Paz por territorios
El articulista analiza las distintas posiciones de quienes, a partir de hoy, volver¨¢n a sentarse en la mesa de negociaciones de la Conferencia de Paz sobre Oriente Pr¨®ximo, en Washington, y se?ala, como mayor riesgo para el futuro de la misma, las diversas presiones que los grupos radicales ejercen sobre los palestinos.
El d¨ªa 14, en Egipto, Isaac Rabin anunci¨® el reconocimiento por su Gobierno de la Resoluci¨®n 242 de la ONU como base de negociaci¨®n con Siria, con vistas a una soluci¨®n definitiva para el problema de los territorios ocupados. Es, sin duda, el giro m¨¢s radical impuesto a la pol¨ªtica exterior israel¨ª desde la Guerra de los Seis D¨ªas, y el comienzo de la realizaci¨®n de la consigna agitada desde hace a?os por la izquierda pacifista del Estado jud¨ªo y por la izquierda occidental menos cerrilmente pro¨¢rabe: "Paz por territorios".Para quienes cuestionan el derecho mismo a la existencia del Estado de Israel, esto no altera nada: si no hallaron razonable ni justo el Decreto de Partici¨®n, dificilmente vean raz¨®n o justicia en el restablecimiento de hecho de sus t¨¦rminos; perseverar¨¢n en el prop¨®sito de "echar a los jud¨ªos al mar".
Para los sionistas ultramontanos, convencidos de que el retorno a las fronteras de 1948 representa una derrota sin compensaci¨®n alguna para Israel, y de que lo correcto, pol¨ªticamente hablando, es negociar sin abandonar un solo palmo del terreno conquistado en 45 a?os de guerra, la decisi¨®n del Gobierno Rabin tampoco hace variar gran cosa: se limitar¨¢n a acusar a las autoridades de entregar al enemigo un espacio que estiman bien ganado.
La izquierda interior israel¨ª, en cambio, se lo juega todo a esta carta: la validez de sus an¨¢lisis, su credibilidad intelectual y moral, y aun su supervivencia, se ver¨¢n gravemente cuestionadas si la f¨®rmula es rechazada y los palestinos escogen proseguir con el enfrentamiento, demostrando la teor¨ªa de los halcones del Likud respecto de la falta de voluntad pol¨ªtica pacificadora de la parte ¨¢rabe.
Hasta ahora, lo que parec¨ªa obvio ha revelado no serlo tanto.
Gesto de buena voluntad
El hecho de que Rabin hiciera su declaraci¨®n en Egipto indicaba la orientaci¨®n b¨¢sica de su pol¨ªtica: la disposici¨®n israel¨ª a concertar la paz, sea con el conjunto de los pa¨ªses ¨¢rabes hostiles, incluido un potencial Estado palestino, sea con cada uno de ellos por separado, como lo hicieron en su d¨ªa Begin y Sadat. La postura de los otros participantes en las conversaciones de paz en Washington -Siria, L¨ªbano y Jordania- es m¨¢s previsible que la de los palestinos.
Hace ya largo tiempo que Hafez el Asad dice estar dispuesto a tratar el asunto si se guarda una "relaci¨®n directa entre la amplitud de la paz propuesta por ¨¦l y a la amplitud de la retirada israel¨ª del Gol¨¢n"
El destino de los altos del Gol¨¢n condicionar¨¢ todas las decisiones de Jordania, acosada por la falta de agua.
L¨ªbano es, en la pr¨¢ctica una provincia siria, con un alto grado de conflictividad interior y con una zona invadida por el Ej¨¦rcito israel¨ª, y ello determina su actitud en la mesa de negociaci¨®n.
Los tres pa¨ªses muestran inter¨¦s en alcanzar un acuerdo de paz y son favorables a la reanudaci¨®n de las conversaciones. No se puede decir lo mismo de los palestinos; al menos, no de todos los palestinos.
Dos de las organizaciones integradas en la OLP, el FDLP (el Frente Democr¨¢tico de Liberaci¨®n de Palestina) y el FPLP (el Frente Popular de Liberaci¨®n de Palestina), liderados respectivamente por Nayef Hawatmeh y por George Habache, afirmaron que las declaraciones de Rabin no supon¨ªan novedad alguna, que eran decepcionantes. Esas manifestaciones, desde luego, fueron hechas en nombre propio, y no en el del conjunto de la OLP. Arafat, que se reuni¨® con Mubarak despu¨¦s de Rabin y escuch¨® de boca de ¨¦ste el elogio de la buena voluntad de la Administraci¨®n Clinton, eludi¨® pronunciarse. Cabe pensar que ¨¦l, personalmente, se inclinar¨ªa por la negociaci¨®n, pero que en ello se encuentra enfrentado a buena parte de sus asociados. Tambi¨¦n Ham¨¢s presiona sobre ¨¦l, neg¨¢ndose a participar en el proceso de paz.
Inquietud
La afirmaci¨®n de Faisal Huseini de que "una reanudaci¨®n del di¨¢logo sin que los palestinos hayan logrado un ¨¦xito de cara a Israel provocar¨¢ una guerra civil en todos los territorios ocupados entre la OLP y Ham¨¢s" inquiet¨® inclusive a los sirios.
Ello no significa que Ham¨¢s no entienda como un triunfo el que Israel lleva a Estados Unidos una bater¨ªa de concesiones inconcebibles en los d¨ªas de la Conferencia de Madrid, sino que no est¨¢ interesada en la paz. La lista de Rabin comprende el acatamiento a las Resoluciones 242 y 338 de la ONU; la repatriaci¨®n en un plazo breve de los deportados -no s¨®lo los de Ham¨¢s, sino todos los expulsados desde 1967- y la promesa de no recurrir a expulsiones sino en casos extremos; la negociaci¨®n del estatuto definitivo de Gaza y Cisjordania, que implica el control por un consejo palestino aut¨®nomo, de futura formaci¨®n, del agua, la polic¨ªa y la justicia; la anticipaci¨®n de las elecciones generales en Cisjordania y Gaza; el levantamiento de limitaciones burocr¨¢ticas a los habitantes, de la presencia militar en los territorios y del bloqueo econ¨®mico a los mismos, a un ritmo determinado por el avance de las negociaciones. No es un programa despreciable, y abre la puerta a la constituci¨®n inmediata de un Estado palestino, pero ni Ham¨¢s ni algunos de los miembros de la OLP lo estiman suficiente.
El proceso parece probar que el cambio de "paz por territorios" no era la esperada panacea, y que el proyecto central de las organizaciones palestinas no es tanto el establecimiento de un Estado propio (cuyas caracter¨ªsticas se desconocen: ?rep¨²blica isl¨¢mica?) como la liquidaci¨®n del de Israel (record¨¦moslo: el ¨²nico de modelo democr¨¢tico en Medio Oriente) y/o el mantenimiento de un foco b¨¦lico permanente en la regi¨®n. De ser as¨ª, la izquierda israel¨ª -y las izquierdas occidentales en general, si a¨²n les queda la honestidad necesaria para ello- deber¨ªa replantearse el tema.
es escritor.
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