Rosa Montero novela lo fant¨¢stico de lo cotidiano con los ojos de una ni?a
"La imaginaci¨®n permite comprender mejor la realidad", dice la autora de 'Bella y oscura'
PEDRO SORELACuando Rosa Montero sinti¨® la necesidad de escribir otra novela, primero quiso que contase lo fant¨¢stico escondido en lo cotidiano -es decir lo contrario de Temblor- y s¨®lo entonces comprendi¨® que la narradora de su novela tendr¨ªa que ser una ni?a. Las protagonistas son otras dos mujeres: una abuela severa y fuerte y, sobre todo, una enana llamada Airel¨¢i, capaz de explicar que el para¨ªso se perdi¨® por el deseo de formular el amor, y capaz a su vez de? amor m¨¢s fuerte. Todas las protagonistas de Bella y oscura (Seix Barrall) son mujeres. "Y qu¨¦ iba a hacer", dice Rosa Montero. "Mujer es lo que soy".
Hija de un banderillero- criada en los duros a?os cincuenta en el barrio madrile?o de Cuatro Caminos, Rosa no cree que existan muchas correspondencias entre s u propia vida y la de la protagonista, una ni?a hu¨¦rfana de madre, que vive entre los estrechos muros y las severas reglas de un lugar m¨¢s bien duro llamado Barrio, mientras espera a su padre. Se trata de una ciudad cotidiana y muy real, y los vecinos son la gente que habitualmente protagoniza las p¨¢ginas de los sucesos de los peri¨®dicos, a los que Montero consigue dar un tono de f¨¢bula sin quitarles verosimilitud. "Vivimos existencias en las que el misterio est¨¢ excluido", dice. "La fantas¨ªa permite comprender mejor la realidad". Es posible que no haya correspondencia estricta, pero en el libro se encuentran resonancias del mundo literario de la escritora: la diferencia y a¨²n el abismo entre femenino y masculino, la iniciaci¨®n, el propio mundo de los liliputienses (habitantes del Para¨ªso en un tema ya tocado en su cuento Paulo Pumilio), la ansiedad de amor, y el dolor que implica su conservaci¨®n. No por casualidad "lo m¨¢s bello" que le sucede a Airelai, la enana protagonista, es que un d¨ªa el hombre al que ama plat¨®nicamente se vuelva y le diga: "Pero a¨²n no est¨¢s listaT', cuando tiene que huir de la polic¨ªa. Al igual que la ni?a, Rosa Montero tuvo que aprender en su infancia a "luchar por la vida".
Una novela no es m¨¢s que el reflejo de la idea del mundo que tiene un escritor, piensa Monte-ro, y entre una mujer y un hombre novelistas no hay forzosamente mayor diferencia que entre un escritor rural y otro urbano, y tal vez hay m¨¢s en com¨²n entre las escritoras y escritores de su generaci¨®n que lo que le pueda unir a ella, dice, con una escritora surafricana de 60 a?os.
Estereotipos
Aunque cree que ha tenido "mucha suerte", y consciente de que los escritores siempre propenden a quejarse, Rosa Montero cree que a menudo se la mira con estereotipos: mujer, periodista conocida, que conoci¨® el ¨¦xito desde muy temprano. Adem¨¢s, piensa, no pertenece a ninguno de los grupos que dominan la escena literaria espa?ola, ni es heredera de tradici¨®n familiar alguna, en un pa¨ªs en el que, piensa, 11 el clasismo de la clase ilustrada todav¨ªa existe". "Lo desmoralizante es saber que si esa novela no estuviera firmada por ti dir¨ªan otra cosa. Es desmoralizador, pero supongo que hay que pagar por el ¨¦xito".
Sin embargo, dice, "afronto la literatura con un rigor absoluto. Es lo m¨¢s serio que sucede en mi vida, y as¨ª como comprendo una existencia sin periodismo, no la concibo sin escribir".
Agradecida por los lectores que le demuestran que "han le¨ªdo lo que pone" , y aunque sabe que es algo relativo, Montero tiene sin embargo la espinita de ser reconocida por "el mundo oficial", que no es el mejor, piensa, pero el que ha de venir "lo que esperas que se te diga".
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