Ingenier¨ªa po¨¦tica

Aire armado titula su ¨²ltimo trabajo escult¨®rico Isabel Garay (Muzquiz, 1946), y es un buen t¨ªtulo para describir su estructura met¨¢lica modular, realizada a partir de cubos transparentes soldados, alguna de cuyas posibles construcciones ya tuvimos oportunidad de contemplar en Arco. No obstante, con un espacio ahora m¨¢s desahogado, Garay puede no s¨®lo mostrar m¨¢s, sino hacerlo mejor, el desarrollo de su idea modular. As¨ª, ya sea formando una compacta pieza exenta, donde se agranda la figura del cubo a base de las m¨²ltiples unidades modulares, o bien pegada a la pared como un pilar o carril, Garay nos muestra variables diversas que ponen en evidencia figuras, usos y funciones posibles, pero marcadas todas ellas por la cualidad de la transparencia, la circulaci¨®n del aire efectivamente armado.De entrada, no puede uno sino evocar aqu¨ª los precedentes minimalistas, aunque con esas licencias caracter¨ªsticas de nuestro momento, que burlan el dogmatismo idealista de anta?o, como, por ejemplo, no oponer lo artesanal a lo industrial ni tampoco temer que lo abstracto se contamine con impuras situaciones muy concretas y libres; en definitiva,: muy personales.

Es posible que el espectador de la actual instalaci¨®n de Garay no pueda percibir tan f¨¢cilmente, sin el conocimiento previo de su trayectoria, esa impronta personal, que es, adem¨¢s, muy sensible, pero, al menos para mi, es ah¨ª donde adquiere su mayor inter¨¦s. Garay ha estado de siempre volcada en la experimentaci¨®n de materiales y situaciones, pero sin renunciar a las vivencias sensibles, que ponen en valor la tactilidad, la textura, el color, como ecos de una memoria pictoricista subterr¨¢nea. La propia idea del aire que ahora maneja demuestra esa experimentaci¨®n corporal del espacio, que termina siendo atm¨®sfera, algo que se percibe f¨ªsicamente y que vibra. Se trata, en fin, de una especie de ingenier¨ªa po¨¦tica, m¨¢s musical y pl¨¢stica que matem¨¢tica.