraciones del ministro de Sanidad.
En la actualidad, la RU 486 se utiliza regularmente en Francia, Reino Unido, Holanda, Suecia... S¨®lo en Francia, y desde 1990, 30.000 mujeres abortan cada a?o con este m¨¦todo, los resultados son excelentes y el grado de satisfacci¨®n tras el aborto se acerca al 90% en comparaci¨®n al aborto quir¨²rgico.
Estos datos son concluyentes, y al margen de la pol¨¦mica, la RU 486 es un descubrimiento m¨¦dico de tanta trascendencia en el contexto de la interrupci¨®n del embarazo como lo pudo ser la p¨ªldora anticonceptiva en el ¨¢rea de la contracepci¨®n en la d¨¦cada de los sesenta; por todo ello, las instituciones con posibilidad de decisi¨®n deben ser capaces de vencer las dificultades y permitir la comercializaci¨®n a corto plazo de la RU 486.
Javier Mart¨ªnez Salme¨¢n es jefe del servicio de obstetricia y ginecolog¨ªa del hospital Severo Ochoa, de Legan¨¦s, Madrid.
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